domingo, 28 de abril de 2013
sábado, 27 de abril de 2013
Gracias, gracias, gracias
Tú día a día está lleno de pequeños detalles, momentos que hacen de tu vida algo maravilloso, son instantes de felicidad, pero muchas veces no nos damos cuenta de ello pero son esas pequeñas cosas las que hacen la vida digna de ser vivida.
Te propongo que realices un diario de gratitud.
Es el hábito de anotar cada noche algún detalle del día por el cuál estés agradecido, anota dos o tres cosas que te hayan pasado y que te hayan hecho sentir bien.
Basta con una frase. Sólo tú puedes decidir lo que te ha alegrado el día.
Basta con una frase. Sólo tú puedes decidir lo que te ha alegrado el día.
Detente y piensa en cada una, siéntelas otra vez, nota que sensación te producen. Entrénate en percibir lo positivo y valioso de tu vida.
Revisa tu diario cuando estés triste o desanimado.
Date cuenta de lo afortunado que eres y agradecelo. Serás más feliz, estarás más satisfecho con tu vida!
Da gracias por la vida. Gracias por el aire, por el sol. Por cada persona que te acompaña en este camino. Gracias por todo y gracias por nada.
viernes, 26 de abril de 2013
Urgente
Urgente…
es una palabra con la que vivimos día a día en nuestra agitada vida y a la cual le hemos perdido ya todo significado de premura y prioridad.
Urgente…
es ya, un ritmo de vida… una forma de “pasar” la vida.
Urgente…
es la manera más pobre de vivir sobre este mundo, porque el día que nos vamos, dejamos pendientes las cosas que verdaderamente fueron urgentes.
Urgente…
es que hagas un alto en tu ajetreada vida y por un instante te veas y te preguntes: ¿qué significado tiene todo esto que hago?
Urgente…
es que te detengas y veas… ¡cuan grande eres!
Urgente…
es que cuando camines por la calle, levantes la vista, des la vuelta y mires a tu alrededor; observa el cielo, los árboles, las aves… ¡a la gente!
Urgente…
es que seamos más humanos… ¡más hermanos!
Urgente…
es que sepamos valorar el tiempo que nos pide un niño.
Urgente…
es que una mañana, te levantes temprano y veas salir el sol, sientas su calor y des gracias a Dios por tan grande regalo.
Urgente….
es que te sientas vivo ¡en cuerpo y alma!… que veas tus brazos, tus piernas, tu cuerpo, tu inteligencia, y de verdad ¡vibres con la vida!
Urgente…
es que te tomes un instante en tu trabajo, salgas y respires profundo y sientas cómo el aire llena tus pulmones y… ¡estas vivo!
Urgente…
es que le digas a la gente que la quieres, cuanto la amas hoy, y no esperes hasta mañana.
Urgente…
es que no se te vaya la vida en un soplo y que, cuando mires atrás, no seas ya un anciano que no puede devolver el tiempo…
jueves, 25 de abril de 2013
Cerrando puertas
Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos… no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron. ¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto tiempo cultivé, ¿ha desaparecido sin más?
Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida se convirtieron de repente en polvo.
Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, todos sufrirán al verte paralizado.
RECUERDOS. Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver. No podemos ser empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Por eso es tan importante (¡por muy doloroso que sea!) destruir recuerdos, cambiar de casa, vender o dar nuestros libros.
Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.
Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte. Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal".
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
DEJARLO IR. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.
Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.
Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres…Esa es la vida…
Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, todos sufrirán al verte paralizado.
RECUERDOS. Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver. No podemos ser empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Por eso es tan importante (¡por muy doloroso que sea!) destruir recuerdos, cambiar de casa, vender o dar nuestros libros.
Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor.
Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte. Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal".
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
DEJARLO IR. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad.
Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.
Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres…Esa es la vida…
(Fuente: PAULO COELHO)
martes, 23 de abril de 2013
El síndrome de la felicidad aplazada
¿Pospones tu ocio por el trabajo?¿Crees que mañana serás más feliz que ahora? Si hemos contestado afirmativamente a alguna de las preguntas anteriores, es posible que seamos “procastinadores” (no suena como un piropo, precisamente). Procastinar significa dejar de hacer cosas importantes y sustituirlas por otras situaciones más irrelevantes y agradables. Hay de dos tipos: Una relacionada con las cosas cotidianas (planchar, hacer la declaración de la renta…) y otra que afecta a cuestiones más fundamentales, como cambiar de trabajo, de ciudad o, incluso, de pareja… Y es precisamente este último tipo el que está relacionada con el “síndrome de la felicidad aplazada”.Identifiquemos sus síntomas:
¿Buscas una vida con mejores comodidades (casa, automóvil, colegios, vacaciones...) y eso te obliga a trabajar más horas y más duramente?
¿Tienes la necesidad de ahorrar todo cuanto puedas para tu jubilación, momento quizá sublimado?
¿Tienes miedo a cambiar de trabajo aun teniendo la posibilidad y prefieres seguir con el estrés con el que vives?
Las consecuencias del síndrome son varias. Por una parte, se sacrifica la felicidad presente trabajando y trabajando porque se piensa que en el futuro todo cambiará. Por otra parte, se tiene pánico a tomar riesgos que impliquen perder la seguridad de lo que se tiene. Si me permito ciertos caprichos en la actualidad, puedo poner en peligro mi estilo de vida futuro. Solo los problemas de salud o una crisis laboral o personal consiguen empujar a la persona a buscar otras alternativas.
Por cierto, nos falta otra víctima del síndrome de la felicidad aplazada: los hijos, quienes ven a sus padres en fotografía durante la semana. Por supuesto, ellos trabajan duramente para darles un nivel de vida que consideran adecuado. Como comentó un directivo: “Trabajo y viajo mucho, pero lo hago por mi hijo. De esta forma, mi mujer no trabaja y así él puede estar más con su madre”. Pero parece que los hijos prefieren más tiempo de ambos padres que otro tipo de regalos. Así se evidencia en un estudio realizado por Pocock y Clark. Los niños entrevistados eran conscientes del esfuerzo de sus progenitores, pero al mismo tiempo afirmaban que cuando ellos llegaran a esa situación escogerían dedicar más tiempo a sus hijos antes que buscar el éxito en el trabajo. Habrá que verlo.
Como diría John Lennon: La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes. Y es posible que la felicidad también.
RECETAS:
Identifica si sufres del síndrome de la felicidad aplazada, trabajando un exceso de horas y pensando que en un futuro las cosas irán mejor.
Valora qué aspectos de tu presente te hacen feliz y cómo podrías seguir reforzándolos.
Define un plan de acción para tomar las posibles decisiones difíciles.
FÓRMULA
Aprender a disfrutar el presente es una de las características para evitar el síndrome de la felicidad aplazada.
(Fuente: Pilar Jerico)
sábado, 20 de abril de 2013
Como potenciar nuestras fortalezas
Imaginemos por un momento que podemos volver a nuestra infancia y en el colegio nuestro profesor nos dice el primer día de clase: “Todos tenéis un 10 de nota. Lo único que tenéis que hacer es no perderlo”. Seguro que algo hubiera cambiado en nosotros. Así comienzan sus clases algunos profesores de escuelas estadounidenses bajo un lema poderoso: hemos de impulsar nuestras fortalezas personales para convertirnos en la mejor expresión de nosotros mismos. Este concepto es el opuesto a estar preocupándonos continuamente en nuestras áreas de mejora, es decir, en nuestras limitaciones. De algún modo, parece que nuestra educación nos ha tratado como bonsáis, para estar siempre alineados con lo que deberíamos ser en todo momento y podarnos aquellas “ramas” que se salían de la norma. Con dicha filosofía, es imposible desarrollar nuestro talento innovador. No es de extrañar que personas muy creativas tengan infancias diferentes a las tradicionales. Así ocurrió con Steven Spielberg. Sus padres eran peculiares, le permitieron grabar a los doce años con la cámara de video que se había comprado imágenes de cómo quedaba la salsa de tomate sobre sus hermanas imitando a la sangre de las películas –hablamos de los años 50-. En nuestra cultura, hubiera habido mayor preocupación por las manchas en la ropa que por la creatividad de los niños.
Así pues, si queremos que nuestros hijos desarrollen al máximo su talento, debemos crear los espacios para que puedan expresar todas sus fortalezas y jugar con la realidad. E igual en el mundo laboral. Si queremos desarrollar todo nuestro talento, no debemos solo fijarnos en nuestras áreas de mejora, sino impulsar también nuestras fortalezas. Cuando se aplica este cambio de actitud en las empresas, se obtienen resultados sorprendentes. Duplicar la valoración en la satisfacción de sus empleados, mejoraron el ambiente de trabajo y, sobre todo, los resultados de negocio. No cabe duda que vale la pena el cambio.
Veamos algunas recetas de cómo desarrollar nuestras fortalezas.
Receta
1.- Identifica tus fortalezas personales. Seguro que hay algo que se te da especialmente bien. Piensa en algo que hiciste en el pasado y de cuyos resultados estés especialmente orgulloso y recoge qué tipo de habilidades pusiste en juego. Por ejemplo: haber aprobado aquel examen por tu constancia; haber conseguido aquel proyecto o aquella relación, que implicó gran confianza en ti mismo…
2.- Llama a tres personas que te conozcan bien y pregúntales qué tres habilidades destacarían de ti. Por favor, que no te hablen de las áreas de mejora, sino de aquello en lo que eres realmente bueno. A veces cuesta incluso preguntarlo, pero atrévete. La experiencia es bonita. Y si es posible, incluye a alguien de la familia, un amigo o un compañero de trabajo.
3.- Imagina, si pudieras desarrollar al máximo las fortalezas identificadas, qué cosas nuevas podrías hacer. Por ejemplo, si la confianza en mí mismo la desarrollara aún más, a qué me atrevería.
4.- Con todo ello, define después un plan de acción, es decir, qué nuevos pasos puedo hacer para desarrollar aún más lo que se me da bien.
(Fuente: Por: Pilar Jericó)
viernes, 19 de abril de 2013
martes, 16 de abril de 2013
El dia a mi medida
Esta mañana desperté emocionada con todas las cosas que tengo que hacer antes de que el reloj marque la media noche. Tengo responsabilidades que cumplir hoy. ¡¡¡Soy importante!!!
Mi trabajo es escoger que clase de día voy a tener, hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas gratis.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero, o puedo estar contenta porque mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme porque estoy viva.
Hoy puedo lamentarme por todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecida de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las rosas tienen espinas.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela, o puedo estudiar y abrir mi mente enérgicamente y llenarla de nuevos y ricos conocimientos.
El día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma y aquí estoy yo… Su escultora. Lo que suceda hoy depende de mí, de nadie más. Yo debo escoger que tipo de día voy a tener.
domingo, 14 de abril de 2013
10 ladrones de tu energia
Tenemos una carga de energía asignada, Armstrong le llamaba los latidos contados de cada cual; es nuestra responsabilidad utilizarla con medida y no desperdiciarla.
1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.
2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle. Las deudas no caducan con el tiempo, aunque la ley te proteja; sé responsable, es mejor hacer un plazo de céntimo a céntimo, que perder tu preciada energía y tu palabra.
3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a renegociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.
4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas. Aunque no debes de huir de responsabilidades y no todo el tiempo es factible, muchas veces por puro control o por no darnos el permiso, seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y abandonando lo verdaderamente significante en nuestras vidas.
5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad. La naturaleza, tiene ritmos y tu vida también. No actuar en el momento erróneo te quita energía y no parar cuando lo necesitas, también.
6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas. Uno por uno, toma cada papel, cada recuerdo y hasta cada sueño y elige.
7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Toma sol , medita, respira, báñate en el mar, haz ejercicio en la naturaleza, escucha tu cuerpo y elimina las toxinas. Aliméntate adecuadamente; trabaja en la prevención de la enfermedad (un aviso, un cuerpo sin energía).
8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja; y toma la acción necesaria. Resignarte a una situación y sentirte que no tienes control, restará tu energía
9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor.
Los miedos, el rencor y la ira son los bloqueadores más frecuentes. Enfócate en el presente, vivir en el pasado o vivir en el futuro, solo te impiden vivir en el presente.
Recuerda que tienes una fortuna, una cuenta con latidos de vida, úsalos con conciencia, no los desperdicies y serás feliz, latido por latido.
jueves, 11 de abril de 2013
Las esperas
Precioso Mensaje , : ) : .... La felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos , si no , cuando sabemos disfrutar de lo que tenemos, no soñando con el mañana , sino viviendo el hoy,
Atesora cada momento de tu vida, recuerda que el tiempo no espera por nadie,, TRABAJA como si no necesitaras dinero,, AMA como si nunca te hubiesen herido, y BAILA como si nadie te estuviese viendo , ya que no hay mejor momento para la felicidad, que justamente ... ESTE , si no es ahora ¿ Cuando ?
martes, 9 de abril de 2013
¿Eres perfeccionista? y así ¿podrás ser feliz?
Planteaté estas tres preguntas. Cuando realizas una tarea en tu trabajo, ¿te gusta terminarla de forma perfecta? Y, si practicas un deporte, ¿te gusta ganar siempre y te enfadas cuando algo te sale mal? Y, la tercera: ¿de verdad crees que es necesario contestar a estas preguntas de forma perfecta? La respuesta a estas cuestiones nos dará la clave sobre si eres una persona perfeccionista o no. En caso de que seas perfeccionista, sigo preguntándote ¿te hace ser más feliz?
Según Tal Ben-Shahar, reconocido profesor de psicología positiva de la Universidad de Harvard, no podemos ser realmente felices hasta que no dejemos de obsesionarnos con ser perfectos en todo.
¿Qué? Eso es nuevo, no estoy de acuerdo, puede que estés diciendo. Pues sí, es algo que me dicen muchos de mis clientes . Creen que llegarán a ser felices cuando consigan la perfección en sus vidas. Aspiran a un puesto de trabajo ideal (¿existe?), a una familia de foto (¿hay alguna?), una vida social de lujo, una salud de hierro …
El mismo Ben–Shahar nos lo aclara y nos comenta que debajo de esta actitud lo que realmente quiere la persona es controlar absolutamente todo. Pero, se demuestra una y otra vez que esta forma de pensar y actuar no hace más que limitar nuestra felicidad.
¿Cómo se detecta a un perfeccionista?
Rechaza el fracaso: ve el éxito como un camino recto, sin tropiezos. Por ello, se viene abajo con cualquier pequeño o gran inconveniente que surja en el trayecto.
Rechaza las emociones negativas: las intenta anular o negar, pero con ello, hace lo mismo con las emociones positivas.
Rechaza disfrutar de los éxitos que consigue: nunca tiene suficiente y ambiciona con conseguir más y más. No es capaz de reconocer sus victorias y méritos, siempre hay algo que podría hacerse mejor.
Seguro que ahora queda más claro el por qué un perfeccionista no puede conseguir la felicidad. Lo que sí hace muy bien es mantenerse en una zona de confort para no fracasar, eliminándose la maravillosa posibilidad de disfrutar de sus emociones. El resultado es que no están nunca satisfechos, por lo que suelen tener niveles bajos de autoestima.
Si te encuentras entre las personas perfeccionistas y deseas cambiar, si conoces a alguien así y quieres ayudarle, te propongo que te conviertas en
un optimalista.
Los perfeccionistas niegan los inconvenientes y sucesos negativos mientras que los optimalistas los aceptan como parte de su crecimiento, cuentan con que para conseguir sus metas deberán superar obstáculos. Saben que el camino hacia el éxito no será recto.
Para un optimalista, el fracaso es el coste inevitable del aprendizaje. El criterio del optimalista se basa en determinar si el resultado conseguido es “bueno” en vez de si es “perfecto”. Cada vez que supera un nuevo obstáculo, se recarga de energía y por ello se motiva para fijarse una meta más alta.
En definitiva, un optimalista agradece lo que le ocurre, tiene más capacidad y probabilidad de ser feliz y disfruta de esto tan importante llamado VIDA.
¿Eres optimalista o perfeccionista? ¿Qué cosas puedes comenzar a aceptar en tu vida que no sean perfectas? Te animo a pensarlo.
(Fuente:www.con-fluir.com)
lunes, 8 de abril de 2013
El ego distorsiona la realidad
Una persona con problema de “ego” suele ser desagradable, egoísta, maliciosa, destructiva, tiende a juzgar negativamente a los demás.
El ego necesita continuamente dar buena imagen ante la sociedad, carece de humildad. Es como una ilusión, una fantasía que pretende situarse por encima de los demás. La opinión que se tiene de uno mismo está distorsionada,el verdadero “yo” se aleja y conocerse a uno mismo se complica.
Las personas que viven dominadas por el ego están engañadas, se creen superiores y no ven la realidad, es un error de pensamiento que intenta hacer una presentación de cómo a usted le gustaría ser, en vez de como es en realidad. Es una máscara social, un papel que nos aleja cada vez más de lo que somos de verdad.
Esta máscara necesita halagos, aprobación de los demás, necesita tener el control de las situaciones y personas, quiere tener el poder porque en lo más profundo de su ser hay temor y necesita creerse superior para disimular su verdadero sentimiento de inferioridad. El ego es como un personaje que se va creando, se aleja de la sencillez y se caracteriza por la complicación, es como una actuación del ideal, una falsa autoestima que se necesita proyectar para que nadie vea la gran inseguridad que se esconde en el interior.
¿QUÉ PASA SI TE DEJAS DOMINAR POR EL EGO?
Que no arriesgarás mucho por miedo a fracasar, te quedarás en una zona cómoda y rutinaria donde alimentas tu falso “yo” con halagos y aceptación. El terreno conocido será tu hábito de vida, un sitio donde te aceptan. No querrás arriesgar en lo desconocido por miedo de recibir rechazos o críticas. Una persona que tiene una autoestima verdadera no tiene miedo a explorar lo desconocido, porque las desaprobaciones de los demás las acepta y no le molestan, aprovecha para aprender de lo que sale mal, sin dañar su valía personal.
¿QUÉ PASA SI EL EGO NO ES ALIMENTADO?
Cuando el ego no es alimentado por el exterior, la persona se siente mal, las emociones pueden experimentar todo tipo de sensaciones negativas, como la timidez, rabia, pena, miedo, etc... Ahí veremos que se trata de una falsa seguridad disfrazada, cuando la persona recibe críticas, no es aceptada y no se le reconoce, es cuando la máscara se cae y nos podemos dar cuenta de que en realidad no somos quien nos pensamos. Según el ego, tu identidad depende de lo que los demás piensen de ti, por eso es tan importante no dejar que domine tu vida, porque sino serás como una hoja que se mueve al son del viento en base a lo que recibas de la sociedad.
¿CÓMO DOMINAR AL EGO Y DEJAR QUE SALGA NUESTRA ESENCIA VERDADERA?
El ego se desarrolla en forma de protección, normalmente nos dejamos dominar por él porque así nos sentimos más seguros ante los ataques. La voz del ego, nos confunde y nos aleja de nuestro verdadero ser, impide que puedas sentir desde el corazón, desde la sencillez de tus emociones. Es importante que seas capaz de ver que todas las necesidades de aceptación exterior no son más que ilusiones, fantasías que tu ego te ha creado.
No necesitas nada de eso para ser feliz, lo único que necesitas es que te sumerjas en la sencillez y humildad. No pretendas ser más, ni creas que eres menos, porque al final todos somos iguales. Nuestra esencia interior no es tan complicada, trata de eliminar de tu vida las culpas, las exigencias, el perfeccionismo, la necesidad de ganar o de tener razón, la avaricia y opta por el disfrute de las pequeñas cosas, aprecia la belleza de la vida, obséquiate con satisfacciones personales (diversión practicando hobbies, cuidado personal, amor por uno mismo y los demás)
Al final nos vamos dando cuenta de que el ser humano no es tan complicado, si dejamos de lado los pensamientos, somos seres simples que sólo desean disfrutar de la existencia en buena compañía, deja que fluya el amor, acéptate tal cual eres y diviértete a menudo. Todos llevamos dentro a una gran persona que merece mucho la pena, no dejes que el ego te nuble y saque lo peor de ti.
domingo, 7 de abril de 2013
El punto
Toda persona es COMPLETA, CREATIVA Y LLENA DE RECURSOS. Pero a veces necesitamos a nuestro lado a un "maestro" que nos apoye, que nos anime y nos aliente a seguir adelante cuando las cosas no salen tal como deseamos. Actuemos como "maestros de la vida" especialmente con nuestros hijos.
sábado, 6 de abril de 2013
jueves, 4 de abril de 2013
¿Te puedo comprar una hora?
Un hombre llegó del trabajo a casa otra vez tarde, cansado e irritado, y encontró a su hijo de cinco años esperándolo en la puerta. “Papá, puedo preguntarte algo?” “Claro, hijo, el qué? respondió el hombre.
“Papá, ¿cuánto dinero ganas por hora?” “¿Por qué lo preguntas?, dijo un tanto molesto. “Sólo quiero saberlo. Por favor dime cuánto ganas por hora”, suplicó el pequeño. “Si quieres saberlo, gano 20 euros por hora”.
“Oh”, repuso el pequeño inclinando la cabeza. Luego dijo: “Papá, ¿me puedes prestar 10 euros, por favor?”. El padre estaba furioso. “Si la razón por la que querías saber cuánto gano es sólo para pedirme que te compre un juguete o cualquier otra tontería, entonces vete ahora mismo a tu habitación y acuéstate. Piensa por qué estás siendo tan egoísta. Trabajo mucho, muchas horas cada día y no tengo tiempo para estos juegos infantiles”.
El pequeño se fue en silencio a su habitación y cerró la puerta. El hombre se sentó y empezó a darle vueltas al interrogatorio del niño. “¡Cómo puede preguntar eso sólo para conseguir algo de dinero!”. Después de un rato, el hombre se calmó y empezó a pensar que había sido un poco duro con su hijo. Quizás había algo que realmente necesitaba comprar con esos 10 euros y, de hecho, no le pedía dinero a menudo. Fue a la puerta de la habitación del niño y la abrió.
“¿Estás dormido, hijo?”, preguntó. “No, papá. Estoy despierto” respondió el niño. “He estado pensando, y quizá he sido demasiado duro contigo antes. Ha sido un día muy largo y lo he pagado contigo. Aquí tienes los 10 euros que me has pedido”.
El niño se sentó sonriente: “¡Oh, gracias, papá!”, exclamó. Entonces, rebuscando bajo su almohada, sacó algunos billetes arrugados más. El pequeño contó despacio su dinero y entonces miró al hombre, el cual, viendo que el niño ya tenía dinero, empezaba a enfadarse de nuevo. “¿Por qué necesitabas dinero y ya tenías?”, refunfuñó el padre.
“Porque todavía no tenía bastante, pero ahora sí tengo. Papá, ahora tengo 20 euros…, ¿ Te puedo comprar una hora de tu tiempo?”.
miércoles, 3 de abril de 2013
¿Como juzgas a las personas de tu entorno: tus hijos, tu pareja, tus amigos?
“Si JUZGAS a las personas desde tus limitaciones las empobreces, si las VALORAS desde tu GRANDEZA las potencias”.
La manera en la que OBSERVAMOS a las personas, y valoramos las situaciones con ellas DETERMINA en gran medida la manera en la que nos sentimos, lo que pensamos de los demás, y nuestras reacciones y ACCIONES con ellos.
Constantemente nuestra mente analiza, procesa y genera opiniones y VALORACIONES sobe las PERSONAS que nos rodean, y lo hace desde nuestros limitaciones, MIEDOS, condicionamientos, e incluso intereses para CONSEGUIR lo que deseamos.
Esta manera de observar a las PERSONAS nos hace juzgarlas con DUREZA, etiquetarlas con opiniones que las limitan ante nuestro OJOS, y que condicionan las cosas que PODEMOS hacer con ellas y para ellas.
Observar desde nuestra GRANDEZA nos permite entenderlas, valorarlas con un criterio más amplio, y facilita el ENFOQUE para sacar lo que podemos llegar a ver en ellas.
Puede que ser CONSCIENTES de nuestros juicios hacia los que nos rodean, nos permita empezar a poder VALORARLES de manera diferente.
TU como lo ves?
martes, 2 de abril de 2013
Inteligencias multiples
Hace más de dos décadas, Howard Gardner revolucionó la psicología con su teoría de las inteligencias múltiples
Punset y Gardner protagonizaron un coloquio en Avilés y conversaron sobre las inteligencias múltiples, las nuevas tecnologías y el surgimiento de una manera nueva y personalizada de educar a los niños..Su trabajo a buen seguro contribuirá en la mejora del sistema educativo.
Punset y Gardner protagonizaron un coloquio en Avilés y conversaron sobre las inteligencias múltiples, las nuevas tecnologías y el surgimiento de una manera nueva y personalizada de educar a los niños..Su trabajo a buen seguro contribuirá en la mejora del sistema educativo.
lunes, 1 de abril de 2013
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