jueves, 31 de agosto de 2017

5 Claves para establecer una "disciplina positiva" en casa


Uno de los aspectos más difíciles y más importantes a la hora de educar a los niños y a los adolescentes es establecer una disciplina positiva. Es fundamental establecer una rutina sana en la que los niños no asocien la disciplina con un castigo.
La disciplina positiva, no se enfoca tanto en penalizar las malas conductas sino en guiar a los niños y adolescentes a tener el comportamiento adecuado. Con esta idea de disciplina se trasciende del castigo a la enseñanza.
Estas son algunas premisas fundamentales a la hora de establecer buenas conductas en el hogar.

Disciplina positiva: 5 principios esenciales
OFRECE ELECCIONES

Cuando tus hijos pequeños o adolescentes reciben elecciones en vez de órdenes, hay menos posibilidades de que haya un conflicto. Define dos elecciones que sean convenientes para ambos y que no vayan contra los principios familiares. Además de apreciar un buen comportamiento, enseñarás a tus hijos a empoderarse y a ser independientes

CREA UN AMBIENTE POSITIVO DENTRO DEL HOGAR
Los niños siempre tienen un espíritu curioso y aventurero que se debe estimular. Es importante evitar la represión de su curiosidad como medio de disciplinarlos. Establece límites sanos y evita que tu respuesta ante todas sus peticiones sea un “No”. Si creas un entorno amigable y seguro, podrás decir que sí sin que el bienestar de tus hijos esté en riesgo.

EDUCA LAS EMOCIONES
Nunca es demasiado pronto para enseñarles a tus hijos a expresar sus emociones. Los sentimientos y las sensaciones son el origen de los comportamientos humanos, sean adecuados o inapropiados. Si tus hijos son conscientes de lo que sienten, será mucho más fácil que aprendan a controlarlo.

EVITA PRESTAR DEMASIADA ATENCIÓN A LOS COMPORTAMIENTOS QUE NO PONEN EN PELIGRO A TUS HIJOS
“Aprender a elegir tus batallas” determina el éxito de tus estrategias de disciplina positiva. No será agradable para un niño o un adolescente que sus padres permanezcan vigilantes como policías. Tanto para ellos como para ti, es necesario encontrar un espacio de relajación.

MANTÉN LA CONSISTENCIA
La clave del éxito de la disciplina positiva, es ser consistente en las rutinas. Tus hijos necesitan saber con claridad lo que es aceptable y lo que no lo es. Si un día los castigas por algo y al día siguiente lo omites, se confundirán y no estarán recibiendo un mensaje consistente. Para lograr la consistencia en los comportamientos, establece rutinas muy claras y definidas.

Otras recomendaciones importantes
- Involucra a tus hijos a la hora de establecer los límites y las reglas. Cuando sientes que los escuchas verán las reglas como algo más justo.
- Sé claro a la hora de manifestar los comportamientos que se esperan de ellos.
- Asigna tareas y responsabilidades que cada persona en la familia debe cumplir para tener una convivencia sana.
- Haz acuerdos y expresa cuáles pueden ser las consecuencias de un comportamiento inaceptable sin usar un tono amenazante.
- Resalta y reconoce cuándo tus hijos han tenido comportamientos esperados y han adoptado las normas concertadas.
- Interpreta los errores como oportunidades de aprendizaje. Enséñales cómo pueden convertir las situaciones adversas en situaciones de aprendizaje y entendimiento.
- Evita pasar por alto las acciones que atentan contra las reglas del hogar. Esto prevendrá que el comportamiento inadecuado se repita.
- Soluciona los problemas de manera inmediata y usando el diálogo como principal herramienta.

Recuerda que no hay niños o adolescentes malos sino comportamientos inapropiados. La primera acción que debes incluir en tu rutina es dejar a un lado los calificativos poco estimulantes. Usar palabras como “malo”, “inquieto”, “travieso” con una connotación negativa, refuerza una imagen no deseada en ti y en tu hijo.
En la mayoría de los casos, los malos comportamientos surgen por influencias externas detonantes: el estrés, la ansiedad, el hambre, la depresión, etc.

La disciplina positiva es la oportunidad de mejorar la convivencia familiar y de formar niños y adolescentes que aceptan y ponen en práctica las reglas, no por temor a ser castigados sino porque reconocen la importancia de los buenos comportamientos y las razones para tenerlos. 

domingo, 27 de agosto de 2017

Cómo subir la energia



¿Se siente exhausto, enfermo o irritable? Puede ser que su energía vital se esté agotando.
Somos seres multidimensionales y funcionamos a varios niveles: físico, mental, emocional y espiritual.
Estos niveles no son aislados ni separados, sino que se afectan mutuamente. Para poder funcionar efectivamente en el cuerpo que habitamos, y poder avanzar espiritualmente también, es necesario que purifiquemos nuestro organismo y subamos la energía vital.
Subir la energía nos hará sentir más sanos, más alerta y más inspirados para seguir nuestro camino.

Cómo subir su energía y vibraciones 

PURIFIQUE SU CUERPO
Para subir su energía vital y que su organismo funcione adecuadamente, es importante que esté sano.
Para ayudar a su cuerpo a mantener su funcionalidad, la dieta debe ser una prioridad. Opte por comida fresca, en vez de procesada, y limite la ingestión de azúcar, grasa y proteínas animales.
Aumente el consume de agua y reduzca el de sodas, café, jugos embotellados y por supuesto, de alcohol, cigarrilo y drogas.
Para subir la energía, su cuerpo debe estar lo más desintoxicado posible.

CONOZCASE MAS
Es importante aprender a reconocer las reacciones que nuestra mente y cuerpo tienen a nuestro entorno, nuestros pensamientos y nuestras acciones.
Muchas veces lo que pensamos y hacemos, o los lugares que frecuentamos, bajan nuestros niveles de energía.
Note cómo cuando tiene ciertos patrones de pensamiento, su estado de ánimo empeora, la fatiga aumenta y los problemas aparecen.
Lleve un diario en donde anote sus estados de ánimo y su energía física, al igual que lo que comió ese día, los lugares que visitó o las personas con quien estuvo y lo que le ocupó la mente.
Pronto, reconocerá ciertos patrones que podrá asociar con sus niveles de energía.
De esa manera, podrá eliminar aquello que lo enferma, entristece o atrasa espiritualmente. Para subir la energía, elimine patrones negativos.

PURIFIQUE SU ENTORNO
Si quiere subir la energía y elevar las vibraciones, elija muy bien con quién interactúa y qué lugares frecuenta. Si no puede evitar estar alrededor de personas o lugares con energías nocivas, entonces asegúrese de protegerse física y psíquicamente con técnicas de visualización.
En su hogar, lugar de trabajo, haga rituales de protección regularmente y use cristales de sanación y purificación para mantener el flujo de energía limpio y vivo.

PURIFIQUE SU MENTE
No le de cabida a la preocupación ni al pesimismo. Manténgase alerta sobre sus pensamientos y compense y corrija patrones negativos con técnicas como la programación neurolingüística o la meditación.
Igualmente, practique meditación y visualización regularmente para mantenerse enfocado y positivo. Utilice afirmaciones para modificar patrones de pensamiento negativos.

PERDONE, SEA GENEROSOS Y TENGA COMPASIÓN 
El perdón nos libera y nos ayuda a concentrarnos en crear, en vez de destruir, lo cual nos permite subir la energía y las vibraciones inmediatamente.
Compartir con otros también es sanador y limpia nuestro karma, lo que a su vez también aumenta nuestra energía.
Por último, desarrollar la compasión hacia nosotros y hacia los demás, nos mantiene emocionalmente conectados con el todo y nos ayuda a avanzar espiritualmente.

MANTENGASE EN MOVIMIENTO
La vida atrae VIDA.Haga ejercicio, juegue, baile… incluso o especialmente cuando no sienta ganas.
Inténtelo una vez y ponga atención a la reacción que su cuerpo y su mente tienen a la actividad.
Cuando se sienta fatigado mentalmente, salga a caminar o montar en bicicleta, o ponga su canción favorita y baile libremente. Es más,conviértalo en una rutina diaria !
(Fuente: Dreaming Tibet)

miércoles, 23 de agosto de 2017

Lo que oculta el mal comportamiento infantil


Mal comportamiento, rabietas, gritos, reclamo de atención, faltas de respeto, indiferencia, falta de colaboración y un largo etc, podrían ser los retos al que se enfrentan quienes conviven con niños
¿Pero qué pasaría si te dijera que no todo es lo que parece? ¿Qué detrás del mal comportamiento del niño hay un mensaje oculto?
Todos los seres humanos nos movemos por un propósito y este es el de la conexión, sentir que pertenecemos y que somos significativos o contributivos a un grupo, a una comunidad, a una familia.
Los niños tienen una necesidad imperiosa  de sentir conexión con el adulto y movidos por esa necesidad persiguen la conexión de la manera que su desarrollo evolutivo y sus experiencias de vida le han permitido, no es una decisión voluntaria, es algo que viene predeterminado por su cerebro primitivo, recordad que somos seres gregarios, necesitamos de los demás para sobrevivir.

Niños que movidos por su naturaleza infantil y por su necesidad de conectar llegan a la conclusión de que la única forma que tienen de hacerlo es a través de comportamientos que nosotros calificamos de inadecuados y disruptivos.

Todos los niños están constantemente haciéndose preguntas y a través de las relaciones que viven se van contestando.
¿Quién soy? Soy bueno, soy malo, soy adecuado, soy inadecuado, soy capaz, incapaz.
¿Cómo son las personas que me rodean? Son motivadoras, no son motivadoras.
¿Cómo es el mundo? Es alentador o sólo puedo reaccionar para sobrevivir.

Imaginaos, por ejemplo a Sara que parece estar esperando a que hables por teléfono para reclamar en ese preciso instante tu atención de una forma reiterativa, o bien el niño que parece esperar a que te encuentres a alguien al que quieres saludar para necesitar de tu exclusiva atención ¿Cuál es tu tendencia natural? ¿Le prestas atención, corrigiéndole e incluso dándole una pequeño sermón como… “¿Sara cuantas veces he de decirte que esperes a que acabe de hablar?”. ” Te he dicho una y mil veces que cuando hablo por teléfono esperes a que acabe”.

Por otro lado tenemos a Miguel empujando a los niños en la fila para estar en primer lugar. Suele quitar la pelota cuando está en el patio jugando con otros. Te reta constantemente en la clase con actitud desafiante y obstinada, comienza a hacer sus tareas a regañadientes. ¿Tú tendencia no sería demostrar a Miguel que él no manda?

Tenemos también a Jaime, la mamá de Jaime ha estado toda la semana de viaje de trabajo y cuando vuelve a casa, encuentra a Jaime que está pintando un dibujo, esta mamá se vuelca en dar besos y arrumacos a Jaime y le dice con una sonrisa de oreja a oreja cómo le gusta el dibujo que está haciendo, entonces Jaime enfurruñado rasga el dibujo en mil trozos y mira a su mamá con fuego en los ojos diciendole “no te quiero”.Tenderíamos de forma natural a contener a duras penas nuestro sentimiento de incredulidad y de dolor, intentando recomponernos del sentimiento de culpa.

Por otro lado está Ana que se da por vencida incluso antes de iniciar cualquier cosa. No importa cuanto la quieras persuadir no lo intenta. Hace todo lo posible para parecer invisible hasta que dejas de pedirle algo.
Es probable que termine etiquetada con un problema de aprendizaje.

Aquí tenemos unos ejemplos de “mal comportamiento o comportamientos inadecuados” y de las reacciones que por regla general solemos tener los adultos ya que sólo estamos prestando atención al comportamiento.

Hoy quiero compatir contigo EL CÓDIGO DEL MAL COMPORTAMIENTO, te voy a hablar de CUATRO METAS ERRADAS en las que un niño puede instalarse porque llega a la conclusión de que es la única forma que tiene de conectar contigo.

1- ATENCIÓN EXCESIVA
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
El niño se pone pesado, fastidioso, reclama constantemente tu atención, se queja sin parar, exige.
No es el niño que está haciendo su trabajo y te llama en alguna ocasión para enseñarte algo, es el niño que reclama tu atención de manera excesiva o el tipico graciosillo de la clase o ese niño que tiene gustos diferentes o extraños y le gusta mostrar que es diferente, y tú te preguntarás ¿Cómo ante comportamientos tan distintos puedo saber que le motiva a portarse así?. La respuesta está en nosotros mismos, ya que tenemos que identificar que sentimiento nos provoca esa conducta, una vez la tengamos identificada podremos seguir descifrando este código.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
En este caso nos sentimos molestos, irritados, preocupados o culpables.
Molestos porque pensamos ¡ayy este niño que pesado es!, irritados cuando a base de insistir decimos ¡anda déjame un ratito tranquila!, preocupados porque pensamos que no sabemos porque se porta así y culpables cuando nos decimos a nosotros mismos que le hemos permitido demasiado, que no sabemos en qué nos hemos equivocado o qué habrás estado haciendo mal.
REACCIÓN DEL ADULTO
Persuadimos al niño para que cambie su actitud.
Rescatándole (haciendo por él cosas que puede hacer sólo).
Gritándole para que pare.
Advirtiéndole ¡cómo no pares…!.
Dejándole ¡déjame 5 minutos…!.
RESPUESTA DEL NIÑO
El niño para unos instantes para luego reanudar lo que estaba haciendo o elige otro comportamiento aún peor.
CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
Sólo soy importante cuando tengo atención constante, cuando los otros me notan.
Cuando no me atienden, no me quieren.
Te necesito para estar seguro y saber que cuento para ti.
Me asusta que no me quieran y te necesito para no sentirme sólo.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
Nótame, involúcrame de manera útil.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
Necesita ser escuchado. Escucha lo que te cuenta con atención.
Tiempo especial sólo para él que se pueda pactar.
Ignorar la conducta pero nunca al niño ni a sus emociones ( tocar al niño mientras terminas de hacer lo que estabas haciendo).
Abrázale porque si.
Mírale mientras te habla, sorpréndete.
Disfruta de su compañía.
Enséñale a hacer las cosas por si mismo
Respeta tu tiempo y tu espacio también, hay momentos para todo.
Piensa en qué puede ayudarte y propónselo.
Redireccionar involucrando al niño en una tarea útil (te quiero y pasaré un rato especial contigo cuando acabe lo que estoy haciendo)

2- PODER NO CONSTRUCTIVO
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
Desafiante, negándose a hacer lo que se le dice o haciéndolo cuando le parece expresando así un poder pasivo.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
Se siente constantemente retado, provocado, amenazado, desafiado.
REACCIÓN DEL ADULTO
Algunas veces cede hasta que se siente superado y reacciona tratando de obligar al niño a que ceda él, mediante castigos o luchas de poder con lo que la actitud desafiante se agrava más.
Peleando, pensando (no te vas a salir con la tuya, te obligaré, él no tiene razón , no le voy a dejar que se suba a mi chepa).
RESPUESTA DEL NIÑO
Intensifica su comportamiento, obedece pero desafiando y sintiendo que ha ganado cuando el adulto está molesto aún cuando ha obedecido. Dice que si, pero no lo cumple. Se cree vencedor si el adulto se altera.
CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
Sólo me siento importante cuando mando yo o impido que tú mandes, cuando te demuestro que no puedes obligarme ni detenerme.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
Déjame ayudar, dame opciones.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
No pelear, ni entrar en luchas de poder, ni ceder.
Emplear amabilidad y firmeza al mismo tiempo.
Pide ayuda (dile que no puedes obligarle pero que te encantaría contar con él y con su colaboración)
Retírate a tranquilizarte.
No hables y actúa.
Establece rutinas junto al niño. Deja que las rutinas sean quienes manden.
Interésate por lo que le gusta.
Háblale de lo que te gusta a ti
Proponle hacer cosas juntos, compartiendo buenos momentos, divirtiéndote a su lado.
Siéntate a charlar de lo que te preocupa y pregúntale que se le ocurre para arreglarlo.
En momentos de pelea cuenta hasta 10.
Negocia para encontrar una buena solución que os haga felices a todos.
Ofrece opciones limitadas
Son niños que reclaman el poder porque quizás de pequeño se le ha facilitado todo y nunca o casi nunca se le ha permitido equivocarse, mancharse, explorar, experimentar, aprender, no se siente empoderado. Imaginaos esto que bomba de relojería puede resultar para un adolescente.
Frases como
Confío en ti
Sé que me puedes ayudar
Sé que podrás llegar a hacerlo tú sólo.
Sé que no te puedo obligar pero confío en que sabes lo que tienes que hacer.

3- VENGANZA
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
Comportamiento destructivo o autodestructivo, agresivo, hiriente, grosero, vengativo.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
Herido, incrédulo, lastimado, decepcionado.
REACCIÓN DEL ADULTO
Vengativo, contraatacando, sintiéndose como una víctima (¿cómo pudiste hacerme esto?), castigando.
RESPUESTA DEL NIÑO
Intensifica y empeora su conducta o escoge otra arma.
CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
No creo ser importante para nadie, me han hecho daño, así que yo haré lo mismo. Nadie puede quererme ni puedo agradar a nadie.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
Estoy dolido, me siento incomprendido, reconoce y valida mis sentimientos.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
Reconoce y valida sus sentimientos.
No actúes cuando estás herido, mejor retírate, cálmate y habla con el niño después tratando de llegar a acuerdos que sean muy claros y apropiados.
No le castigues ni emplees represalias
Pide perdón si has metido la pata.
Sé cariñoso. Abrázale, bésale.
Pregúntale cómo se siente y escúchale con atención
Dile lo mucho que le quieres y que le querrás siempre pase lo que pase.
Comparte tus sentimientos.
Alienta sus fortalezas.

4- INSUFICIENCIA APRENDIDA
COMPORTAMIENTO DEL NIÑO
El niño se muestra como ausente, indiferente, pesimista y desesperanzado e inútil, no hace nada, ha asumido que no puede.
SENTIMIENTO DEL ADULTO
Desesperado, inútil nada parece dar resultado, frustrado.
REACCIÓN DEL ADULTO
Compararle con otros (con la intención de que reaccione), criticarle o hacer el trabajo por él rescatándolo, o rindiéndose (no hay nada que hacer con él).
RESPUESTA DEL NIÑO
Se retrae aún más, se vuelve pasivo, no muestra mejoría ni responde, confirma que no vale, se hunde.

CREENCIA DETRÁS DEL COMPORTAMIENTO
Es imposible qué importe a alguien, no soy suficiente, soy inferior a los demás ¿para qué intentarlo? no lo haré bien.
No me quieres porque no soy perfecto por eso espero convencer a todos de que no esperen nada de mí y así no decepcionaré.
MENSAJE QUE QUERRÍA TRASLADARTE
No te rindas, enséñame paso a paso.
RESPUESTAS POSITIVAS Y EFICACES
No te rindas, demuéstrale que crees en él, que tienes fe y confianza en que podrá.
Recuérdale todo lo que ha logrado y ayúdale a practicar en lo que necesite, pero no lo hagas por él.
Ten mucha paciencia.
Hazle ver sus fortalezas y haz hincapié en cada logro por muy pequeño que este sea.
Desglosa la tarea en pasos pequeños.
No le compadezcas usa un lenguaje positivo y alentador.
Disfruta de su compañía sin más pretensiones.

Espero que a partir de ahora te imagines un cartel con el mensaje oculto que el niño querría trasladarte si pudiera.

domingo, 20 de agosto de 2017

Reconocer nuestros errores nos brinda la oportunidad de aprender de ellos



Dijo Confucio que “cometer un error y no corregirlo es otro error”. Siguiendo este razonamiento ¿negar un error es el primer obstáculo para reparar las consecuencias de un error que hayamos cometido?
Al fin y al cabo, cuando decimos la célebre frase “yo no he sido”, la cual entraña en muchos casos una negación evidente de nuestra posible responsabilidad, ¿no estamos intentando en el fondo justificar un error? Y el hecho de justificarlo, ¿no es una forma de no reconocer algo mal hecho? Así que, al fin y al cabo, ¿no estaríamos ante una negación?

¿Qué sucede al negar un error?

Es decir, al no entonar “el mea culpa” ante nuestros errores, muchas veces lo que intentamos es poner distancia entre lo que ha ocurrido y sus consecuencias. Sin embargo, no es menos cierto que esta misma distancia dificulta la posibilidad de aprender de lo que ha ocurrido. Aleja así la posibilidad de revisar el proceso e identificar los fallos.
Por otra parte, esta distancia también puede producir que en un primer momento suspiremos de alivio. Un alivio que se trasformará en ansiedad en el caso de que tengamos que volver a afrontar el mismo reto, cuando nos tiremos de los pelos por no haber puesto los medios suficientes para subsanar nuestras carencias.
Por ejemplo, si el departamento de la empresa en el que trabajamos se tiene que comunicar con un país de otro idioma y nosotros como máximos responsables no asumimos que debería haber alguien (o nosotros mismos) que estuviera en disposición de hacer tal comunicación, difícilmente lo asumiremos como nuestra responsabilidad, difícilmente se hará la comunicación en esa ocasión y difícilmente se hará en las siguientes ocasiones.
Además de imposibilitarnos para el futuro, renunciar a la tarea de explorar nuestros fallos, por no reconocerlos, es una actitud que supone un obstáculo para el autoconocimiento. Al renunciar a este proceso, también renunciamos a aceptar la responsabilidad de los aciertos que también se han dado, ignorando así nuestras capacidades más destacadas y evitando que las potenciemos.

Formas en que la negación provoca no aprender de nuestros errores

Llegados a este punto, merece la pena recordar un estudio llevado en equipo entre investigadores de la Universidad de California y Nueva York. En el mismo, se desveló que el hecho de no asumir nuestros propios errores se relaciona con nuestra personalidad, y hace disminuir nuestro potencial de crecimiento.
Para llegar a estas conclusiones, analizaron miles de perfiles. En ellos, trataban de identificar los tipos de personalidad dominantes según las reacciones que adoptaban ante los errores.
Definitivamente, el estudio arrojó curiosos resultados. Dentro de los mismos, se estimaba que el 70% de la población podía ser perfectamente catalogada dentro de tres grandes grupos

La culpa es de otra persona

Una frase tan recurrida en niños, el clásico “yo no he sido”, sigue siendo muy usada por un gran número de adultos. Es decir, al cometer un error, deciden obviar su responsabilidad y la atribuyen a una segunda persona.
O sea, que, al culpar a otros de sus propios errores, en cierto modo los están negando. De esta forma, al no tener la madurez necesaria para reconocerlos, tampoco la tienen para mejorar en su propio conocimiento interior cualitativo. Suelen optar por actitudes victimistas, incapaces de asumir culpas, y sin un criterio constructivo sobre el hecho en sí.

Aquí no ha pasado nada

Otro grupo de personas se engloba entre aquellos que no es que culpen a otro, es que no ven error alguno. Es decir, que por más que le muestres en evidencia, son incapaces de ver que ellos tenga culpa alguna.
Así que este grupo de personas negarán sobre todas las cosas haber hecho algo mal. Directamente no son capaces de lidiar con la culpa, ya que no la ven. Es decir, que para ellos, es imposible aprender de algo que no existe, o que directamente no están dispuestos a reconocer bajo ningún concepto.

Asumir una responsabilidad más allá de la que a uno le corresponde

Aprender de nuestros errores requiere admitir que hemos fallado, y entonar frases como “la responsabilidad ha sido mía”. Por fortuna, otra buena parte de la población sí es capaz de reconocer que se ha equivocado, por lo que está dispuesta a corregir, reparar, enmendar y mejorar.
No obstante, hay que tener cuidado, ya que a veces nos encontramos con personas con una actitud que se sitúa en el otro extremo, asumiendo su responsabilidad y la de los demás. Por lo tanto, los recursos que pueden llegar a destinar a la reparación son muchos y el castigo que se pueden llegar a imponer a ellas mismas por los errores que se atribuyen, al ser proporcional a esta atribución, también puede ser muy grande.
(Fuente: La mente es maravillosa)

miércoles, 16 de agosto de 2017

No busques el amor en tu vida

Esto es lo que has de hacer en vez de buscar el amor en tu vida.
¿Cómo debe ser el amor verdadero y cómo se puede aprender a amar? Estas preguntas atormentan la humanidad a lo largo de muchos años y son  difíciles de responder. Volverse maestro en esta ciencia se convierte en uno de los deseos más grandes en la vida de cada quien.

Después de algunos intentos fracasados y dolorosos, muchos llegan a la triste conclusión de que no están dispuestos a contribuir al desarrollo de sus relaciones. O creen que no son de aquellas personas que pueden convivir con una sola pareja toda la vida. La gente prefiere renunciar a su sueño, en lugar de exponerse al riesgo de experimentar el dolor y la decepción vez. 

¿Por qué es tan difícil no solo crear sino también mantener nuestras relaciones amorosas? ¿Y por qué pensamos que en todo el mundo solo existen un candidato digno de nuestra atención, y que lo más probable es que él viva en un Universo paralelo? ¿O tal vez todos los problemas surgen debido a algunas defensas nuestras que creamos hace tiempo pero ahora nos estorban y solo nos traen decepción?

Al mismo tiempo, cuanto más dure la relación, más miedos tenemos. Algunos creen que: cuanto más profunda sea una relación, más sencilla debe ser; y que si algo no va bien, definitivamente algo está mal con la relación en sí o con las personas involucradas. No necesariamente.

Una relación profunda puede sacar tanto lo peor como lo mejor de nosotros: nuestros miedos y grandes esperanzas, nuestra dedicación y celos, nuestra bondad y falta de sensibilidad, nuestra generosidad y egocentrismo. Trabajando en estas emociones, nos abrimos cada vez más el uno al otro, quitando poco a poco aquella armadura que algún día nos protegía.

Un gran amor, una sincera intimidad y entendimiento, estos son los rasgos particulares de una relación buena y sana. Y este tipo de relaciones no suceden cuando se les persigue, más bien se construyen como resultado de aquellas condiciones que tú mismo estás creando. A la hora de crear una relación, lo más importante no es buscar a la persona de tus sueños sino convertirte tú en esa persona.

Cuando desarrollamos en nosotros aquellas cualidades que queremos encontrar en otra persona, la posibilidad de conocer a tal pareja aumenta exponencialmente. Y si empezamos a desarrollar en nosotros generosidad, compasión, la habilidad de confiar y todos aquellos rasgos que buscamos en los demás, y luego aprendemos a aplicarlos en la vida, nuestras relaciones, sin duda, evolucionarán y serán cada día mejores.

Cuando dos personas se apoyan mutuamente en esta aventura tan divertida y buscan aprender tanto como les sea posible, las oportunidades que tiene esta relación son infinitas. Sí, requerirá mucho esfuerzo, tiempo y energía, pero cualquiera que algún día haya entrado en este camino, te dirá que el resultado lo vale. Más de lo que te puedes imaginar.

Entonces, ¿qué estás esperando?
(Fuente:Viajes del corazón)

domingo, 13 de agosto de 2017

Motivación Personal .- Victor Küppers


Víctor Küppers es una inagotable figura de inspiración y de motivación! En este vídeo, habla sobre la importancia de nuestra fuerza interior, de nuestra actitud en la vida, y de los Valores que nos mueven.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Los lazos familiares se cuidan desde la empatia y el respeto

Criar y sobre todo educar a los niños no es tarea fácil. Se necesitan toneladas de paciencia, cariño y buena voluntad para construir una crianza sana y responsable que contribuya a que los niños se desarrollen lo mejor posible, además de seguir cuidando a la pareja.
En esta tarea resultan relevantes otras habilidades como saber escuchar a nuestros hijos, aprender a ponerse en su lugar, establecer límites y ser capaces de transmitirles ese sentimiento de pertenencia a un grupo único que les proporcionará seguridad y protección como es la familia. 

Decir “te quiero”: la base de unos buenos lazos familiares

En la familia, cada uno tiene sus propias necesidades, así como cualidades y capacidades diferentes. Es por esto que no todos expresamos nuestro afecto de la misma manera, ni necesitamos de igual forma que nos digan que nos quieren. Aunque sea importante comunicarlo.
A veces nos resulta difícil hacer criticas de forma constructiva no solo con los adultos sino también con los niños y nos dedicamos únicamente a señalar lo que han hecho mal. El problema es que algo que puede pasar desapercibido para nosotros puede tener importantes consecuencias en la autoestima de los demás, especialmente en la de los niños. Debilitando así los lazos familiares.
Por ello, es importante expresar que les queremos y lo que nos gusta de ellos, así como lo importante que son para nosotros y para nuestra familia. De esta forma, los nutriremos de amor y mejorará su autoestima.
Los lazos familiares fuertes se nutren de empatía y esfuerzo
La empatía es un gran aliado cuando se producen conflictos en casa. Tratar de ponernos en el lugar del otro no va a hacer que la discusión termine de manera instantánea pero sí nos ayudará a entenderlo un poco más. Además, facilitará que le expliquemos que comprendemos su opinión aunque no compartamos su punto de vista, contribuyendo a llegar a acuerdos que beneficien a todos.
Ponernos en la piel de los demás nos va a facilitar otro hecho fundamental para fortalecer los lazos familiares: valorar el esfuerzo de los demás. Cuando intentamos cambiar o hacer algo para mejorar la convivencia en casa, no siempre lo logramos a la primera. Que los demás nos digan que lo estamos intentando y que lo aprecian nos va a motivar para mejorar. 
Este reconocimiento funcionará como un refuerzo que potencia esas conductas que nos ayudan a que las relaciones familiares sean mejores. Ahora bien, el cambio se dará de forma progresiva.

Cuidar los derechos y los deberes fomenta los lazos familiares.

Dentro del hogar familiar todos los miembros tienen sus obligaciones. En este plano, es importante que estén delimitadas y sean consistentes. Pero, ¿cómo y cuándo responsabilizar a los pequeños de las tareas de casa? Aquí es importante tener en cuenta la edad de los niños y pedirles cosas en base a sus capacidades.
Desde que tienen un año, se les puede ir pidiendo tareas sencillas que fomenten su autoestima. Así, pueden ir recogiendo sus juguetes, ayudarnos a llevar un objeto de un sitio a otro o limpiar algo que hayan manchado. Además, decirle lo bien que nos están ayudando y lo importante que son para la familia les va a hacer sentirse mejor.
Al igual que se tienen unos deberes, también tenemos nuestros derechos que deben ser respetados en el hogar. El problema viene cuando, al surgir contratiempos, cedemos esos derechos. Es importante saber hacerlo para que la convivencia sea buena, pero también es relevante que no siempre ceda la misma persona.
Es decir, no se pueden respetar más los derechos de unos miembros de la familia que los de los otros. Encontrar el equilibrio en este aspecto va a evitar que surjan tanto discusiones y malentendidos innecesarios como emociones negativas que minan los lazos familiares.
(Fuente: La mente es maravillosa)