Las primeras horas de la mañana pueden jugar un papel importante en cómo se desarrolle el resto del día. Asesores personales de muchos directores ejecutivos de empresas, grandes políticos y otras personas influyentes, como Jennifer Cohen (columnista del diario Forbes y entrenadora personal), afirman que la mayoría siguen el patrón común de levantarse temprano y aprovechar las primeras horas del día.
En el extremo se encuentran personajes como Margaret Thatcher, que se despertaba todos los días a las 5 am o Robert Iger, CEO de Disney, que se levanta a eso de las 4:30 am. Sin embargo, al contrario de lo que podemos pensar, empezar el día tan pronto no significa empezar a trabajar tan temprano, sino simplemente despertar a tus sentidos antes.
Para entenderlo mejor, veamos las cuatro cosas que esta columnista destaca en el comportamiento de las personas a las que asesora como responsables de su éxito:
1. Hacen ejercicio: desperezan su cuerpo y lo activan. Así, consiguen empezar el día con un punto de energía extra y crean una inercia positiva debido al flujo de hormonas que se produce con el ejercicio. De alguna forma, consiguen que ese bienestar que sentimos cuando terminamos de hacer ejercicio sea el punto de partida del día. Este ejercicio no tiene porqué ser muy intenso. Bastan, por ejemplo, 20 minutos de bicicleta estática o de paseo a buen ritmo y unos estiramientos.
2. Planifican el día y lo visualizan: la mayoría de ellos saben ya lo que van a hacer, pero dedican unos minutos visualizar en positivo su actividad y organizar su agenda. Además, nos ayuda a situar los descansos o los momentos que queremos tener libres (que son igual o más importantes que el resto).
3. Toman un desayuno saludable: si queremos que nuestro cuerpo rinda, necesita energía y lo mejor es dársela de la manera adecuada. Si no hacemos esto, probablemente: nos sintamos ya cansados desde las primeras horas del día, nos pasemos la mañana picando o comiendo alimentos poco saludables. Así, nuestro sistema nervioso será mucho más propenso a la ansiedad y llegaremos al final del día el doble de cansad@s.
4. Empiezan por el trabajo que menos les apetece: las primeras cosas que intentan poner en su agenda son aquellas menos apetecibles o más costosas. Es al principio del día cuando más energía tenemos y por lo tanto el momento más propicio para hacer la llamada que menos nos gusta, el informe aburrido u ordenar el lugar de trabajo. Al igual que el ejercicio, dejar hecho esto en las primeras horas hace que cuando las terminemos, el día parezca más agradable.
Como con toda rutina, levantarse pronto y sacarle fruto a las primeras horas del día cuesta. El descanso es necesario y nuestro cuerpo se encuentra bien descansado.Pero si empiezas, verás poco a poco todas estas ventajas y además sentirás que cada vez te cuesta menos y que la energía positiva que mantienes a lo largo de la jornada es mucho mayor.
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