Si te hiciera 3 preguntas, ¿cómo las contestarías? Comencemos. Cuando realizas una tarea en tu trabajo, ¿te gusta terminarla de forma perfecta? Y, si practicas un deporte, ¿te gusta ganar siempre y te enfadas cuando algo te sale mal? Y, la tercera: ¿de verdad crees que es necesario contestar a estas preguntas de forma perfecta? La respuesta a estas cuestiones nos dará la clave sobre si eres una persona perfeccionista o no. En caso de que seas perfeccionista, sigo preguntándote ¿te hace ser más feliz?
Según Tal Ben-Shahar, reconocido profesor de psicología positiva de la Universidad de Harvard, no podemos ser realmente felices hasta que no dejemos de obsesionarnos con ser perfectos en todo. Pues sí, es algo que me dicen muchos de mis clientes o personas que asisten a mis talleres sobre felicidad. Creen que llegarán a ser felices cuando consigan la perfección en sus vidas. Aspiran a un puesto de trabajo ideal (¿existe?), a una familia de foto (¿hay alguna?), una vida social de lujo, una salud de hierro…
El mismo Ben – Shahar nos lo aclara y nos comenta que debajo de esta actitud lo que realmente quiere la persona es controlar absolutamente todo. Pero, se demuestra una y otra vez que esta forma de pensar y actuar no hace más que limitar nuestra felicidad.
¿Cómo se detecta a un perfeccionista?
Rechaza el fracaso: ve el éxito como un camino recto, sin tropiezos. Por ello, se viene abajo con cualquier pequeño o gran inconveniente que surja en el trayecto.
Rechaza las emociones negativas: las intenta anular o negar, pero con ello, hace lo mismo con las emociones positivas.
Rechaza disfrutar de los éxitos que consigue: nunca tiene suficiente y ambiciona con conseguir más y más. No es capaz de reconocer sus victorias y méritos, siempre hay algo que podría hacerse mejor.
Seguro que ahora queda más claro por qué un perfeccionista no puede conseguir la felicidad. Lo que sí hace muy bien es mantenerse en una zona de confort para no fracasar, eliminándose la maravillosa posibilidad de disfrutar de sus emociones. El resultado es que no están nunca satisfechos, por lo que suelen tener niveles bajos de autoestima. Recuerda la perfección no existe y además no es el camino que te llevará a ser feliz.
(Fuente: Montserrat Hidalgo www.ufel.es)
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