martes, 29 de octubre de 2013
domingo, 27 de octubre de 2013
Relajaté y la vida te sonreirá
¿Te ha pasado que cuanto más te afanas por quedar bien con tu jefe, todo parece salirte peor? ¿Que si quieres ser el primero en llegar, aparecen de la nada diez obstáculos y llegas último? ¿Que quieres alimentar la relación con tu pareja y por algún malentendido terminas arruinando la cita?
No, definitivamente no es la mala suerte. Sucede que la vida no es perfecta como uno quisiera. Pero eso está bien. La lluvia, moja. El aire trae olores de todo tipo, algunos agradables y otros irrespirables. El mar se puede disfrutar, cuando no está contaminado. A veces sólo hay que tomar las cosas como vienen…
Aprende de tus errores
Claro que debes hacer bien tu trabajo. Para eso te has preparado y lo seguirás haciendo para tener experiencia. Pero no esperes que las cosas te sean del todo favorables, si en el afán de ser perfecto te estresas más de lo debido y haces de tu vida una miserable forma de vivir.
Y si no puedes evitar que todo te salga bien, intenta de verdad que algo te salga mal. ¿Te suena muy extraña la propuesta? Bueno, pues no se trata de equivocarte intencionalmente, pero te aseguro que la sensación de fracaso no es tan mala como parece. Y resulta mucho más jugosa la lección cuando de un fracaso te levantas y realizas una proeza. A eso es a lo que pomposamente se le llama “éxito”, cuando, después de un fracaso, realizas algo fenomenal.
Recuerda que de los errores puedes sacar ventaja, siempre que aprendas de ellos y los sepas superar. Así es como lograrás acumular experiencia y, lo más valioso, sabiduría de vida. Si todo te sale “perfecto”, no habrá nada más a lo que puedas aspirar en la vida. ¿Suena eso divertido?
Alimenta tu espíritu
A veces las obligaciones nos acorralan y no nos damos tiempo para la distracción. Sin embargo, así como comes tus alimentos cada día, también es necesario alimentar tu espíritu con todo lo que te haga sentir bien.
¿Te tomas tiempo libre para hacer lo que más te agrada? Quizá te siente bien una actividad artística. No la que aprendiste de niño porque tus padres te llevaban obligado, sino aquello que ahora pueda excitarte y que sí, aunque pueda ser un reto aprenderla, nunca es tarde para intentarlo porque es algo que, definitivamente, te interesa aprender.
Sonríe y agradece
¿No tienes razones para sonreír y agradecer? ¿Te parece poco agradecer por el placer de la vida? La forma como se mira la vida es cuestión de percepciones. Si decides que la vida es miserable, así lo será hasta que seas capaz de admirar un cielo nublado. Si piensas que las nubes sólo cargan agua, pregúntale a un niño su opinión y verás cuántas formas le puede encontrar a una sola nube que a ti, quizá, te pasa desapercibida. Si el hombre que conduce el tren donde viajas parece triste, a lo mejor puedes ofrecerle un saludo y una sonrisa, y descubrirás que era sólo eso lo que le hacía falta, el contacto humano.
Si sonríes y agradeces cada día desde el amanecer, encontrarás que todo tiene un lado positivo, y podrás apreciar y disfrutar mejor cada momento de tu vida. Así, te sorprenderás cuando seas capaz de terminar un día sin encontrar casi ningún sólo punto negativo.
Intenta seguir estas ideas durante al menos treinta días, te aseguro que al final del día serás capaz de tomar el control de tu vida, en lugar de dejar que la vida te controle a ti. Serás capaz de relajarte y ver que, después de todo, la vida puede ser realmente hermosa.
jueves, 24 de octubre de 2013
¿Crees en el destino?
A menudo sentimos esa extraña sensación donde la casualidad, lo inesperado, va poniendo marcas en nuestro camino obligándonos a encauzar la vida en una dirección u otra. Hay quien dice que son designios del destino, de esa fuerza que está por encima de nosotros y que nos empuja hacia una sucesión inevitable de acontecimientos, de los que no podemos escapar.
Algo así va mucho más allá de una simple sincronicidad, supone llegar a pensar que nada ocurre por azar, sino que estamos determinados. ¿Qué supone para las personas pensar algo así? ¿Estamos entonces a la merced del destino o somos libres para elegir nuestro propio camino?
¿CASUALIDAD O CAUSALIDAD?
Es cierto que a veces suceden cosas que nos sorprenden: el conocer a alguien en un determinado lugar en curiosas circunstancias, esa suerte que un día aparece de modo inesperado, esa elección que tomamos sin saber muy bien por qué... ¿Es la casualidad? ¿O se debe tal vez a una misteriosa causalidad?
Bien es verdad que es muy recomendable disponer de una mente abierta, de un modo de pensar en que no pongamos cerrojos u obstáculos ante toda la información y estímulos que nos rodean; pero la cuestión se centra en que si aceptamos la existencia del destino, asumimos también que gran parte de lo que nos sucede está marcado por los designios de quién sabe qué, es algo que por tanto escapa a nuestra comprensión y puede que hasta de nuestra propia consciencia. Entonces ¿Dónde están los hilos de nuestra responsabilidad? ¿Cómo ser responsable de algo que no controlamos?
LIBRE ALBEDRÍO Y UNA PINCELADA DE LO INEXPLICABLE
Hay científicos que afirman la existencia de un “destino casi obligado”, y es el relativo a la herencia: la genética de nuestros progenitores en ocasiones nos determina en muchos aspectos, a veces en carácter, rasgos físicos, enfermedades... El contexto social y personal en el que somos educados también puede afectarnos en mayor o menor medida, al menos con una probabilidad de un 30 o un 40%.
Pero por otra parte también tenemos la concepción indispensable de “el libre albedrío”, donde cada persona está condicionada por sus propias elecciones, por su propia historia personal y por su vida en una sociedad que le permite inclinarse por una determinada senda u otra, reconociendo errores, confiando en uno mismo y asumiendo nuevos retos o proyectos.
Y es que como dijo una vez un viejo escritor italiano, “El destino no reina sin la secreta complicidad del instinto y la voluntad”; porque la vida de uno no se teje en las estrellas, sino en nuestra propia realidad y en el día a día que nos va poniendo pruebas y retos para probarnos como personas. Somos libres de establecernos metas y de conseguir nuestros propios logros... pero sí, la casualidad existe, y a veces las casualidades son tan singulares que no podemos evitar dotarles de ese halo de magia inexplicable. Porque las personas, por muy racionales que seamos, siempre nos ha gustado esa pincelada singular donde contener todo lo extraño e inexplicable...
Nuestras vidas a veces son un caos de casualidades y hechos ilógicos, es cierto, pero el llevar las riendas de nuestro propio destino, ser dueños de nuestro timón, nos va a permitir ser más responsables
miércoles, 23 de octubre de 2013
Cuento: ¿Porqué la gente se grita cuando están enojados?
Cuenta una historia tibetana, que un día un viejo sabio preguntó a sus seguidores lo siguiente: ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los hombres pensaron unos momentos:
-Porque perdemos la calma –dijo uno– por eso gritamos.
-Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –Preguntó el sabio– ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.
Finalmente él explicó:
-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego el sabio preguntó:
-¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?
Ellos no se gritan, sino que se hablan suavemente ¿Por qué?
Sus corazones están muy cerca.
La distancia entre ellos es muy pequeña.
El sabio continuó –Cuando se aman aun más , ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Si avanzan mas en su amor llega un momento en que ya no son necesarias las palabras, hasta el silencio es pura comunicación para ellos . Así es como de cerca están dos personas cuando se aman.
Luego dijo:
-Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, por que llegará un día en que la distancia sea tanta que ya no encontrarán más el camino de regreso.
lunes, 21 de octubre de 2013
La fragilidad nos hace poderosos
El otro día en un taller de formación sobre liderazgo hicimos un ejercicio en donde uno de los participantes tenía que dar una mala noticia a un colaborador. La situación obligaba a que el jefe previamente se disculpara, pero no lo hizo. Confieso que siempre me ha extrañado ver esta reacción tan habitual, porque los mejores líderes que he conocido saben disculparse y reconocen sus propios errores delante de su equipo. Y siempre que he indagado en el motivo he encontrado la misma respuesta, que podríamos extender a muchos de nosotros: Huimos de nuestra fragilidad y evitamos aquello que nos impida mostrarnos más fuertes de lo que realmente somos (disculpas, gestos sensibles o incluso, empatía). Y aquí está el gran error porque en la medida en que no reconocemos una parte de nosotros mismos somos incapaces de aceptarnos completamente.
Las personas tenemos un carácter que podríamos asemejar al cubo de Rubik con el que jugamos hace años. Tenemos diferentes caras, diferentes alternativas. A veces somos de un modo y en ocasiones, habitamos otro opuesto. Si negamos una parte de nosotros y nos empeñamos en forzar el resto, el sistema se descompensa. Reconocer una parte de nosotros no significa alimentarla. Simplemente quiere decir ser conscientes y aceptarla. Es lo mismo que nos ocurre cuando nos equivocamos. Si no abrazamos a esa parte de nosotros que sufre, es difícil que estemos bien. Pero nos cuesta porque a veces nos empeñamos en mostrar lo que no somos.
Como descubrió Brené Brown al estudiar la vulnerabilidad: Cuando nos inmunizamos para no sentir emociones negativas, también nos inmunizamos para sentir las positivas. Por ello, y aunque nos cueste, el camino para aceptarnos pasa por abrazar también nuestros miedos o la vergüenza de que los otros vean algo de nosotros mismos que rechazamos.
A veces confundimos fragilidad con debilidad, y no son lo mismo. Mientras que la fragilidad convive con la fortaleza, la debilidad lo hace con la dureza en el trato. La debilidad significa no ser capaz de levantarse, esperar que sean otros los que nos salven o, incluso, enmascarar las emociones. De hecho, las personas que no abrazan el dolor y lo niegan, pueden ir congelando poco a poco su corazón y mantienen relaciones personales a través de capas de cemento. Mientras, la vulnerabilidad lleva consigo aceptar que las cosas pueden dolernos, que nos podemos caer, incluso romper pero que, al mismo tiempo, somos capaces de levantarnos. Las personas que se sienten débiles tienden a ser arrogantes o autoritarios cuando tienen poder. Sin embargo, cuando alguien abraza su propia vulnerabilidad, entra en contacto con el resto de un modo más cercano y auténtico. Y solo reconociendo nuestra fragilidad, podremos alimentar nuestras fortalezas personales.
"Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida".
Oscar Wilde
En definitiva, el auténtico desafío pasa por aprender a querernos como somos. A veces, grandes y exitosos; otras, pequeños y frágiles. Personas reales, que no perfectas, con defectos e inseguridades; pero al mismo tiempo, únicos. No necesitamos esas seguridades artificiales para ser queridos o queridas por los que realmente importan… Lo sabemos, pero se nos olvida mil y una vez. Puede que el mundo nos exija a veces mostrar un determinado disfraz, pero nunca hemos de confundirlo con nuestra esencia. Es posible que la dificultad en aceptarnos tal cual somos radique en nuestra propia autoimagen, cargada de estereotipos o de escenas de películas en las que nos hubiéramos gustado vernos reflejados. Pero la realidad es otra. Posiblemente, los momentos donde nos sentimos frágiles tienen la magia de hacernos recordar quiénes somos realmente. Y sinceramente, es bonito contemplarse también desde ese prisma de pequeñez.
Fórmula:
Aceptar nuestra fragilidad nos hace grandes y nos acerca a las otras personas de una manera genuina y auténtica.
Recetas:
Recuerda cuáles han sido unos momentos de fragilidad: enfermedad, accidente, frustración… ¿Cómo los viviste?
¿Qué momentos te hacen sentirte vulnerable, que no débil? ¿Qué personas?
¿Qué aprendizaje trasladarías de tus momentos de vulnerabilidad a otros momentos de tu vida?
(Fuente: Pilar Jericó)
domingo, 20 de octubre de 2013
Levantaros!!!
Comparto este video porque me ha encantado. La poesía es preciosa, está escrita por mi amigo Miguel Angel, un gran poeta, la música es exquisita, las imágenes preciosas y transmite un mensaje muy positivo.
Espero que os guste tanto como a mi.
jueves, 17 de octubre de 2013
Vampiro emocional
El vampiro emocional no busca tu sangre, cómo el mitológico personaje de novela de terror, sino que busca y consume tu energía.
Te busca para descargar toda su negatividad y todos sus problemas encima de ti, pero sin ningún propósito de enmienda; es decir, es la típica persona que te envuelve, te absorbe, te manipula, se desahoga, y luego se va, dejándote totalmente debilitado y agotado anímicamente.
El vampiro emocional no tiene intención de cambiar y mejorar su situación, simplemente, quiere recargarse su batería y dejarte a ti, “apagado o fuera de cobertura”.
¿CÓMO RECONOCERLOS?
Realmente no es difícil, no se esconde bajo una capa, ni duerme de día y huye del sol. Es fácil identificarlos.
Siempre se están quejando de su situación.
Se quejan a discreción, es decir, tiene varias víctimas.
No tienen intención de cambiar.
Prometen cambiar actitudes y en cuanto le das la espalda, vuelven a las andadas.
Siempre hablan sobre ellos mismos y nunca escuchan.
¿CÓMO DIFERENCIARLOS DE OTRAS PERSONAS?
A veces encontramos personas que nos explican sus problemas en busca de ayuda. Necesitan ayuda y debemos dársela. La diferencia entre estas personas y los Vampiros Emocionales, consiste en que éstas ponen de su parte para arreglar su problema, las ves luchando contra los obstáculos y, si son fuertes, llegan a cambiar y mejorar su situación.
CONSEJO AL ENCONTRARSE CON ALGUNO.
No le soluciones TU el problema, escúchalo, y luego que trabaje él en la solución.
Date un margen de dos o tres conversaciones similares, si ves que la cosa sigue igual, que no cambia, dale largas antes de que le crezcan los colmillos. Cambia de acera cuando lo veas.
Si has detectado que es un Vampiro Emocional, la forma de alejarlo es haciendo lo contrario de lo que él quiere que hagamos; es decir, DALE LA RAZÓN, si te dice que no tiene solución, dile que tú tampoco la ves. NO LE DES APOYO NI ÁNIMOS, cuando se dé cuenta de que no le sigues la corriente, se irá a buscar a otra víctima.
CONCLUSIÓN.
De vez en cuando un Vampiro Emocional, se te puede acercar para volcar sobre ti toda su negatividad, tienes que estar alerta y tener preparados los ajos, la estaca y el crucifijo.
(Fuente: Diego Gallardo)
miércoles, 9 de octubre de 2013
Las sabanas
Una pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo.
En la primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana que una vecina colgaba sábanas en el tendal.
-¡Qué sábanas sucias está colgando en el tendal!
-Está precisando de un jabón nuevo... ¡Si yo tuviese intimidad le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar las ropas!-
El marido miró y quedó callado.
Algunos días después, nuevamente, durante el desayuno, la vecina colgaba sábanas en el tendal y la mujer comentó con el marido:
-¡Nuestra vecina continúa colgando las sábanas sucias! ¡Si yo tuviese intimidad le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar ropas!-
Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina colgaba sus ropas en el tendal.
Había pasado un mes, la mujer se sorprendió al ver las sábanas siendo tendidas, y entusiasmada fue a decir al marido.
-¡Mira, ella aprendió a lavar las ropas! ¿Será que la otra vecina le enseñó...? Porque yo no hice nada.-
El marido calmosamente respondió:
-¡No, hoy yo me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana! -
Y así es. Todo depende de la ventana, a través de la cual observamos los hechos. Antes de criticar, verifiquemos si hicimos alguna cosa para contribuir. Verifiquemos nuestros propios defectos y limitaciones.
Lave sus vidrios. Abra su ventana...
domingo, 6 de octubre de 2013
Consejos para encontrar pareja
1. Evita que haya desesperación
Nadie se siente atraído hacia una persona que se le ve desesperada por encontrar pareja. ¿Por qué? Porque cuando vemos que alguien necesita a otra persona para sentirse bien, significa que su autoestima no va muy bien y eso no suele atraer. Inconscientemente nos damos cuenta de que esa persona no se valora, y ese es un punto en contra que provoca rechazo.
Eso hace que no nos atraiga, porque todos queremos a una persona que se quiera y se acepte tal cual es.
No sé si os ha pasado alguna vez que alguien os quiere juntar con alguien. Padres que te cuentan que tienen un hijo encantador que te podrían presentar, amigos que te dicen que conocen a alguien que no encuentra pareja y es una bellísima persona, etc…
Habitualmente eso es rechazado desde un principio, porque pensamos consciente o inconscientemente, que nos quieren juntar con alguien que no es capaz de encontrar pareja por él mismo.
Nadie quiere lo que es fácil de conseguir, deseamos lo que otros muchos quieren. Queremos ser los escogidos porque realmente gustamos, pero no por soledad ni desesperación.
Evita a toda costa dar la imagen de tristeza, de soledad, de ganas desesperadas por encontrar una pareja. Trata de valorarte, de estar bien en soledad y de valerte por ti mismo, de esa manera atraerás más que si detectan desesperación, tristeza o soledad.
2. Que tu objetivo no sea encontrar pareja, disfruta conociendo gente nueva
Cuando el objetivo principal es encontrar pareja se nota. Se aprecia una cierta rapidez y desesperación que no suele gustar. Evita hablar de las ganas que tienes de encontrar pareja, lo desdichado que eres sin pareja ,etc…
Recuerda que las negatividades no atraen a nadie. Tienes que sacar tu parte segura y positiva. Es bueno que la intención sea conocer a gente y después nunca se sabe lo que puede pasar, pero que el otro vea que no buscas pareja por soledad. Hazle ver que si encuentras a alguien que te guste de verdad te gustaría tener pareja pero sino es así, prefieres estar sin pareja.
Eso hará que te valoren, porque verán que no te conformas con lo que sea sino que buscas a alguien especial. Todo el mundo quiere saber que no consigue algo fácil, a todos nos gusta conseguir algo que no se conforma con cualquier cosa que se le presente.
3. Recuérdate a menudo tus valores
Para que le resultes interesante a alguien, antes tienes que ser tú la primera persona que se valore. Párate a pensar en cuáles son tus valores, explótalos y cree en ellos. Si tú sientes que mereces la pena, los demás también lo detectarán.
Piensa, si tú fueras otra persona, ¿qué te enamoraría de las virtudes que tú tienes? Saca tus cosas positivas y enamórate de ellas cada día para que los demás también lo hagan.
Muchos anhelan encontrar a una persona maravillosa, se piden muchas cosas en los demás, pero no nos miramos a nosotros mismos. Si quieres a alguien que valga la pena, conviértete tú en esa persona que buscas, entonces serás el elegido.
El amor no se busca
¿Cuántas veces has oído esa frase? “El amor no se busca, sale cuando menos te lo esperas”. Estoy de acuerdo, en que el amor es algo que no se puede encontrar fácilmente, no podemos activarlo cuando queramos, pero lo cierto es que si no somos activos, si no hacemos nada, será más difícil que puedas encontrar a alguien.
El amor no se busca, pero sí hay que buscar conocer a gente nueva. Cuanta más conozcas, más posibilidades tendrás de enamorarte de alguien, de encontrar pareja.
Tu objetivo, no debería ser encontrar pareja, pero sí conocer a mucha gente nueva, para así abrir más el campo de posibilidades a que conozcas a alguien especial, con la que te apetezca comenzar una relación de pareja.
viernes, 4 de octubre de 2013
martes, 1 de octubre de 2013
¿Que hacer cuando tu hijo/a te da malas contestaciones?
Cuando los pequeños toman como hábito responder a lo que les adultos les dicen, entramos en una dinámica de conflicto.
Los adultos se desesperan, no comprenden porque los pequeños responden y no saben cómo llevar esa situación.
En determinados momentos los niños y niñas se vuelven contestones. Cuando les reñimos responden. No aceptan lo que se les dice y quieren dar su opinión, eso es normal y no es malo, pero lo hacen de malos modos, y aquí es donde está el problema.
Los niños a lo largo de su crecimiento van desarrollando su personalidad, es importante que aprendan a establecer su propio criterio y que cuestionen lo que se les dice. Pero deben saber hacerlo desde el respeto. Debemos enseñarles que se puede dar la propia opinión, que de hecho es importante que lo hagan, pero con buenos modos.
A nivel emocional los pequeños necesitan desvincularse afectivamente de la figura de los padres como camino necesario para reafirmar su propia personalidad.
RECOMENDACIONES PARA EVITAR Y MANEJAR LAS MALAS CONTESTACIONES
- Ten en cuenta que no es nada personal contra nosotros. No lo tomes como un ataque personal, entiéndelo como parte normal del crecimiento y desarrollo del niño/a.
- Evita entrar en una lucha directa. No respondas con malos modos, no entres en un conflicto con ellos.
- Ante una mala contestación trata de averiguar lo que hay detrás de la misma. Si es porque está cansado, molesto por algo, que es lo que le desagrada para contestar así; o si simplemente es un hábito aprendido. Para ello pregúntale que es lo que le pasa, obsérvale cuando contesta.
- No debes dar demasiada importancia a la mala contestación. Cuando damos importancia a algo lo podemos estar reforzando o entrando en una dinámica que queremos erradicar. En lugar de eso, cuando te conteste mal, ignórale hasta que lo haga adecuadamente y con educación.
- Explícale, sin alterarte y sin entrar en discusión, que si no te dice las cosas de manera adecuada no le vas a escuchar. Le puedes decir lo siguiente: “me parece bien que me expliques lo que no te gusta, pero no puedes decirlo gritando o contestando mal, si lo haces así no te voy a escuchar. Estaré encantado de dialogar contigo y que me expliques tu opinión, pero cuando me hables adecuadamente.” Después de explicarle esto no le des más vueltas al tema, no hables mas de ello, en todo caso repites lo que le has dicho de nuevo.
- Déjale claro que no vas a aceptar las malas contestaciones, para ello no prestes atención a las mismas y haz que lo sepan: “ entiendo que no te guste esta norma o esta situación, pero no vamos a aceptar que respondas mal”
- Modelado. Haz de ejemplo, no le respondas con una mala contestación y tampoco las emplees con otros miembros de la familia o personas.
- Cuando el pequeño nos dé su opinión, ya sea en contra de algo que le decimos, pero lo haga de una manera adecuada, con respeto, le atenderemos y le reforzaremos esa conducta.
- No critiques nunca a la persona, critica la contestación, pero no al niño o niña. (Fuente: Celia Rodríguez Ruiz)
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