Todas las emociones que vienen a nuestra vida contienen información valiosa para nosotros. La palabra emoción significa moverse a la acción. En este sentido podemos decir que toda emoción es positiva y valida.
Una de las emociones más comunes y que afecta a nuestro día a día es el miedo. En nuestras vidas el miedo surge cada vez que nos enfrentamos a nuevos retos, a situaciones desconocidas. Lo importante es saber que cada vez que elegimos crecer, salir de nuestra zona de confort, intentar conseguir nuevos objetivos una de las emociones que aparece en todos los humanos es el miedo. Como toda emoción el miedo tiene su significado, qué es, tener precaución porque existe un potencial peligro, aunque éste muchas veces es irreal porque es sólo fruto de nuestra mente. Algunas de las verdades sobre el miedo son:
- Todo ser humano lo siente.
- El miedo no desaparecerá de tu vida mientras quieras seguir creciendo, progresando. El final de un reto es el comienzo de otro.
- Vivir con miedo es mucho más doloroso que enfrentarse a él. Por tanto, la única clave para que el miedo desaparezca de tu vida es enfrentarlo.
Por ejemplo si tienes miedo a hablar en público, a hacer un examen, a pedir un favor a alguien, a volar… La única forma de que ese miedo no condicione tu vida y sientas que pierdes el control de ella es enfrentarte a la situación concreta que te desagrada. Una vez hecho esto, el miedo pierde poder y llega incluso a desparecer. Durante mi formación en Coaching nos propusieron una dinámica que consistía en atravesar por un camino totalmente cubierto de cristales cortantes. Para ello nos enseñaron la técnica y después de hacerlo resultó bastante fácil, mucho más de lo que imaginaba. Pero os seguro que el miedo que pasé antes y durante el entrenamiento fue mucho mayor que el hecho en sí de atravesar los cristales. Esto nos lleva a la conclusión de que en la mayoría de los casos es mucho peor lo que anticipamos en nuestra mente que la realidad.
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