Lo más interesante del método Kaizen es que te invita a proponerte objetivos tan pequeños, que fallar se vuelve prácticamente imposible. Es un modelo eficaz.
El método Kaizen es un modelo de mejora continua que en principio se aplicó al mundo empresarial. Sin embargo, resultó tan funcional que poco a poco fue introduciéndose en otros ámbitos y hoy en día se aplica a prácticamente todos los aspectos de la vida. Tuvo su origen en Japón, en el marco del concepto de gestión de calidad.
El método Kaizen hunde sus raíces en el taoísmo. La palabra kaizen etimológicamente significa ‘acción de enmendar en pro de un beneficio’. Dicho beneficio se refiere a un aporte colectivo, no a un bien individual. En ese sentido, este método está concebido desde una perspectiva altruista. Se mejora día a día para hacer mejor el mundo.
En el método Kaizen la mejora no es un logro puntual, sino un proceso continuo, una forma de vida. Para muchos, fue este método el que logró convertir a Japón en una de las grandes potencias mundiales, luego de estar completamente devastado al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Aunque resulta muy útil en los procesos empresariales, aquí nos concentraremos en su aplicación para la vida personal.
El método Kaizen y la mejora constante
Se parte de la idea de que si mejoras un 1% tu vida cada día, a medio y largo plazo alcanzarás una gran transformación. El Kaizen se basa en la idea de que es más inteligente hacer mejoras pequeñas, pero continuas, en lugar de proponerte grandes transformaciones que muchas veces no se concretan precisamente por su tamaño.
Este método ha probado ser muy eficaz porque elimina dos grandes obstáculos para el cambio. El primero de ellos: el temor a cambiar.Como la propuesta no es introducir grandes modificaciones, la angustia es menor. También se alimentan expectativas más realistas y, por lo tanto, se dan menos desilusiones.
De otro lado, el método Kaizen ayuda a impedir que se produzca la tendencia tan común a procastinar esto es, a posponer indefinidamente el cambio. Si sentimos que al frente tenemos una tarea gigantesca, muchas veces aplazamos su inicio. Sabemos qué puede exigir tanto de nosotros que llegue a intimidarnos. En este método de mejora continua se elimina ese factor.
Tan pequeño, que es imposible fallar
La clave mágica del método Kaizen es que nos invita a plantearnos metas o retos pequeños, pero constantes. Son objetivos tan accesibles a nuestras posibilidades que prácticamente es imposible fallar. Por ejemplo, si lo que deseas es pagar todas esas deudas atrasadas, el kaizen te invita a ahorrar una pequeña suma a diario.
Este modelo se basa en el principio de ir paso a paso. La filosofía es que fijando la concentración en cada paso, se llega lejos. De esta manera, la dificultad también tiene que ir subiendo, pero poco a poco. Por otro lado, no hay obligación de hacerlo. Solo se debe subir el escalón si realmente se desea. No es necesario incrementar el nivel de dificultad.
Lo único a lo que te comprometes con el método Kaizen es a mejorar en algún aspecto, en una pequeña proporción cada día. Obviamente, debes ser consciente de que algunas metas tardarán en completarse totalmente. Pero esto no importa. Lo que interesa es que cada día has trabajado por lograrla y que eso te haga sentir mejor.
Una cadena de realizaciones
El método Kaizen nos llama a no caer en la inercia, a no dejar pasar el día sin haber mejorado en algo. Lo importante aquí es que no te enfoques en la meta final, sino que realmente te concentres en el proceso. Este modelo nos llama, sobre todo, a cultivar un estilo de vida en el que siempre hay una mejora, un avance. Esto nos hace sentir ganadores con frecuencia.
Y no es solo la sensación satisfactoria de la meta cumplida cada día, sino también el hecho de que en verdad es una forma práctica de resolver grandes problemas. El propio Japón salió de una grave crisis aplicando esta filosofía. No lo hicieron de la noche a la mañana, pero sí lo lograron con honores.
Este método puede aplicarse a cualquier área de la vida. Desde metas como bajar de peso, hasta objetivos como ser más feliz. Solamente con comenzar a implementarlo es posible que te sientas diferente. Que experimentes mayor control sobre tu vida y mayor optimismo para vivirla.
(Fuente: Gema Sanchez Cuevas)