jueves, 24 de julio de 2014

Discutir constantemente acorta la vida


Una persona que discute constantemente con su cónyuge, colegas o vecinos corre el riesgo de duplicar e incluso de triplicar el riesgo de morir. Ello se debe a que el estrés que generan las riñas nos vuelve más vulnerables ante diversas enfermedades.

Un equipo de investigadores daneses de la Universidad de Copenhague asegura que el estrés causado por la preocupación del día a día, debido al hostigamiento, las discusiones o las exigencias excesivas del entorno, puede conducir a enfermedades del corazón, así como a debilitar el sistema inmunológico, lo que lleva a una persona a padecer otros problemas de salud. Los efectos parecen ser mucho más alarmantes en los hombres porque, a diferencia de las mujeres, no suelen compartir sus problemas con sus amigos o familiares.
La doctora Rikke Lund, autora principal del estudio, chequeó con ayuda de sus colegas el estado de salud casi 10.000 hombres y mujeres danesas de entre 36 y 52 años de edad durante 11 años en el marco de un estudio sobre trabajo, salud y desempleo. Todos los participantes completaron regularmente un cuestionario para estipular la frecuencia con la que se enfrentaban a preocupaciones o a conflictos y con qué frecuencia se presentaban tales situaciones.
Durante este período murieron 196 mujeres y 226 hombres por causas que iban desde enfermedades del corazón o cáncer, hasta enfermedades del hígado por el abuso del alcohol y el suicidio. Los académicos utilizaron posteriormente una fórmula matemática para calcular la probabilidad de hombres y mujeres que murieron en función de la frecuencia con la que habían informado que discutían.
La conclusión de los expertos es que las discusiones o conflictos entre las parejas, familiares, amigos y conocidos duplican e incluso triplican las posibilidades de morir en comparación con los que rara vez discuten.
Lund sostiene que la tensión es la principal culpable de muerte prematura, ya que lleva a una persona a padecer una presión arterial alta y enfermedades del corazón. Aunque el estudio no demuestra que el estrés provoque cáncer, sí plantea la posibilidad de que el pueda conducir a una persona al suicidio o a muertes relacionadas con el uso excesivo de alcohol.

martes, 22 de julio de 2014

Cómo identificar y vivir tus propios valores



Identificar nuestros propios valores, esos que están profundamente arraigados en nosotros, y aplicarlos en nuestra vida nos facilitará la obtención no solo del éxito en la vida y en el trabajo, sino también de la felicidad.

Los valores son aquellos rasgos o cualidades que cada uno de nosotros considera que vale la pena y que representan las prioridades personales. Son, en definitiva, aquello que nos mueve desde lo más profundo de nuestro ser. Estos valores nos acompañan allá donde estemos, tanto a nivel personal como laboral.

Hacer una declaración de valores, reconocerlos como propios y aplicarlos en nuestra vida nos define como personas y nos ayuda a lograr nuestros objetivos personales y a vivir feliz y plenamente.

Cada uno debemos ser fiel a nosotros mismos. Es fácil que en ocasiones neustros valores choquen con los valores (o falta de valores) de los demás. Pero vivir en función de los valores o no-valores de los demás no sólo nos alejará de la felicidad, sino que nos dificultará lograr el éxito en la vida.

Algunos valores por los que vale la pena vivir

A veces puede resultar algo difícil identificar estos valores, sobre todo si vivimos en entornos fuertemente represivos, no respetuosos o impositivos. En la siguiente lista encontrarás algunos valores por los que realmente merece la pena vivir y sobre los que merece la pena establecer una base de comportamiento y actitud en la vida.
No es necesario que todos estos valores formen parte de nuestras aspiraciones personales. De hecho, muchos te criticarán por tener exceso o falta de alguno de ellos. Lo importante es que identifiques los que realmente te mueve a ti, sin autocensura, y que los vivas.

Algunos de estos valores son la ambición, la competencia, la individualidad la responsabilidad, la exactitud, el respeto, la dedicación, la diversidad, la mejora, la diversión, el disfrutar de la vida, la lealtad, la credibilidad, la excelencia, la honestidad,la responsabilidad, la autonomía, la calidad, la eficiencia, la dignidad, la colaboración, la innovación, el trabajo en equipo, la administración, la empatía, el logro, el coraje, la sabiduría, la independencia, la seguridad, el desafío, la influencia, el aprendizaje, la compasión, la amabilidad, la disciplina, el orden, la generosidad, la persistencia, el optimismo, , la igualdad, la integridad , el servicio, la fiabilidad, y la flexibilidad, entre otros.

¿Por qué identificar y establecer tus valores?

Tus valores se componen de todo lo que te ha sucedido en la vida e incluyen influencias de tu familia, religión, amistades y compañeros, así como de tu educación o de los que has visto o leído. Las personas efectivas y exitosas reconocen estas influencias ambientales, las identifican y desarrollan un conjunto claro, conciso y significativo de valores, creencias y prioridades. Una vez definidos, estos valores crean un gran impacto cada aspecto de la vida, ya que modelan el comportamiento e influyen en la toma de decisiones y en las interacciones personales y ayudan a establecer las metas y los propósitos.

Elijir los valores que son más importantes para ti, los valores en los que crees y que definen tu carácter es muy importante para la autoestima, base para el éxito y la felicidad. Vivir visiblemente todos los días en el trabajo y en casa estos valore es una de las herramientas más poderosas para ser la persona que quieres ser y para alcanzar tus metas y sueños, y para influir positivamente en los demás.
(Fuente: la mente es maravilloso)

domingo, 20 de julio de 2014

Y tú ¿como te comunicas con los demás?



"En un país muy lejano, al oriente del gran desierto vivía un viejo Sultán, dueño de una inmensa fortuna.
El Sultán era un hombre muy temperamental además de supersticioso. Una noche soñó que había perdido todos los dientes. Inmediatamente después de despertar, mandó llamar a uno de los sabios de su corte para pedirle urgentemente que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia mi Señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
- ¡Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos, por ser un pájaro de mal agüero. Más tarde, ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
- ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que vuestra merced tendrá una larga vida y sobrevivirás a todos sus parientes.
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía del Palacio, uno de los consejeros reales le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños del Sultán es la misma que la del primer Sabio. No entiendo por qué al primero le castigó con cien azotes, mientras que a vos con cien monedas de oro.
- Recuerda bien amigo mío --respondió el segundo Sabio-- que todo depende de la forma en que se dicen las cosas... La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la enchapamos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado...
- No olvides mi querido amigo --continuó el sabio-- que puedes comunicar una misma verdad de dos formas: la pesimista que sólo recalcará el lado negativo de esa verdad; o el optimista, que sabrá encontrarle siempre el lado positivo a la misma verdad".

viernes, 18 de julio de 2014

La gratitud, una gran virtud




El sentimiento de gratitud no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario. Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. No todo el mundo puede experimentar gratitud. Es una virtud reservada para los espíritus más elevados y para las inteligencias mejor desarrolladas.

A diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente. Exige que haya un sistema de valores éticos, en donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir, además de una renuncia a la visión egocéntrica de la vida.

El trasfondo de la gratitud y la ingratitud

La gratitud puede definirse como un sentimiento de aprecio y valoración por las acciones que otros hacen a favor nuestro. Implica una suerte de deuda moral con quien nos hace bien. Deuda que no significa hacer un cálculo para redimirla, sino elevar la estima por quien nos hace un favor o nos prodiga un bien, y estar abiertos a la posibilidad de corresponder por el beneficio recibido.

No solamente los seres humanos experimentan gratitud. También los animales superiores cuentan con esta virtud, aunque la expresen en forma rudimentaria. Un perro, por ejemplo, entrega su lealtad a quien se ocupa de cuidarlo y amarlo.

Las personas que no son capaces de experimentar gratitud tienen un elevado narcicismo. No solamente tienen problemas de memoria, sino que también dan por sentado que merecen toda la ayuda que reciben. De hecho, muchos de ellos se atribuyen por completo los beneficios que obtienen y omiten por completo lo que los demás aportaron para poder lograrlos.

La ingratitud es propia de personas que han sido criadas con exceso de gratificaciones. No se les enseña a valorar lo que otros les dan. Sus padres le inculcan la idea de que lo merece todo, por ser quien es.
Quien ha pasado por dificultades y las ha resuelto, sabe el inmenso valor que tiene la ayuda de otros. Nada como sentirse impedido para algo, o atrapado, o vencido, para entender que la mano que otro tiende es un verdadero regalo del cielo.

Los beneficios de la gratitud

La gratitud es un sentimiento sutil y sofisticado. Casi un arte. Germina sobre la convicción de que los seres humanos somos incompletos y que nos necesitamos mutuamente. Es el producto de haber desarrollado una ética de cooperación, en lugar de una actitud de competencia o confrontación.

Según un estudio llevado a cabo por Rollin McCraty y Doc Childre, representantes de HeartMath Research Center y Quantum Intec Inc., respectivamente, las personas que son capaces de experimentar gratitud obtienen grandes beneficios para el buen funcionamiento de su corazón. Tienden a enfermar menos y son, en general, más felices.

Los agradecidos son también personas que difícilmente dan cabida a sentimientos negativos como el arrepentimiento, el resentimiento y la envidia. Son capaces de sentir gratitud, precisamente porque eligen ver lo mejor de las personas y guardarlo en la memoria.

También son más generosos. Reconocen que la ayuda mutua es un valor importante y por eso no solamente son capaces de apreciar la ayuda que reciben, sino que también están dispuestos a ayudar a otros. Por eso no todos saben agradecer: es una virtud que solamente tienen los mejores.
(Fuente: la mente es maravillosa)

martes, 15 de julio de 2014

Cuando nos disputamos la razón



Querer tener la razón en todo es el comienzo de muchas dificultades. Para muchos es casi una consigna que nace de una profunda inseguridad. Tiene que ver más con el poder que con la razón misma. De hecho, la razón no le pertenece a nadie en particular. Lo que hay son distintas maneras de razonar, así que cada cual tiene la suya.
Hay razonamientos que son más válidos, por los soportes que los confirman. Pero particularmente en el mundo de lo humano, lo razonable o no razonable dista mucho de ser fácilmente definible. ¿Tienes tú razón al decirle a otro que no esté triste? ¿O es el otro quien tiene razones para no dejar de estarlo?... La pregunta entonces es: ¿Por qué algunos quieren tener la razón siempre, quitándole merito a las razones de otros?

Las dictaduras mentales

Quienes siempre quieren tener la razón parten de la idea de que la verdad es un objeto sobre el que es posible tomar posesión. Es algo que “se tiene”, no que “se construye”. Esta creencia es de por sí falsa, en tanto todos sabemos que la verdad (incluso la científica) no es estática: cambia, se modula, se complementa o se rebate.

Lo que busca el “razonable compulsivo” no es exactamente proponer verdades más elaboradas. Su verdadero propósito va más bien en la dirección de silenciar otras formas de ver la realidad: otras verdades.

La ciencia, que tiene métodos precisamente para darle validez a sus hallazgos, tiene por premisa el escepticismo frente a sus propios postulados. Las grandes verdades no han sido construidas sobre la base de imponerse silenciando a los que esgrimen otros argumentos. Todo lo contrario. La ciencia se somete a sus propias pruebas de verdad. Cuestiona sus conclusiones. Las somete a nuevas pruebas.

Los razonadores de oficio, en cambio, dan por sentado que hay verdades inmodificables y que ellos son sus portadores. Con esa actitud solo se están protegiendo de la incertidumbre que está en el corazón de todo razonamiento, por más válido que sea. Sortean así su propia inseguridad. Las demás verdades no son motivos para ampliar su razonamiento, sino amenazas que deben silenciarse.

Hay que darle la razón al que la necesita

Cuando hablamos de personas que siempre quieren tener e imponer la razón, estamos hablando en últimas de intolerancia. De gente con convicciones ideológicas de piedra que teme lo diferente. No tienen un pensamiento libre y abierto, sino que viven presos de su forma de pensar.

En realidad, se hacen más daño a sí mismos del que podrían hacerle a los demás. Su incapacidad de escuchar los aísla. Su dificultad para comprender los estanca. Su marcada tendencia a imponerse en lugar de hacerlos más fuertes, los convierte en gente altamente vulnerable. Generalmente se sienten atormentados cuando no logran unificar el pensamiento de los demás y son excesivamente sensibles a la crítica.

Aceptar las ideas de los demás, y a los demás, no es tan difícil como algunos suponen. Basta sencillamente con no reaccionar a las palabras o actitudes de otros. No es necesario que adoptemos o validemos sus creencias, simplemente que seamos conscientes de que tienen derecho a expresarlo y que no es nuestra obligación controvertirlos. ¿Por qué una opinión contraria a la nuestra tiene que causar disgusto?

Te sorprenderías lo mucho que puedes aprender cuando adquieres la capacidad de escuchar a los demás, sin buscar sus equivocaciones, sino sus aciertos. También te darías cuenta de que eso mejora tu carácter y te hace sentirte más estrechamente unido con la raza humana. Inténtalo.
(Fuente: la mente es maravillosa)

lunes, 7 de julio de 2014

Lo que el mindfulness aporta a nuestra vida cotidiana


Mientras conducimos, resolvemos por vía telefónica algún desaguisado en la oficina, reprendemos a nuestro hijo por sus travesuras en el asiento de atrás y pensamos en los recados que hemos de hacer. Así, sin poder solucionar de una manera efectiva ningún problema, el equilibrio mental se ve alterado y se potencian las emociones negativas.


¿Quién no se ha visto nunca en este escenario? Y sobre todo, ¿quién no quiere ponerle fin? 

La psicóloga Isabel S. Larraburu nos muestra el camino para ser felices. Nos enseña a mirar correctamente, a mirar la realidad sin tapujos, a ser libres, a no sentirnos influidos por situaciones externas ni internas, a poder mirar, observar y entender con maestría. En una palabra, a llegar a entender los hechos, a uno mismo y a los demás de un modo real.

La atención plena o mindfulness, o la también llamada meditación atenta, es un proceso psicológico, un entrenamiento mental que persigue el desarrollo de una nueva manera de percibir la realidad. Una habilidad que cualquiera puede aprender y practicar, que no se opone a la celeridad de nuestras vidas. Sino que nos da herramientas para enfrentarnos a todos los cambios que vivimos continuamente, al sufrimiento de las pérdidas, a la frustración de los deseos, a la soledad causada por los apegos, a la depresión y a las adicciones. Esta nueva mirada nos conduce a estar muy presente y atento a cada instante, sin recurrir al autoengaño y a las distracciones. 

Si la llevamos a la práctica, podremos estar preparados para cualquier contingencia y podremos obtener más armonía y bienestar. con independencia de los logros del ego, una mayor resistencia a la adversidad, un estado de alerta y concentración óptimos y una mayor estabilidad anímica. Una mirada sin anhelo, ni aversión, sin valencias de bueno y malo, sin juzgar, solo advirtiendo todo tal como es, y no como nos gustaría que fuese. Como nos indica la autora de este libro Isabel Larraburu, “lo que necesitamos para alcanzarlo ya lo tenemos dentro de nosotros mismos. Todos tenemos la capacidad de ser felices, aunque algunos tienen que entrenarse para ello”.

El ejercicio de la meditación atenta está alcanzando un lugar destacado en la psicología y en la medicina. Esta técnica no es meramente un modo de relajación. Es una forma de entrenamiento mental que contribuye a reducir la propensión a modos mentales reactivos que generan estrés emocional o perpetúan la psicopatología.

CÓMO MIRAR

•Aceptar las cosas como son.
•Prestar atención a todas las actividades rutinarias que hacemos.
•Aprender a permanecer serenos.
•Sustituir el concepto por la sensación. Conocer la realidad sin contaminarla.
•Reiniciar la mente mediante la observación de la respiración. Mientras respiras te conoces.
•Evitar el autoengaño. Dejar metafóricamente hablando que se introduzca un amigo lúcido, agudo y benévolo en nuestra existencia.
•Aprender a ser meros testigos de lo que ocurre.
•Aprender a oír los pensamientos, no dejarse atrapar por ellos y reconocer las emociones sin valorarlas como buenas o malas. No deberíamos ser jueces de nosotros mismos.
•Estar despierto y atento. Eso implica una mejor capacidad para tomar decisiones, una percepción correcta, mejor autocontrol, sentido de la realidad, una mejor capacidad intelectual y una mayor resistencia a la         adversidad.
•Del control a la aceptación. Aceptar la realidad tal como es y como un valor en sí mismo, no como un trámite para lograr las metas.

Nuestra cotidianidad vista desde la meditación atenta. Algunas ideas para reflexionar
Hay que convencerse que lo más importante de nuestra vida es lo que está sucediendo ahora, entregarnos al momento presente. Ni pasado, ni futuro, solo presente.
Ser agradecido produce bienestar, mejor salud y mayor rendimiento intelectual en las personas
Más consumo menos felicidad.
Las ventajas del perdón, ahora validadas por el mundo científico, incluyen la reducción del dolor crónico, de los trastornos cardiovasculares, de la conducta violenta, el incremento de la esperanza y el alivio de los niveles de depresión y ansiedad.
La evidencia científica actual sobre la ira indica que está emoción es básicamente una cuestión de elección. Airear la ira raramente lleva a algún alivio real o a alguna catarsis duradera. Más bien conduce a más ira, tensión y excitación.
El humor es la mejor protección contra el dogma, la arrogancia, la rigidez, o incluso la desesperación. El sentido del humor siempre mantiene la posibilidad de ver las cosas de otra forma” Edgard de Bono, autor del concepto de pensamiento lateral.
Combatir el estrés con la resiliencia. Esto significa saber pedir ayuda, confiar en los propios recursos, atreverse a tomar decisiones, hablar con uno mismo y seguir nuestro propio consejo para otros, evitar pensar que las crisis son catástrofes, percibir los errores como experiencias para aprender y superarse, aceptar que el cambio es parte de la existencia, transformar la crisis en oportunidades y responsabilizarse de las propias acciones.
Transformar el apego en amor. Los cuatro aspectos del amor según el budismo son: bondad incondicional o benevolencia, compasión, alegría y ecuanimidad y libertad.

sábado, 5 de julio de 2014

La historia de Pedro



Un grupo de chavales de entre 8 a 10 años estaban jugando un partido de fútbol. Algunos de los padres seguían atentamente el partido, hasta que un niño se acercó corriendo para jugar con los demas, pero algunos le increparon para que abandonase el campo y les dejara seguir jugando el partido.

Su madre le gritó: " Pedro, ven aquí y déjales jugar".

Pedro apesadumbrado salió del campo y se sentó en una esquina ante la vigilante mirada de su madre. Siguió el partido atentamente, viendo como los demás niños se divertían jugando. Iban empatados a dos y el partido estaba a punto de finalizar.

No obstante sus ansias pudieron con él y Pedro irrumpió de nuevo en medio del campo. Su madre lo volvió a llamar para que abandonase el terreno de juego, pero a pesar de su insistencia Pedro no la hizo caso. Los otros niños comenzaron a gritarle y a insultarle para que saliese del campo, hasta que se dieron cuenta de que Pedro era un niño síndrome de Down.

En ese momento se hizo el silencio y Andrés dijo: "¡ Dejadle jugar, va con nuestro equipo!" Todos lo aceptaron sin más. Andrés era el mejor jugador y tenia una gran influencia en el resto de compañeros.

La madre de Pedro le preguntó si estaba seguro de lo que estaba haciendo y Andrés respondió con un rotundo si.

Pedro comenzó a correr con sus dificultades de un lado a otro, persiguiendo el balón sin mucho éxito, si bien su cara de felicidad era absoluta. Su madre estaba nerviosa y encantada de ver que su hijo estaba disfrutando en aquellos momentos como cualquier otro niño. El partido llego a sus últimos minutos y seguían empatados a dos tantos. De repente el arbitro pitó un penalti a favor del equipo de Pedro. Andrés coloco el balón y se dispuso a lanzar el penalti. Sin embargo, en ese momento se acercó hasta el portero y le susurro algo al oído. Andrés volvió hacia donde estaba el balón pero en vez de chutar se dirigió a Pedro y le preguntó: "¿Quieres tirarlo tú?".

Pedro comenzó a gritar y saltar de alegría. Su madre no daba crédito a lo que estaba presenciando. Totalmente emocionada se llevo las manos a la cara, tapándose las lagrimas. Pedro se acercó al balón, chutó con toda la ilusión del mundo y tan fuerte quiso golpearlo que a punto estuvo de no darle. Cuando el portero vio hacia que lado se dirigía la pelota, se tiró hacia el lado contrario y el balón entró en la portería marcando el gol que significaba el 3 a 2. Sus compañeros comenzaron a vitorear el nombre de Pedro, celebrando el gol. Todos lo abrazaron, se convirtió en el héroe del partido. Sus compañeros y los niños del equipo contrario que se unieron al grupo, lo llevaron a hombros hasta donde se encontraba su madre. Con los brazos en alto mirando al cielo, Pedro no dejaba de gritar: "¡ He metido un gol! ¿ He metido un gol!" mamá "¡ He metido un gol y hemos ganado!".

Probablemente para esa madre fue el momento mágico mas conmovedor que vivió con su hijo. Los padres de los demás niños que presenciaron ese maravilloso suceso estaban en pie aplaudiendo emocionados y orgullosos por ese gesto de bondad, de comprensión, de amor y de generosidad.

La madre de Pedro se acercó hasta Andrés, artífice del extraordinario gesto. La mujer no podía articular palabra. Entre lagrimas de felicidad, tan solo pudo decir un entrecortado y emotivo "gracias"

Estos gestos, como el del partido, conectan a las personas con su verdadera esencia, nos conectan con los otros. Son momentos de espiritualidad, momentos en los que conectamos con lo mejor de nuestro interior, cuando el ego desaparece, cuando perdemos nuestra individualidad y sentimos la compasión, la bondad y la empatia. Cuando ayudamos a reducir el sufrimiento de los demás nos ayudamos a nosotros mismos

sábado, 14 de junio de 2014

El coaching te hace crecer como persona

Es un hecho conocido que no se puede ayudar a nadie si primero la persona no pide ayuda.  A veces no pedimos esa ayuda que tanto necesitamos porque nos han educado para arreglárnoslas solos, más aún cuando se trata de temas psicológicos o emocionales. Otras veces porque nos da un poco de vergüenza hablar abiertamente de nuestos problemas y dificultades. Y otras porque nos cuesta admitir que necesitamos ayuda, ya que puede parecer una debilidad. No obstante, éstas son barreras que nosotros mismos nos ponemos.Cuando somos capaces de tomar conciencia de nuestras visicitudes, cuando hemos llegado a nuestro límite y estamos dispuestos a dar un paso adelante para progresar en nuestra vida… Entonces encontramos esa ayuda que necesitamos.
Y éste es el tipo de apoyo que se puede encontrar en el coaching. Además, creo firmemente en la importancia de transferir el poder a la persona con la que estoy trabajando en ese proceso de coaching para no crear ningún tipo de dependencia, sino una rápida interdependencia de acompañamiento y guía durante un trecho del camino, pero destinada a que esa persona pueda confiar y apoyarse en si misma pronto.
En mi opinión, la ayuda debe hacerse desde la compasión para que no haya ningún tipo de compulsión, para permitir que la persona se haga responsable de su propia vida y elecciones, para que se sienta capaz y grande, para trasferirle las herramientas con las que enfrentarse a los nuevos retos con fuerza y ánimo, para que se sienta poderosa, para que pueda liberarse de las cargas del pasado, para creer en si misma.
Cuando terminamos el proceso y puedo pasar el testigo a la persona, ya cambiada, con el objetivo de que a partir de ese momento pueda enfrentarse a lo que pueda llegar con la cabeza alta, el corazón alegre y el ánimo transformado, es uno de los momentos más satisfactorios de esta tarea que llevo a cabo. Un auténtico regalo para mí.
(Fuente: Monica Esgueva)

miércoles, 11 de junio de 2014

Cada crisis puede ser una oportunidad



¿Que la vida puede ser muy difícil en determinados momentos? Sí, es verdad. Y no te sientas solo(a), porque al reto de sortear los obstáculos que se nos presentan, todos nos enfrentamos cada día. Sin excepción. Lo importante es poder ubicarnos frente a cualquier conflicto con energía y optimismo, comprendiendo que somos seres dotados de inteligencia para plantearnos soluciones alternativas.

Al estar bien con nosotros mismos, la percepción sobre el mundo que nos rodea tiende a ser positiva. Sin embargo, las frustraciones o experiencias traumáticas en ocasiones pueden distorsionar nuestra realidad negativamente. Esto puede llegar a convertirse en algo cíclico y desembocar en una gran carga emocional, hasta el punto en que nos encontramos con el dilema de cómo manejar tanta “información” acumulada.

Grandes pensamientos

Albert Einstein, además de ser un científico excepcional, nos dejó reflexiones muy interesantes, dignas de reconocimiento. Él habla de la crisis como una oportunidad, como una “bendición” que puede sucederle a personas, a organizaciones o a países porque trae consigo progresos. Explica que los grandes descubrimientos y estrategias surgen de la angustia… “Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar superado”.

Luchar es la clave para salir de la penumbra, sólo debes aprender a amarte, confiando en tu gran fuerza interna.

Pequeñas grandes claves

¿Te has sentido perdido(a) alguna vez, sin encontrarle sentido a la vida? ¿Te has visto por momentos atrapado en círculos viciosos o situaciones recurrentes? Pues bien, no busques soluciones afuera porque puedes encontrar dentro de ti todas las respuestas que buscas. Ten en cuenta estos puntos:

¡Sí puedo!: Desde el momento en que te levantes, repite esta afirmación o alguna parecida, cuantas veces sea necesario. De este modo estarás dándole otra información a tu cerebro, ayudando a tus neuronas a crear otro tipo de conexión entre ellas. Recuerda, eres el único que puede cambiar tu propia realidad.

Atrévete al cambio: Aprovecha este momento para renovarte. Intenta esas actividades que siempre tuviste en mente hacer: tomar clases de pintura, conocer otro destino, comprarte un buen libro y estudiar sobre ese tema que tanto te gusta, etc. ¿Qué es aquello que vienes posponiendo desde hace tiempo? ¿Y si este, precisamente este, fuera el momento indicado para mimarte y complacerte a ti mismo(a), cumpliendo ese deseo?

Impide caer en los vicios: El alcohol, las drogas, el cigarrillo o la sobrealimentación son algunos de los vicios a los que nos encontramos propensos durante una etapa depresiva. ¡Hay que evitarlos! Esos hábitos indeseables sólo lograrán, a la larga, alimentar aún más el estado negativo y, más tarde, te generarán sentimientos de culpa. Debemos enfrentar los problemas y estar conscientes de que los excesos son un mecanismo de evasión que nos aleja de la solución.

Busca ayuda profesional: Cuando tenemos dificultades con la digestión, lo ideal es ir al gastroenterólogo. Si sufrimos una migraña, un especialista en neurología podrá ayudarnos a identificar de dónde proviene la molestia. Lo cierto es que así como solicitamos asistencia médica cada vez que nos sentimos mal físicamente, cuando nos encontramos inmersos en estados interiores perjudiciales, difíciles de manejar, lo más recomendable es buscar ayuda profesional 

Superar la "crisis": Cada quien manifiesta sus malestares internos de distintas maneras, aunque es frecuente sentirnos nostálgicos, desinteresados, tristes o agotados. A pesar del cansancio, se debe comprender que “ninguna dificultad puede resolverse de brazos cruzados”. La voluntad es fundamental para superar estas situaciones… Es necesario que pongamos todo el interés de nuestra parte para aprender de cada situación, para extraer la sabiduría de cada crisis.

Si esta es la actitud con la que encaramos la vida, cada dificultad no será más que un “trampolín” que podrá impulsarnos tan alto como seamos capaces de imaginar…
(Fuente:La mente es maravillosa)

viernes, 30 de mayo de 2014

El valor de lo cotidiano


Cuentan que, en cierta ocasión, un joven simple pidió entrar como novicio en un templo zen. 
El abad accedió, pero viendo su escasa capacidad para realizar incluso las tareas mas fáciles, decidió encargarle que barriera bien el patio todos los días. Así pasaron las semanas, los meses y los años, y el joven simple se afanó en barrer minuciosamente el patio durante todos los días de su vida. 
Lloviera, nevara, hiciera calor o viento, estuviera enfermo o cansado, el joven simple no dejó jamás de barrer cuidadosamente el patio con su vieja escoba.
Nunca antes se había visto el patio más limpio. 
Una mañana, el abad se fijó mas detenidamente  en «el monje de la escoba» y percibió como si algo apenas visible, pero muy especial, emanara de él, algo que provocaba respeto y reconocimiento, algo en lo que antes no había reparado, acostumbrado como estaba a verlo un día tras otro, casi formando ya parte del paisaje del patio. El semblante de su rostro emanaba verdadera paz interior, verdadera sabiduría. 
Llegó ante él, lo invitó a dejar la escoba un momento, y le propuso algunas preguntas de hondo contenido espiritual. Minutos después, el abad unió las manos sobre su pecho y se inclinó ante el monje simple con una profunda reverencia: había descubierto a un auténtico iluminado.
-¿Cómo has alcanzado este estado? -le preguntó el abad-. Tú no has recibido enseñanza de los maestros del templo y ni siquiera has leído las escrituras, tampoco has meditado durante horas junto a los demás monjes, únicamente te has dedicado a barrer el patio todos los días, mañana y tarde.
-Dices bien querido abad -contestó el monje-, Mi mejor maestro ha sido la escoba, que me mostró el valor del silencio, de la humildad y del servicio; mis escrituras han sido el polvo seco del verano, las hojas del otoño, las lluvias de primavera y la nieve del invierno; y mi meditación ha estado siempre presente en la intención de barrer lo mejor que he sabido y he podido, viviendo ese momento siempre en el mas absoluto aquí y ahora. 
Oídas aquellas palabras, el abad humildemente se retiró en silencio y el monje continuó barriendo con su escoba.

miércoles, 28 de mayo de 2014

20 pensamientos de sentido común


1.- Dedícate a disfrutar cada día como si fuera una nueva vida. Esto solo depende de ti.

2.- Vive, siente y disfruta de todo lo bueno que tienes en el presente.

3.- Acepta lo imposible con actitud positiva.

4.- Tú y solo tú, puedes elegir cambiar el chip y salir del negativismo.

5.- Centra tus pensamientos y sentimientos en todo lo bueno que tienes. ¡Es mucho!

6.- Tener más no es ser más, ni ser más feliz. La felicidad la marca tu actitud.

7.- Si procuras hacer felices a los demás, ya logras gran felicidad.

8.- La alegría y el sentido del humor deberían ser tu constante, tu estado natural, tu forma de vivir.

9.- No olvides que con tus palabras puedes construir o destruir, hacer mucho bien o hacer mucho mal. Tú eliges.

10.- Pónselo fácil a la felicidad y no permitas que el pasado te haga sentir mal, ni el futuro te angustie o preocupe. Vive y disfruta ¡¡ahora!!

11.- Lleva siempre puestas las gafas inteligentes, positivas y de esperanza y todo será según el cristal de tus pensamientos, sentimientos y actitudes.

12.- Ámate, exígete, perdónate y que tu felicidad y tu luz se derramen sobre los demás. Nadie es más feliz que quien hace felices a los demás.

13.- Cultiva cada día tu espíritu con tu pensamiento y con tu obra. Deja la mejor y más profunda huella en la mente y el corazón de los demás.

14.- Dulcifica tus formas y tu carácter. Vive la paz interior y no vayas “de guerrero” por la vida.

15.- Busca, como compañeras de viaje, a personas que te ayuden a crecer: positivas, bondadosas, generosas, esforzadas, con buen humor...

16.- Evita pensamientos y sentimientos negativos como el odio, la rabia, la envidia, el rencor… y te librarás de muchos males físicos y psíquicos.

17.- El sufrimiento, las adversidades, las personas tóxicas y las enfermedades forman parte de la vida. Acéptalos, afróntalos con coraje y sigue tu camino con valentía.

18.- Soluciona tus problemas ocupándote de ellos y no preocupándote y agobiándote inútilmente.

19.- Recuerda que la vida es el mayor de los regalos y que estás aquí para ser feliz.

20.- Convierte tu vida en amor. Disfruta del hecho de amar y sentirte amado, y de ocupar un primer plano en el pensamiento y en el corazón de las personas que más quieres.
(Fuente: www.enterapiapsicologia.es)

martes, 13 de mayo de 2014

La importancia de ser agradecido


"Es de buen nacido ser agradecido".
Muchas veces nos olvidamos de este dicho popular que es una gran verdad. Son muchos los temas que escapan a nuestro control en la vida, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante las cosas. 
Nuestra mente es bombardeada con millones de bits de información por segundo, razón por la cual tiene que filtrar todo lo que no está buscando activamente.

El problema radica en que, como regla general, nuestra mente tiende a ver lo que está mal y las carencias. Esto se debe a que, a fin de evitar el peligro y asegurar nuestra supervivencia, buscamos lo que está fuera de lo esperado o puede representar un peligro.
Sin embargo, si nos dejamos llevar por estos pensamientos negativos, ellos pueden comenzar a dominar nuestra mente y a afectar a nuestras expectativas. Empezamos a esperar situaciones negativas y a crear lo negativo en nuestra vida. El resultado final: una vida de experiencias y resultados decepcionantes y frustrantes.

Sin embargo, podemos detener la tendencia negativa natural de nuestra mente mediante la reorientación hacia la abundancia y lo que es positivamente posible, centrándonos en aquello de lo que estamos agradecidos. Con este cambio de visión, casi al instante tu vida puede cambiar su trayectoria. Tu mundo puede revolucionarse y todo lo que puedes crear en él. 
De esta forma nos vamos a sentir mucho mejor, siendo agradecidos, incluso cuando las cosas no van del todo bien y cuando surgen conflictos o problemas. 

Aprender a ser agradecido para disfrutar más

¿Qué visión tienes acerca de tu propia vida? ¿Eres capaz de valorar aquellas cosas positivas que tienes? ¿En qué aspectos te concentras al ver tu propia existencia? Los puntos a continuación pueden estimular tu reflexión y ayudarte a cambiar la perspectiva que hasta ahora tienes:

Abre los ojos al mundo.Tenemos que salir de nuestro “universo cerrado”, mirar hacia el exterior, a los demás y darnos cuenta de todas las cosas que tenemos y agradecer por ello. Lamentablemente, hay muchas personas en peor situación que tú, hazte consciente de ello y fíjate. Seguro que después vas a estar mucho más agradecido de la situación en la que te encuentras, de la que muchas veces quizás te quejes.

Date cuenta de todas las cosas malas que no te suceden. A veces ocurre un pequeño percance que podría haber sido mucho peor. Es importante darse cuenta de ello y estar agradecido de que el problema no haya sido mayor.

Presta atención a las cosas buenas que sí te ocurren. Muchas veces vivimos la vida sin prestar atención a las pequeñas buenas cosas que nos suceden a diario porque las cosas más “espectaculares” son más evidentes y llaman más la atención. Sin embargo, si piensas un poco verás la cantidad de cosas positivas que hay en tu vida. Es fundamental re-educarnos para aprender a pensar en positivo y ver todo lo bueno que vivimos cada día.

Aprende a ser agradecido practicándolo. Todo puede ser aprendido y la capacidad de experimentar el agradecimiento es una parte de tu carácter que siempre puede mejorarse si lo practicas. Existen formas de hacerlo, como por ejemplo escribir cada día en un “Diario de Gratitud”, tal como recomienda Martin Seligman. ¿Sabes que la eficacia de la gratitud en la vida de las personas está comprobada científicamente?

Rodéate de personas con una actitud positiva y agradecida. Las actitudes negativas y pesimistas se contagian rápidamente, por eso es importante que aquellos que nos acompañen en la vida tengan una visión optimista. También podemos nosotros mismos ayudar a otros a ver todo lo bueno que tienen en sus vidas.

Decide no ser la víctima. En momentos difíciles, o cuando pierdes a alguien, es muy importante ser agradecido con lo que todavía tienes y por las oportunidades que aún se te presentan. Se trata de no enfocarse solo en lo que consideramos malo y buscar lo positivo de cada situación. Porque siempre hay algo favorable, aunque en un principio nos cueste descubrirlo. 

Ser agradecido es una cualidad que todos admiramos en el carácter de los demás, ¿verdad? Para ello no hay razones, ni excusas. Tampoco hay edades, nunca eres demasiado viejo como para intentar ser positivo y valorar todo lo maravilloso que tienes. 

Inténtalo. Verás que puedes empezar poco a poco a sentirte agradecido por las pequeñas cosas que te ocurren.

viernes, 2 de mayo de 2014

Los dos mares



Hay en Tierra Santa dos lagos alimentados por el mismo río: el río Jordán.

Están situados a unos kilómetros de distancia el uno del otro. Pero, ambos poseen características asombrosamente distintas. Uno es el Lago de Genesaret, conocido también como Mar de Galilea o Lago de Tiberíades. El otro es el llamado “Mar Muerto”. 
El primero es azul, lleno de vida y de contrastes, de calma y de borrasca. En sus orillas se reflejan delicadamente las flores amarillas de sus bellísimas praderas. 
El Mar Muerto es una laguna salitrosa y densa, donde no hay vida y queda estancada el agua que viene del río. 
¿Qué es lo que hace tan diferentes a los dos lagos alimentados por el mismo río? 
El Lago de Genesaret trasmite generosamente lo que recibe. Su agua una vez llegada allí, parte inmediatamente para remediar la sequía de los campos. Sacia la sed de los hombres y de los animales. Es un “agua altruista”. 
El agua del Mar Muerto se estanca. Se adormece. Es salitrosa. Mata. Es “agua egoísta”, estancada, inútil. 
Pasa lo mismo con las personas. Las que viven dando y dándose a los demás, generosamente, viven y hacen vivirlas personas que, egoístamente, reciben, guardan y no dan, son como agua estancada, que muere y causa la muerte a su alrededor. Muchas gentes se parecen al Mar Muerto: sólo reciben, acumulan, no se dan y así se fabrican una vida amarga, desdichada e infeliz. Hay otros que dan y se dan a sí mismos con generosidad y sin esperar recompensa…Esta gente es la más feliz de nuestro mundo.
Cuánto más damos más recibimos. Cuanto menos repartimos de lo nuestro, más pobres nos volvemos. El que acumula para sí solo, llama a gritos a la infelicidad y ésta llega. El que reparte, abre la puerta a la felicidad.
EL SECRETO DE LA VIDA ES DAR

sábado, 26 de abril de 2014

Hábitos para seguir creciendo en pareja


No importa si hace unos meses o varios años que viven juntos.
Las claves para una pareja feliz y sobre todo saludable, se empiezan a forjar desde el primer día. 
Es preciso dar y también aceptar a cambio. El equilibrio puede ser una de las palabras que mejor definan a una pareja, sin dudas. Porque todo debe estar, en la manera de lo posible, lo más “equitativo” que se pueda. Porque siempre ser uno el que da o bien el que recibe, a la larga termina desgastando la relación y el sufrimiento aparece. 
Nadie dice que una pareja perfecta es aquella que no tiene problemas, que no discute o que no afronta momentos difíciles, todo lo contrario. 
Una pareja ideal es la que a pesar de todo ello sigue adelante, juntas y a la par. Por eso es que si estás teniendo algunos inconvenientes con tu pareja, crees que no se están comprendiendo como antes, que discuten más de lo habitual, que no se escuchan, que cada uno está en una sintonía diferente, pues entonces es momento de que eches un vistazo a estos consejos:
 
Estén dispuestos a transformar sus deseos y necesidades: esto quiere decir, que no siempre se puede hacer lo que uno desea, el otro también tiene derecho a disfrutar de lo que le gusta. Comprometerse con el otro para que pueda ser feliz es una obligación que hemos de afrontar. Esto no significa dejar de lado nuestras preferencias, pero, como se dijo anteriormente, ser más equitativo. Esa necesidad de siempre tener razón no es para nada saludable tampoco. Ser más tolerantes para que la vida en conjunto sea más agradable y amena. Aprender a aceptar las costumbres, los hábitos y hasta los “caprichos” de la pareja, pero siempre logrando el equilibrio.

Disfruten del otro: una de las problemáticas más habituales es que cada uno hace lo que quiere sin la compañía de su pareja. Esto es bueno en cierta medida, porque también tienen que compartir cosas juntos, desde mirar una película o salir a caminar. Tal vez un simple desayuno en la cama el domingo por la mañana, una rica cena solos en casa (sin los hijos por ejemplo), una “escapada romántica de fin de semana”, etc. Intenten al menos una vez al mes hacer algo para los dos y nada más. Y algo que parece ser muy difícil de lograr es disfrutar también cuando la pareja está feliz haciendo lo que tal vez no nos guste tanto. Por ejemplo, que los hombres miren un partido de fútbol y las mujeres una película de amor (por más de que en la actualidad hay muchas señoritas que prefieren los deportes o caballeros que eligen una historia romántica, pero es simplemente para comprender el punto). 

Decir cosas positivas de la pareja delante de otras personas: al estar en público, ya sea en un cumpleaños, una reunión, una fiesta, etc nunca hay que criticar, burlarse, ridiculizar, insultar a la pareja. Todo lo contrario, tus actitudes deben hacer que él o ella se sientan seguros, apoyados y principalmente, respetados. Halagarlo con verdades y características sobresalientes de su personalidad, o resaltar algún logro que haya alcanzado en el trabajo, en la Universidad, etc. 

Sentirse seguros: no hay nada mejor que “descansar” en un sitio donde pensamos que nada nos puede pasar. Desde un abrazo a una caricia, no es preciso que sea un lugar físico, sino una sensación. Cuando dos personas están completamente seguras, es mucho más sencillo crear una buena relación. Siempre estar abiertos al diálogo, no temer a los entredichos o a los puntos de vista diferentes, no temer por el enojo del otro, aceptar las respuestas y pedir opinión. Esto va a añadir mucho a la intimidad (que no siempre es sexual) y a la frescura y salud de la pareja.
 
Comunicarse para llegar al entendimiento: tratar de hablar cuando ambos están calmados, no cuando el enojo o los nervios los dominan. Recuerda que un desacuerdo, por más pequeño que sea, que no se ha encontrado una solución, luego puede convertirse en una pelea mayor y hasta la separación. No hay que dejar que esto suceda, siempre hablar en tiempo y forma, es decir, en posición de comunión, de buena voluntad, de actitud correcta. Nada de desafiar, ironizar, buscar la pelea. 

Pedir perdón es un acto de generosidad: también es una demostración de arrepentimiento y de compromiso. Aunque pareciera tan sencilla, esa palabra de seis letras es una de las más difíciles de pronunciar, sobre todo cuando estamos enojados, dolidos, tristes, nerviosos, etc. Y otra de las cuestiones importantes, aprender a aceptarla. Es preciso sentirse libre para expresar las emociones y si no somos una persona con el “perdón” a flor de piel, hay que trabajar en ello. Lo mismo puede aplicarse para el “gracias”. 

Ir a dormir lo más juntos posibles: algunos dicen que es vital irse a la cama con el problema resuelto, otros que es mejor dejar pasar las horas de la noche para recapacitar. Está comprobado que dormir muy “pegado” a la pareja mejora notablemente la calidad del sueño, se evitan las pesadillas, se descansa más, se deja de lado el estrés, etc. Así que ya lo sabes, por una cuestión de salud física y mental, a dormir abrazados se ha dicho
(Fuente:la mente es maravillosa)

viernes, 25 de abril de 2014

Dieta mental para un cerebro sano


El cerebro funciona con energía y si sabemos cómo funciona, podremos sacarle más partido. 
Pero al igual que cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, necesitamos entrenarlo y esto solo se logra con una “dieta mental”, compuesta por distintas actividades, que no siempre incluimos en nuestro día a día. David Rock, fundador del Neuroleadership Institute, junto con Daniel J. Siegel, describen lo qué tenemos que hacer para lograrlo. Lo han denominado “la bandeja de la mente saludable” y consta de siete actividades que hemos de realizar con frecuencia.
Veamos qué tendría que incluir nuestra dieta:
Dormir, lo que refresca la mente, el cuerpo y consolida la memoria, asienta piezas de información que hemos ido aprendiendo durante el día. No es de extrañar que cuando nos levantamos nos vengan respuestas a problemas que antes de acostarnos no teníamos solución. Simplemente, el sueño ha hecho su trabajo. ¿Y cuánto hemos de dormir? Aunque habitualmente se piense que lo normal son ocho horas diarias, Rock y Siegel aseguran que depende de cada persona. Así pues, cada uno ha de saber cuánto tiempo es el adecuado para que su cuerpo y mente estén a pleno rendimiento. Por cierto, Albert Einstein dormía normalmente 10 horas diarias excepto en el caso de que estuviera trabajando en ideas que consideraba importantes, en ese caso dormía 11. 

Jugar, para experimentar con la vida. Gracias al juego, somos más flexibles en nuestras emociones y podemos ser más creativos. Esta es la explicación científica de por qué somos más permeables al aprendizaje cuando disfrutamos con lo que hacemos. Nuestras frecuencia de ondas contribuyen a ello. 

No hacer, es posible que sea una de las más nos cuesta. No significa placer, sino tiempo para no focalizarse en nada en concreto, como cuando estamos en un avión y nuestra mente fluye sin objetivo específico u oímos música sin reparar ni en la letra. Son momentos que nos ayudan a que luego seamos más eficaces en alcanzar un objetivo. Por ello, a veces, antes de ponernos con una tarea compleja, es recomendable “perder” el tiempo haciendo otras cosas sin importancia. Es un preámbulo necesario para encontrar una solución. 

Desarrollar la introspección o vivir en el momento presente, actividades como son dar un paseo en plena naturaleza, escuchar una música tranquila o realizar algún tipo de meditación o relajación sin juicio. Ayuda a rebajar el estrés y reduce la presión arterial y la tensión muscular. De algún modo, es un actividad antesala para ser mucho más eficaces en nuestro trabajo. 

Conectar con los otros, es el tiempo dedicado a construir relaciones saludables, en las que disfrutemos de la compañía, de una buena conversación o de mantener un satisfactorio contacto físico. En alguna ocasión hemos hablado de la necesidad de la amistad como elemento que nos aumenta la esperanza de vida. Gracias a la conexión con otras personas somos capaces, además, de mejorar nuestro sistema endocrino, cardiovascular e inmunitario. 

Hacer ejercicio físico. Todos sabemos que necesitamos hacer deporte para sentirnos sanos, pero lo que ha demostrado la neurociencia es que el ejercicio físico nos ayuda también a que nuestro cerebro sea más plástico para el aprendizaje y la creatividad. Potencia además las actividades neuronales que le protegen del envejecimiento o de cualquier otro daño que podamos hacerle. La variedad en el ejercicio es amplia: desde el deporte hasta caminar, bailar, senderismo… 

Focalizarse en objetivos, es el tiempo que dedicamos a realizar tareas para ser eficientes. La tecnología nos ha ayudado a que encontremos cualquier momento a lo largo de un día para resolver problemas, emails, llamadas… sin embargo, para focalizarnos en las tareas de un modo más eficiente es recomendable que nos centremos en alguna, que no caigamos en la multitarea, que nos roba tiempo y energía. 

Pues bien, de acuerdo con la neurociencia si queremos ser más eficaces y creativos debemos incluir una serie de actividades que musculen nuestro cerebro, como las del descanso, la reflexión o el contacto con amigos. En la medida que olvidemos a alguna de las anteriores, nuestro querido cerebro se sentirá cojo de alguno de los ingredientes que le permiten ser feliz.

miércoles, 23 de abril de 2014

¿Te atreves a soñar?

Desde pequeños todos sabemos soñar. Dormidos y despiertos. Gracias a la potencia de nuestra imaginación creemos que somos capaces de cualquier cosa. Sin embargo, según crecemos perdemos esta maravillosa capacidad que luego tanta falta nos hace en la vida a la hora de ser creativos, de innovar, de cambiar nuestras vidas y de transformar nuestras empresas. Te invitamos a que te atrevas a soñar otra vez, a desafiar tu zona de confort, y a que disfrutes del placer de convertir tus sueños en realidad. ¿Te atreves a soñar?



martes, 15 de abril de 2014

¿Sabes escuchar activamente?


Se conoce mucho de los demás por lo que dicen y lo que cuentan. Así que si somos buenos escuchando, podemos aprender mucho de la gente, sus intenciones y los mensajes subyacentes. La escucha activa es fundamental a la hora de comprender a los demás; la audición es una capacidad física, pero escuchar es una habilidad social.

Escuchando de forma activa, captamos lo que la otra persona intenta transmitir y además le apoyamos para que siga hablando. Es básico que el otro perciba que le comprendes y de esta forma se va a abrir más a ti. Sin duda saber escuchar es una de las mejores cualidades que podemos cultivar como personas.

Dentro de la comunicación todo cuenta, no solo lo que decimos, sino nuestros gestos y nuestra expresión corporal en general. Saber leer más allá de las palabras, en los gestos de los demás, es de gran ayuda.

Es muy triste, pero está probado que solamente escuchamos la mitad de lo que nuestro interlocutor nos cuenta y luego no recordamos más de la mitad de eso. Penoso, ¿verdad? Normalmente escuchamos lo que queremos, al igual que vemos lo que nos interesa, al final buscamos en las palabras de los demás la confirmación de nuestras expectativas. Lógicamente, con este panorama, los equívocos y malentendidos están a la orden del día. Al final el mensaje llega distorsionado y lleno de errores.

El problema es que todos reaccionamos según lo que creemos que el otro quiere decir, y si lo hemos captado mal, nuestra reacción será inadecuada y pueden producirse conflictos que ninguna de las dos partes buscaba. 

Beneficios de escuchar activamente Al escuchar de manera activa podemos:

- Entender mejor lo que se espera de nosotros.
- Desarrollar una relación más armoniosa con nuestros compañeros de trabajo, familiares, amigos, pareja.
- Resolver los problemas más fácilmente.
- Captar significados subyacentes.

Cómo mejorar nuestra habilidad para escuchar. Definitivamente todos podemos mejorar en este ámbito; aquí van algunas ideas sobre cómo hacerlo:

1. Ten paciencia y calma.Da tiempo a tu interlocutor a expresarse con tranquilidad, no todo el mundo es un comunicador nato.

2. Trata de concentrarte en lo que estás haciendo. No estés pensando en lo que pasó ayer o lo que tienes que hacer luego. No hagas tres cosas distintas a la vez que escuchas.

3. Céntrate en la persona que está escuchando. Esto es fundamental: no estés pensando en lo que vas a decir a continuación. A veces ocurre que, en vez de escuchar al otro, solo estamos escuchando nuestros propios pensamientos, afirmando o negando internamente cada cosa que nos dicen. En otras palabras, no te escuches solo a ti mismo.

4. No dejes que tu mente vague. Haz el esfuerzo de no tener distracciones mentales.

5. Haz preguntas. Esta es una buena manera de comenzar la conversación con otra persona y darle la oportunidad de expresarse.

6. Resume lo que has escuchado. Esta es una gran manera de aclarar las cosas. A veces la gente no dice lo que realmente quieren decir y resumiendo, les ayudas a verbalizar mejor sus sentimientos e ideas.

7. Observa el lenguaje corporal y lo que no se dice. Escucha los sentimientos y las ideas que subyacen bajo las palabras.

8. No interrumpas. Esto es algo muy desagradable para el que está intentando comunicar una idea. De hecho, es bueno hacer una pausa por un momento antes de hablar. Esto ayudará a que la otra persona sienta que no hay prisas y que le estás escuchando de verdad.

Es muy importante que aprendamos a escuchar a los demás, pero aunque parezca algo muy simple, realmente son muy pocas las personas que saben escuchar de verdad, con un interés sincero en lo que el otro tiene para decir.

Si nos esforzamos en escuchar activamente, no tenemos nada que perder y mucho que ganar, pues este solo detalle puede cambiar nuestra vida y nuestras relaciones personales. Después de todo, ¿a quién no le agrada que lo escuchen
Fuente: la mente es maravillosa

domingo, 13 de abril de 2014

La relajación y la meditaciòn llega a las aulas

Los expertos dicen que, cada día, todos deberíamos pararnos un momento, quedarnos en silencio y respirar bien para disminuir el estrés, la agitación y el malestar. Los beneficios que nos pueden reportar las técnicas de relajación son muchos; también, en el ámbito educativo. Coloquio entre Luis López González, especialista en educación emocional; Berta Meneses, química, religiosa filipense y maestra Zen; yJoaquina Fernández, experta en comunicación no verbal e inteligencia emocional, preside el Instituto Humanidades y Negocios de la Universidad de Alcalá de Henares.