sábado, 26 de abril de 2014

Hábitos para seguir creciendo en pareja


No importa si hace unos meses o varios años que viven juntos.
Las claves para una pareja feliz y sobre todo saludable, se empiezan a forjar desde el primer día. 
Es preciso dar y también aceptar a cambio. El equilibrio puede ser una de las palabras que mejor definan a una pareja, sin dudas. Porque todo debe estar, en la manera de lo posible, lo más “equitativo” que se pueda. Porque siempre ser uno el que da o bien el que recibe, a la larga termina desgastando la relación y el sufrimiento aparece. 
Nadie dice que una pareja perfecta es aquella que no tiene problemas, que no discute o que no afronta momentos difíciles, todo lo contrario. 
Una pareja ideal es la que a pesar de todo ello sigue adelante, juntas y a la par. Por eso es que si estás teniendo algunos inconvenientes con tu pareja, crees que no se están comprendiendo como antes, que discuten más de lo habitual, que no se escuchan, que cada uno está en una sintonía diferente, pues entonces es momento de que eches un vistazo a estos consejos:
 
Estén dispuestos a transformar sus deseos y necesidades: esto quiere decir, que no siempre se puede hacer lo que uno desea, el otro también tiene derecho a disfrutar de lo que le gusta. Comprometerse con el otro para que pueda ser feliz es una obligación que hemos de afrontar. Esto no significa dejar de lado nuestras preferencias, pero, como se dijo anteriormente, ser más equitativo. Esa necesidad de siempre tener razón no es para nada saludable tampoco. Ser más tolerantes para que la vida en conjunto sea más agradable y amena. Aprender a aceptar las costumbres, los hábitos y hasta los “caprichos” de la pareja, pero siempre logrando el equilibrio.

Disfruten del otro: una de las problemáticas más habituales es que cada uno hace lo que quiere sin la compañía de su pareja. Esto es bueno en cierta medida, porque también tienen que compartir cosas juntos, desde mirar una película o salir a caminar. Tal vez un simple desayuno en la cama el domingo por la mañana, una rica cena solos en casa (sin los hijos por ejemplo), una “escapada romántica de fin de semana”, etc. Intenten al menos una vez al mes hacer algo para los dos y nada más. Y algo que parece ser muy difícil de lograr es disfrutar también cuando la pareja está feliz haciendo lo que tal vez no nos guste tanto. Por ejemplo, que los hombres miren un partido de fútbol y las mujeres una película de amor (por más de que en la actualidad hay muchas señoritas que prefieren los deportes o caballeros que eligen una historia romántica, pero es simplemente para comprender el punto). 

Decir cosas positivas de la pareja delante de otras personas: al estar en público, ya sea en un cumpleaños, una reunión, una fiesta, etc nunca hay que criticar, burlarse, ridiculizar, insultar a la pareja. Todo lo contrario, tus actitudes deben hacer que él o ella se sientan seguros, apoyados y principalmente, respetados. Halagarlo con verdades y características sobresalientes de su personalidad, o resaltar algún logro que haya alcanzado en el trabajo, en la Universidad, etc. 

Sentirse seguros: no hay nada mejor que “descansar” en un sitio donde pensamos que nada nos puede pasar. Desde un abrazo a una caricia, no es preciso que sea un lugar físico, sino una sensación. Cuando dos personas están completamente seguras, es mucho más sencillo crear una buena relación. Siempre estar abiertos al diálogo, no temer a los entredichos o a los puntos de vista diferentes, no temer por el enojo del otro, aceptar las respuestas y pedir opinión. Esto va a añadir mucho a la intimidad (que no siempre es sexual) y a la frescura y salud de la pareja.
 
Comunicarse para llegar al entendimiento: tratar de hablar cuando ambos están calmados, no cuando el enojo o los nervios los dominan. Recuerda que un desacuerdo, por más pequeño que sea, que no se ha encontrado una solución, luego puede convertirse en una pelea mayor y hasta la separación. No hay que dejar que esto suceda, siempre hablar en tiempo y forma, es decir, en posición de comunión, de buena voluntad, de actitud correcta. Nada de desafiar, ironizar, buscar la pelea. 

Pedir perdón es un acto de generosidad: también es una demostración de arrepentimiento y de compromiso. Aunque pareciera tan sencilla, esa palabra de seis letras es una de las más difíciles de pronunciar, sobre todo cuando estamos enojados, dolidos, tristes, nerviosos, etc. Y otra de las cuestiones importantes, aprender a aceptarla. Es preciso sentirse libre para expresar las emociones y si no somos una persona con el “perdón” a flor de piel, hay que trabajar en ello. Lo mismo puede aplicarse para el “gracias”. 

Ir a dormir lo más juntos posibles: algunos dicen que es vital irse a la cama con el problema resuelto, otros que es mejor dejar pasar las horas de la noche para recapacitar. Está comprobado que dormir muy “pegado” a la pareja mejora notablemente la calidad del sueño, se evitan las pesadillas, se descansa más, se deja de lado el estrés, etc. Así que ya lo sabes, por una cuestión de salud física y mental, a dormir abrazados se ha dicho
(Fuente:la mente es maravillosa)

viernes, 25 de abril de 2014

Dieta mental para un cerebro sano


El cerebro funciona con energía y si sabemos cómo funciona, podremos sacarle más partido. 
Pero al igual que cualquier otro músculo de nuestro cuerpo, necesitamos entrenarlo y esto solo se logra con una “dieta mental”, compuesta por distintas actividades, que no siempre incluimos en nuestro día a día. David Rock, fundador del Neuroleadership Institute, junto con Daniel J. Siegel, describen lo qué tenemos que hacer para lograrlo. Lo han denominado “la bandeja de la mente saludable” y consta de siete actividades que hemos de realizar con frecuencia.
Veamos qué tendría que incluir nuestra dieta:
Dormir, lo que refresca la mente, el cuerpo y consolida la memoria, asienta piezas de información que hemos ido aprendiendo durante el día. No es de extrañar que cuando nos levantamos nos vengan respuestas a problemas que antes de acostarnos no teníamos solución. Simplemente, el sueño ha hecho su trabajo. ¿Y cuánto hemos de dormir? Aunque habitualmente se piense que lo normal son ocho horas diarias, Rock y Siegel aseguran que depende de cada persona. Así pues, cada uno ha de saber cuánto tiempo es el adecuado para que su cuerpo y mente estén a pleno rendimiento. Por cierto, Albert Einstein dormía normalmente 10 horas diarias excepto en el caso de que estuviera trabajando en ideas que consideraba importantes, en ese caso dormía 11. 

Jugar, para experimentar con la vida. Gracias al juego, somos más flexibles en nuestras emociones y podemos ser más creativos. Esta es la explicación científica de por qué somos más permeables al aprendizaje cuando disfrutamos con lo que hacemos. Nuestras frecuencia de ondas contribuyen a ello. 

No hacer, es posible que sea una de las más nos cuesta. No significa placer, sino tiempo para no focalizarse en nada en concreto, como cuando estamos en un avión y nuestra mente fluye sin objetivo específico u oímos música sin reparar ni en la letra. Son momentos que nos ayudan a que luego seamos más eficaces en alcanzar un objetivo. Por ello, a veces, antes de ponernos con una tarea compleja, es recomendable “perder” el tiempo haciendo otras cosas sin importancia. Es un preámbulo necesario para encontrar una solución. 

Desarrollar la introspección o vivir en el momento presente, actividades como son dar un paseo en plena naturaleza, escuchar una música tranquila o realizar algún tipo de meditación o relajación sin juicio. Ayuda a rebajar el estrés y reduce la presión arterial y la tensión muscular. De algún modo, es un actividad antesala para ser mucho más eficaces en nuestro trabajo. 

Conectar con los otros, es el tiempo dedicado a construir relaciones saludables, en las que disfrutemos de la compañía, de una buena conversación o de mantener un satisfactorio contacto físico. En alguna ocasión hemos hablado de la necesidad de la amistad como elemento que nos aumenta la esperanza de vida. Gracias a la conexión con otras personas somos capaces, además, de mejorar nuestro sistema endocrino, cardiovascular e inmunitario. 

Hacer ejercicio físico. Todos sabemos que necesitamos hacer deporte para sentirnos sanos, pero lo que ha demostrado la neurociencia es que el ejercicio físico nos ayuda también a que nuestro cerebro sea más plástico para el aprendizaje y la creatividad. Potencia además las actividades neuronales que le protegen del envejecimiento o de cualquier otro daño que podamos hacerle. La variedad en el ejercicio es amplia: desde el deporte hasta caminar, bailar, senderismo… 

Focalizarse en objetivos, es el tiempo que dedicamos a realizar tareas para ser eficientes. La tecnología nos ha ayudado a que encontremos cualquier momento a lo largo de un día para resolver problemas, emails, llamadas… sin embargo, para focalizarnos en las tareas de un modo más eficiente es recomendable que nos centremos en alguna, que no caigamos en la multitarea, que nos roba tiempo y energía. 

Pues bien, de acuerdo con la neurociencia si queremos ser más eficaces y creativos debemos incluir una serie de actividades que musculen nuestro cerebro, como las del descanso, la reflexión o el contacto con amigos. En la medida que olvidemos a alguna de las anteriores, nuestro querido cerebro se sentirá cojo de alguno de los ingredientes que le permiten ser feliz.

miércoles, 23 de abril de 2014

¿Te atreves a soñar?

Desde pequeños todos sabemos soñar. Dormidos y despiertos. Gracias a la potencia de nuestra imaginación creemos que somos capaces de cualquier cosa. Sin embargo, según crecemos perdemos esta maravillosa capacidad que luego tanta falta nos hace en la vida a la hora de ser creativos, de innovar, de cambiar nuestras vidas y de transformar nuestras empresas. Te invitamos a que te atrevas a soñar otra vez, a desafiar tu zona de confort, y a que disfrutes del placer de convertir tus sueños en realidad. ¿Te atreves a soñar?



martes, 15 de abril de 2014

¿Sabes escuchar activamente?


Se conoce mucho de los demás por lo que dicen y lo que cuentan. Así que si somos buenos escuchando, podemos aprender mucho de la gente, sus intenciones y los mensajes subyacentes. La escucha activa es fundamental a la hora de comprender a los demás; la audición es una capacidad física, pero escuchar es una habilidad social.

Escuchando de forma activa, captamos lo que la otra persona intenta transmitir y además le apoyamos para que siga hablando. Es básico que el otro perciba que le comprendes y de esta forma se va a abrir más a ti. Sin duda saber escuchar es una de las mejores cualidades que podemos cultivar como personas.

Dentro de la comunicación todo cuenta, no solo lo que decimos, sino nuestros gestos y nuestra expresión corporal en general. Saber leer más allá de las palabras, en los gestos de los demás, es de gran ayuda.

Es muy triste, pero está probado que solamente escuchamos la mitad de lo que nuestro interlocutor nos cuenta y luego no recordamos más de la mitad de eso. Penoso, ¿verdad? Normalmente escuchamos lo que queremos, al igual que vemos lo que nos interesa, al final buscamos en las palabras de los demás la confirmación de nuestras expectativas. Lógicamente, con este panorama, los equívocos y malentendidos están a la orden del día. Al final el mensaje llega distorsionado y lleno de errores.

El problema es que todos reaccionamos según lo que creemos que el otro quiere decir, y si lo hemos captado mal, nuestra reacción será inadecuada y pueden producirse conflictos que ninguna de las dos partes buscaba. 

Beneficios de escuchar activamente Al escuchar de manera activa podemos:

- Entender mejor lo que se espera de nosotros.
- Desarrollar una relación más armoniosa con nuestros compañeros de trabajo, familiares, amigos, pareja.
- Resolver los problemas más fácilmente.
- Captar significados subyacentes.

Cómo mejorar nuestra habilidad para escuchar. Definitivamente todos podemos mejorar en este ámbito; aquí van algunas ideas sobre cómo hacerlo:

1. Ten paciencia y calma.Da tiempo a tu interlocutor a expresarse con tranquilidad, no todo el mundo es un comunicador nato.

2. Trata de concentrarte en lo que estás haciendo. No estés pensando en lo que pasó ayer o lo que tienes que hacer luego. No hagas tres cosas distintas a la vez que escuchas.

3. Céntrate en la persona que está escuchando. Esto es fundamental: no estés pensando en lo que vas a decir a continuación. A veces ocurre que, en vez de escuchar al otro, solo estamos escuchando nuestros propios pensamientos, afirmando o negando internamente cada cosa que nos dicen. En otras palabras, no te escuches solo a ti mismo.

4. No dejes que tu mente vague. Haz el esfuerzo de no tener distracciones mentales.

5. Haz preguntas. Esta es una buena manera de comenzar la conversación con otra persona y darle la oportunidad de expresarse.

6. Resume lo que has escuchado. Esta es una gran manera de aclarar las cosas. A veces la gente no dice lo que realmente quieren decir y resumiendo, les ayudas a verbalizar mejor sus sentimientos e ideas.

7. Observa el lenguaje corporal y lo que no se dice. Escucha los sentimientos y las ideas que subyacen bajo las palabras.

8. No interrumpas. Esto es algo muy desagradable para el que está intentando comunicar una idea. De hecho, es bueno hacer una pausa por un momento antes de hablar. Esto ayudará a que la otra persona sienta que no hay prisas y que le estás escuchando de verdad.

Es muy importante que aprendamos a escuchar a los demás, pero aunque parezca algo muy simple, realmente son muy pocas las personas que saben escuchar de verdad, con un interés sincero en lo que el otro tiene para decir.

Si nos esforzamos en escuchar activamente, no tenemos nada que perder y mucho que ganar, pues este solo detalle puede cambiar nuestra vida y nuestras relaciones personales. Después de todo, ¿a quién no le agrada que lo escuchen
Fuente: la mente es maravillosa

domingo, 13 de abril de 2014

La relajación y la meditaciòn llega a las aulas

Los expertos dicen que, cada día, todos deberíamos pararnos un momento, quedarnos en silencio y respirar bien para disminuir el estrés, la agitación y el malestar. Los beneficios que nos pueden reportar las técnicas de relajación son muchos; también, en el ámbito educativo. Coloquio entre Luis López González, especialista en educación emocional; Berta Meneses, química, religiosa filipense y maestra Zen; yJoaquina Fernández, experta en comunicación no verbal e inteligencia emocional, preside el Instituto Humanidades y Negocios de la Universidad de Alcalá de Henares.


viernes, 11 de abril de 2014

El gran secreto es saber que el universo te da en cada momento lo que necesitas


Si aprendes que el universo es amistoso sólo te dará regalos.
La vida siempre te está apoyando aún cuando parece que no lo hace, cada objeto trae su metáfora, la respuesta a tus preguntas está en lo que tienes justo delante, ese es el regalo, está allí donde se dirige tu atención en cada instante.
Cada experiencia que vives tiene su mensaje, puedes almacenarla en el inmenso paquete de lo cotidiano y sin sentido o puedes encontrar su significado por encima de lo aparente.
Imagina que estás comprando en un supermercado, y aunque hay cientos de productos en las estanterías y eres incapaz de asimilar todos los mensajes que contienen, no te vuelves loco, sólo un producto te llama la atención cada vez. Lo mismo ocurre con los mensajes de la vida, una sola cosa te llama la atención a cada instante, síguela, entrégate totalmente a ella. Haz como el niño que en la orilla de la playa encuentra una concha. En ese momento la concha es lo más maravilloso que existe en el universo, se la acerca al oído y escucha el sonido del mar, entregado totalmente, con toda su atención enfocada en la concha.
Hay gente a la que consideras afortunada, puede que incluso tú mismo te consideres una persona de suerte y tus amigos suelan decir de ti que las cosas te son más fáciles. Pero tú sabes que la suerte no existe y que lo único que haces es estar atento, estar despierto, darle atención a la vida.
Es como nadar en un río cuando te lleva la corriente, te mueves pero sin hacer ningún esfuerzo. No insistas en ir contra corriente, es ir contra la fuerza de la vida, escucha como te habla y déjate llevar, no te pongas en medio, la vida sabe.
No creas que el camino más corto entre dos puntos es una línea recta. Recuerda que las únicas líneas rectas que conocemos son las creadas por el hombre. Si insistes en ir en línea recta vas a encontrar obstáculos. Si lo que buscas es un camino, deja de buscar, la vida te lo muestra, estate atento y sigue su curso. El río de la vida no suele avanzar en línea recta, cuando encuentra una montaña la bordea, a veces va deprisa, otras despacio y a veces parece que está parado, pero siempre avanza en dirección al océano de la existencia, cada instante más cerca. Por extraño que parezca y tanto si lo aceptamos como si no, todos acabamos cumpliendo nuestra misión.

Eric Rolf - La Medicina del Alma

viernes, 4 de abril de 2014

Meditación guiada: Paseo por el mar


Durante la meditación guiada, la mente sigue el guión que oye. Esto "ocupa" la mente y evita las distracciones y pensamientos de nuestro día a día. De esta forma, nuestro "yo interior" está libre para entrar en un estado realmente meditativo y profundo, en paralelo con lo que está siguiendo la mente.


Si tanto la mente como tu "yo interior" están siguiendo el mismo camino, por llamarlo de alguna forma, se elimina la resistencia de la mente a "perder el control" (que es lo que normalmente nos impide meditar)

Aquí tenéis otro excelente ejemplo de meditación guiada