sábado, 27 de julio de 2013

El amor y el taxista


El otro día, cogí un taxi con un amigo. Cuando nos bajamos, mi amigo le dijo al taxista:

—Le agradezco el viaje. Es usted un conductor estupendo.
Durante un segundo, el hombre se quedó atónito. Después reaccionó:
—Oiga, ¿me está tomando el pelo o qué?
—Nada de eso, amigo mío, no tengo intención de molestarlo. Admiro la tranquilidad con que se mueve en medio de semejante tránsito.
—Ah —farfulló el conductor, y siguió su recorrido.
—¿A qué venía eso? —pregunté.
—Estoy tratando de restaurar el amor en la Valladolid —me respondió mi amigo—. Creo que es lo único capaz de recuperar la ciudad.
—¿Cómo es posible que un solo hombre salve la ciudad?
—No es cuestión de un solo hombre. Creo que a ese taxista le he cambiado el día. Suponte que haga veinte viajes. Pues será amable con esos veinte pasajeros porque alguien fue amable con él. Ellos, a su vez, serán más cordiales con sus empleados, servidores o colaboradores, e incluso con sus respectivas familias. En última instancia, la buena disposición podría extenderse a un millar de personas por lo menos. No está mal, ¿no te parece?
—Pero tú confías en que ese taxista transmita tu buena disposición a los demás.
—No estoy confiando en nada —respondió mi amigo—. Me doy cuenta de que el sistema no es totalmente seguro. Hoy puedo encontrarme con diez personas muy diferentes, si de entre esos diez puedo hacer felices a tres, finalmente podré influir en forma indirecta sobre las actitudes de tres mil más.
—Teóricamente suena bien —admití—, pero no estoy seguro de que en la práctica funcione.
—Si no funciona no se pierde nada. No perdí ni un minuto en decirle a ese hombre que estaba haciendo muy bien su trabajo. Y si mis palabras cayeron en oídos sordos, ¿qué importa?
Mañana habrá algún otro taxista a quien pueda tratar de hacer feliz.
—Oye, tú estás un poco chiflado —señalé.
—Este asunto lo tengo estudiado. Lo que al parecer les falta a los trabajadores, aparte de dinero, por cierto, es que nadie les dice lo bien que están haciendo su trabajo.
—Pero si no están haciendo bien su trabajo.
—Si no están haciendo bien su trabajo es porque sienten que a nadie le importa cómo lo hacen. ¿Por qué no decirles una palabra que les anime?
En ese momento pasábamos junto a un edificio en construcción, donde cinco obreros estaban almorzando. Mi amigo se detuvo.
—Qué trabajo estupendo habéis hecho —señaló—. Debe de ser algo muy difícil y peligroso.
Los hombres lo miraron con desconfianza.
—¿Cuándo estará terminado?
—En junio —gruñó uno de ellos.
—Ah. Pues realmente, es impresionante. Debéis de estar muy orgullosos.
Seguimos caminando y yo le señalé:
—No he visto a nadie como tú desde que leí el Quijote.
—Cuando esos hombres asimilen mis palabras se sentirán más felices y, de alguna manera, su felicidad será un beneficio para la ciudad.
—Pero, ¡esa no es una tarea para que la hagas tú solo! —protesté yo—. Al fin y al cabo, no eres más que un hombre.
—Lo más importante es no descorazonarse. Intentar que la gente de la ciudad vuelva a ser feliz no es tarea fácil, pero si puedo enrolar a más gente en mi campaña...
—Acabas de guiñarle el ojo a una mujer feísima —le señalé.
—Ya lo sé —me respondió—. Piensa que si es maestra de escuela hoy sus alumnos tendrán un día fantástico.

miércoles, 24 de julio de 2013

Cómo afrontar el duelo





























Este articulo lo dedico hoy en especial a todas las personas que acaban de perder a algún familiar o amigo en el trágico accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Todo mi afecto y mi cariño para ellos.

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida: pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, del trabajo, etc. Es en momentos de crisis cuando más frecuentemente las personas atravesamos circunstancias de pérdida que nos llevan a vivir un duelo.
Tenemos que aprender a vivir el dolor de la pérdida con las emociones adecuadas: a través de la tristeza, la angustia, el desánimo,... pero nunca a través del miedo, la ira, o la violencia. 
Dejar pasar la tristeza y el dolor emocional para ir aceptando los acontecimientos poco a poco sin buscar culpables (ni en nosotros mismo, ni en los demás). No podemos quedarnos anclados en las quejas, en los reproches, eso solo alarga más es sufrimiento y el proceso.
El duelo es un proceso psicológico que se pone en marcha cuando perdemos algo o a alguien. Aprender a normalizar y vivir el duelo desde pequeños es primordial ya que a lo largo de nuestra vida serán muchas las situaciones que atravesaremos que nos provocarán este proceso, como:

o Pérdida física de un ser querido
o La pérdida sentimental de la pareja, perdida de una relación amorosa.
o Pérdidas de las mascotas que nos acompañan en muchas épocas de la vida.
o Un aborto …

Pero el duelo también está vinculado a otras pérdidas materiales, que en épocas de crisis como la que lamentablemente nos toca vivir hoy pueden darse con mayor frecuencia como;

o La pérdida de un empleo
o La pérdida del estatus económico.
o Incluso la pérdida de la salud. etc.

El proceso de duelo es un proceso lento y doloroso, se elabora en cada recuerdo, en cada mirada atrás, en cada pensamiento, en cada esperanza y en cada evocación del momento compartido.
Será tanto más duro cuanto más se ponga en evidencia que lo perdido nos sostenía: cuando alguien a quien amamos nos deja parece que el mundo se cae a nuestros pies, cuando perdemos el trabajo nuestro bienestar emocional se desequilibra, pero también nos sentimos emocionalmente rotos, sin esperanza, sin consuelo cuando perdemos la compañía y el cariño de nuestra mascota, al perder la salud, o en una separación de la pareja. Son multitud las pérdidas que vamos soportando en el devenir de nuestra existencia. 
Dar paso a vivir el proceso de duelo cuanto antes, viviendo cada una de sus fases con la intensidad necesaria y sin estancamientos es importante para superar el dolor emocional y seguir adelante. Sin embargo no elaborar adecuadamente el duelo puede producir:

o Síntomas físicos como cansancio, dolor de cabeza, dolor de espalda, de estómago, insomnio, cansancio físico.…
o Síntomas Psicológicos: regresiones, tristeza profunda, depresión, estrés, desmotivación, incluso problemas relacionales con las nuevas amistades y los seres más próximos.

Es por ello que tenemos que aprender a dejar ir lo perdido. Debemos saber desatar el vínculo que nos unía para aprender a establecer otros vínculos siempre sin dependencias.
Tenemos que ser conscientes que la depresión, la tristeza son estados emocionales pasajeros, y estos pueden transformarse hablando sobre ello, con quien pueda brindar la posibilidad de ayuda para la elaboración del duelo. Porque el vivir persiste, el devenir de la vida continúa y nosotros debemos ir dando paso a otros estados de ánimo que nos ayuden a encontrar el bienestar.
¿Y cómo facilitar ese proceso de duelo?

Favoreciendo la comunicación abierta, sincera pero sobre todo eficaz, con un experto y con los integrantes de la familia o amigos donde se pueda explicar los sentimientos, las emociones y los pensamientos recurrentes.
Afrontar, elaborar y resolver un duelo significa pasar por estados de ánimo de dolor y tristeza, con sensaciones de desorganización subjetiva y descontrol emocional que el proceso supone. Las etapas que debemos de afrontar en todo proceso de duelo son:

Rechazo: Rechazamos los hechos ocurridos. En esta etapa se produce un estancamiento en el proceso de elaboración del duelo utilizando una serie de recursos (mecanismos de defensa) con el objeto de evitar el dolor.
Racionalización: Se da importancia a la dimensión racional, las explicaciones y justificaciones para evitar que emerjan los sentimientos y emociones.
Aislamiento: Se tiende a estar sólo y no relacionarse con los demás. Ya que unirse a los demás recuerda situaciones que de momento la persona no quiere o puede asumir.
Regresión: Se vuelve a comportamientos antiguos, donde lo perdido aún estaba.
Somatización: Pasamos al dolor físico, para no afrontar el emocional
Identificación: Nos proyectamos en otra persona para no vivir el proceso doloroso del duelo
Sustitución: Ubicamos a otra persona en el lugar de lo perdido para mitigar el dolor
Nostalgia: Intensificamos los recuerdos y emociones en relación a lo perdido. De esa forma anhelamos con fuerza a la persona perdida. Esto hace que se produzca un fuerte dolor emocional, de ahí que muchas personas prefieran anclarse en la etapa anterior.
Despedida: En la medida que vamos “soportando” y vamos afrontando nuestra nueva situación, permitimos ir desligándonos de los recuerdos, las situaciones, el lugar que ocupaba y vamos ejerciendo las funciones que la otra persona realizaba habitualmente. Se trata de un proceso de aceptación como despedida gradual realizada en cada recuerdo de la vida cotidiana.

Lo que distingue fundamentalmente el duelo "normal", del proceso de duelo más "patológico"  es la intensidad, la duración de los estados y las reacciones de la persona en el transcurso del tiempo.
En el duelo "patológico" el proceso queda bloqueado, estancado y el dolor no es elaborado. De esa forma se transcurre por la vida con una sensación de sinsabor y de estar viviéndola como un espectador, con la impresión de no poder hacer nada. Es en ese momento cuando necesitamos el acompañamiento de un profesional para que nos ayude a afrontar las distintas etapas del duelo.


"Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias" John Locke

viernes, 19 de julio de 2013

Cuando te sientes distinto a los demás


¿Te gustan cosas distintas que al resto de tus amigos? ¿Prefieres llevar una ropa diferente? ¿Sientes fascinación por actividades que a los demás ni les interesa? ¿Te sientes diferente a los demás? 
No te preocupes, tú no eres un bicho raro, ni un patito feo. Primero de todo, hay que plantearse la pregunta:
¿Qué es ser normal y qué es ser diferente?
Bajo mi punto de vista la normalidad o anormalidad no existe, son principios elaborados por la sociedad que dictamina lo que debe ser normal y lo que debe ser diferente. Si no te gusta hacer las cosas que hace el resto, si no tienes un físico como los demás, si no vistes igual..o sencillamente si no hablas o actúas como ellos eres un bicho raro. ¡ERROR!
Sentirse Diferente, ¡qué maravilloso!
Desgraciadamente, la gente imita a otra gente debido a la presión de los principios de "normalidad" establecidos por la sociedad. Se espera de ti que vistas y actúes de determinada manera, que seas, pienses y sientas igual que los demás.
Tienes miedo a vivir tu unicidad porque de alguna manera sientes que vas a ser excluido pero debes saber que precisamente son las diferencias las que te hacen único, que seas así y no de otra manera distinta es lo que te hace ser precisamente ser tú.
Ese lunar en tu cara, esa manía que tanto quebradero te trae, esa personalidad tan particular, esas vestimentas que tanto te gustan...¡eso eres tú!
Un ejemplo...
Imagina que vas una tarde a un bosque, pero no un bosque cualquiera. Este es un bosque inmenso, incluso más grande de lo que un principio te has imaginado. En él hay multitud de árboles verdes, robustos, altos, con hojas largas y finas. Llevas un rato paseando por este bosque y empiezas aburrirte de contemplar tantos árboles iguales, pero ¡espera! tu atención ha captado algo.
A tu izquierda encuentras un árbol distinto a todo el resto del bosque. Este árbol tiene hojas anchas y cortas, su tronco está formado de raíces que se entrelazan y no es tan alto como los demás, pero sigue siendo un árbol.
Cuando llegas a casa recuerdas tu salida al bosque, y no puedes dejar de pensar en ese árbol distinto, en ese árbol único entre los demás. Es cierto que el resto de árboles eran preciosos, pero de quien te acordarás al fin y al cabo será de ese pequeño árbol único entre el resto.

Por eso, 

- No tengas miedo a expresar tu diferencia.
- Sal ahí fuera y enfréntate a tus miedos
- No te sientas mal porque te sientas diferente. Sentirse diferente es un    regalo. 
- Busca tu diferencia y vive TU verdad. 
- Ignora a aquellos que te impiden crecer. 
- Trata a las personas como te gustaría que te tratarán a ti.
- No critiques a los que te toman como raro, pues sin ellos no habrías      encontrado tu unicidad. 
- No hagas a los demás lo que no te gustaría que hicieran contigo. 

Pero sobre todo recuerda: la diversidad es la que nos hace evolucionar y ser cada día mejores.
Si te has sentido o te sientes diferente a los demás no te avergüences de ello y comparte tu experiencia. Esto se ayudará a encontrar ese sentido a tu unicidad porque aunque no te lo creas, no hubo, no hay, ni habrá nadie como tú. 
¡Sal al Mundo y supera los obstáculos para ser feliz sintiéndote distinto!
Fuente: Sentir Bien.

miércoles, 17 de julio de 2013

Entrena tu cerebro en positivo

Nuestro cerebro tiene una tendencia innata a centrarse en los peligros, en todo aquello que supone una amenaza, es una estrategia adaptativa. Si esto no fuera así nuestra especie hace tiempo que se hubiera extinguido. Hemos sido entrenados consciente o inconscientemente para centrarnos en lo negativo, a expensas de lo positivo, volviéndonos personas temerosas e indecisas mucho más preocupadas por lo que va a pasar (futuro) que por lo que nos está pasando (presente).
¿Podemos encontrar un equilibrio entre esa tendencia automática negativa de nuestro cerebro y conseguir enfocar nuestra atención a lo positivo, consiguiendo así aumentar nuestro nivel de felicidad? La respuesta es SI!
cerebro3
Numerosos estudios han demostrado que el cerebro puede cambiar su estructura en función de la experiencia, resultado de un proceso de aprendizaje y mediante la instauración de nuevos hábitos.
A esa capacidad que tiene nuestro cerebro para remodelarse y modificar su entramado neural en función de nuestros pensamientos, sentimientos y conductas se la denomina neuroplasticidad cerebral.
Gracias a ella podemos adaptarnos a los cambios o funcionar de una manera más efectiva.

Mediante un entrenamiento podemos modificar antiguas redes neuronales y reforzar nuevos canales donde se de más importancia a lo positivo que a lo negativo.

Aprende a reprogramar tu mente, con principios y actitudes que harán de ti una persona mucho más feliz.

Abandona la excusa de “soy así y no puedo cambiar” porqué ahora sabemos que es posible. Tan solo necesitas continuidad y constancia.

Conviértete en buscador de lo bueno! Genera activamente PENSAMIENTOS, EMOCIONES Y CONDUCTAS mucho más POSITIVAS! Instaura rutinas, crea hábitos…
¿Si entrenas tu cuerpo porqué no entrenas tu mente?
Entrénate para conseguir un cerebro más positivo. Por qué la vida está para disfrutarla!

viernes, 12 de julio de 2013

Me cuesta tomar decisiones.- Una estrategia para quitarse el sombrero


Antes de empezar con la fantástica estrategia de toma de decisiones que te traigo, he de mencionar que muchos estudios aseguran que la indecisión es consecuencia de una falta de claridad en los propios valores. Si crees que este puede ser tu caso, echa un vistazo a este ejercicio: ¿Cuáles son tus valores? ¡Y luego vuelve aquí!
La estrategia que vamos a implementar se llama "Seis sombreros para pensar". Es posible que ya la conozcas o que hayas oído su nombre alguna vez... ¡es muy eficaz!
Lo primero que debes hacer es ponerte en contexto. Piensa en la situación concreta respecto de la cual deseas tomar una decisión. A continuación vas a pensar en ella de una forma diferente... Te irás probando sombreros de diferentes colores y, con cada uno de ellos, reflexionarás bajo su influencia acerca del problema sobre el que quieres tomar una decisión.
Al ponerte un sombrero, surgirán en tu cabeza unas preguntas determinadas. Respóndelas todas. Vamos... ¡te voy guiando!

Sombrero blanco: La objetividad
- ¿Cuáles son los hechos sobre los que debes tomar una decisión?
- ¿De qué información dispones?
- ¿Cuál es la información más importante?

Sombrero rojo: La subjetividad, las emociones, las sensaciones y los sentimientos
- ¿Cuáles son tus intuiciones?
- ¿Qué emociones se despiertan en ti con cada alternativa?
- ¿Cómo te sientes ante la situación presente?

Sombrero negro: La lógica, los aspectos negativos y los posibles riesgos y errores
- ¿Qué riesgos y peligros corres con cada una de las alternativas?
- ¿Partes de una buena base para tomar la decisión?
- ¿Es esa base la única posible o existen otras?
- ¿Estás dejando sin analizar algún aspecto importante?
- ¿Qué es lo peor que puede pasar al optar por cada una de las alternativas?

Sombrero amarillo: El optimismo, la alegría y el pensamiento positivo
- ¿Cuáles son los beneficios y ventajas de cada una de las alternativas?
- ¿Qué puedes poner de tu parte para que todo salga bien?
- ¿Qué es lo mejor que puede ocurrir con cada una de las opciones?
- Si supieras que no vas a fracasar, ¿qué pasos darías?

Sombrero verde: La creatividad y las nuevas ideas
- ¿Qué información novedosa puedes aportar a la situación?
- ¿Desde qué perspectivas puedes analizar la decisión a tomar?
- ¿Qué más opciones tienes a parte de las que ya estás contemplando?

Sombrero azul: La coherencia y la planificación
- ¿Cuál es el siguiente paso que debes tomar a partir de ahora para cada una de las alternativas?
- ¿Es coherente cada alternativa contigo misma/o?
- ¿En qué aspectos mantiene cada opción coherencia e incoherencia con tu personalidad?
- ¿Cuál es la decisión final?

Asegúrate de no haber pasado de largo sin responder a la última pregunta. La fase más importante de esta estrategia es precisamente la toma de una decisión aun sabiendo que no todo lo que implica es bueno ni asegura el éxito. Toma ya tu decisión y ejecútala con total responsabilidad y asumiendo los posibles beneficios o perjuicios que se deriven de ella. ¡Ser valiente consiste en dar el paso fuera de tu zona de confort!

jueves, 11 de julio de 2013

Carta a un amigo


Un vídeo sobre seres humanos con el potencial de seguir adelante a pesar de las circunstancias. Motívate y reivindica tu dignidad emocional. Aprende a utilizar tus emociones y a conseguir tus objetivos

miércoles, 10 de julio de 2013

Cerrando circulos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó tu trabajo? ¿Se acabó tu relación? ¿Ya no vives más en esa casa? ¿Debes irte de viaje? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir
Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente...
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú... Suelta el resentimiento. Escuchar a  "tu loro interior" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentalmente, envenenarte y amargarte.
La vida va hacia adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Di a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.
Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate. Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!

martes, 9 de julio de 2013

Los cuatro acuerdos de la sabiduría tolteca



1. NO SUPONGAS
No des nada por supuesto.
Si tienes DUDA, aclárala.
Si SOSPECHAS, pregunta.
Suponer te hace inventar historias increíbles
que sólo envenenan tu alma y que no tienen FUNDAMENTO.

2. HONRA TUS PALABRAS
Lo que sale de tu boca es lo que eres tú.
Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; y si no te honras a ti mismo, no te amas.
Honrar tus palabras es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Eres auténtico y te hace respetable ante los demás y ante ti mismo.

3. HAZ SIEMPRE LO MEJOR
Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte ni arrepentirte de nada.

4. NO TE TOMES NADA PERSONAL
Ni la peor OFENSA.
Ni el peor DESAIRE.
Ni la más grave HERIDA.
En la medida que alguien te quiere hacer daño,
en esa medida ese alguien se hace daño a sí mismo. Pero el problema es de Él y no tuyo.

lunes, 8 de julio de 2013

El agua


Este vídeo muy apropiado para esta época del año te conecta con la frecuencia del agua. Otorgate a ti mismo un un momento de relax  en el que aprenderás a fluir con el agua. Céntrate en el "aquí y el ahora" y goza de las imágenes y del sonido que te transportan a un entorno natural donde tu eres el protagonista dejándote llevar por el fluir del agua

domingo, 7 de julio de 2013

Las semillas


Un hombre cogía cada día el autobús para ir al trabajo.
Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana
La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana.
Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana.
- ¡Son semillas! – le dijo la anciana.
- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?
- ¡De flores! Es que miro afuera y está todo tan vacío…
- Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito?
- Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros…
¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?
- Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, alguna acabará en la cuneta y, con el tiempo, brotará.
- Pero…Tardarán en crecer, necesitan agua…
- Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!
La anciana siguió con su trabajo… Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza.
Unos meses después…
Yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana, vio todo el camino lleno de flores…
¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje!
Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto. Preguntó al conductor:
- ¿La anciana de las semillas?
- Pues, ya hace un mes que murió.
El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.
- Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de qué le ha servido su trabajo? No ha podido ver su obra.
De repente, oyó la risa de una niña pequeña. La niña señalaba entusiasmada las flores…
- ¡Mira, papi! ¡Mira cuantas flores!
¿Verdad que no hace falta explicar mucho el sentido de esta historia?
La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo, y dejó su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que pudieran contemplarla y ser más felices.
Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas…
Este mensaje está dedicado a todos aquellos maestros, educadores, profesionales de la enseñanza, que, hoy, más que nunca, no pueden ver cómo crecen las semillas plantadas, las esperanzas sembradas en el corazón, sobretodo, de los adolescentes que llenan sus clases.
Y como los padres son, o deberían ser, los grandes educadores, también está dedicado a ellos.
Porque… Educar es enseñar caminos.

sábado, 6 de julio de 2013

Cambia tus hábitos negativos


La mayor parte de la gente tiene 7 hábitos mortales y los ejercita sin darse cuenta de ello: 

1. Castigar
2. Quejarse
3. Culpar
4. Amenazar
5. Perseguir
6. Criticar
7. Sobornar

Estos hábitos hacen que la mayor parte de sus problemas emocionales estén directamente vinculados con el hecho de que usted ha aprendido a tratar de controlar a las personas que lo rodean…
Aprendemos esos hábitos en nuestra infancia de maestros, padres, abuelos, tíos, vecinos, amigos, entre otros…
EJEMPLO: Limpia la habitación, sino, no hay televisión para ti esta noche (castigo)…
Esas galletas que preparé serán para ti cuando todo esté limpio y ordenado (soborno)…
Después de pasar años expuesto a esta forma de manipular, finalmente comienzas tu  a utilizarla también.
Probablemente se limpiará la habitación, pero no generará una buena relación.
El problema práctico de tratar de controlar a otros es que, cada vez que usted cumple, soborne, se queje, critique, castigue o amenace a alguien…encontrará resistencia, le responderán; lucharán; de hecho la ignorarán, mentirán, harán las cosas a escondidas.
Es simplemente la naturaleza humana. Estamos genéticamente programados para resistir cuando alguien nos trata de obligar a hacer algo que no queremos.Tal vez sea más pronunciado en una persona que en otra.
Pero a menos que usted reconozca lo que está haciendo y aprenda a buscar lo que desea en una relación, sin tratar de controlar a los demás,todas sus relaciones se convertirán en una lucha por el poder que harán sufrir a todos los involucrados.
La mejor manera de eliminar los 7 hábitos mortales es reemplazarlos con los 7 hábitos positivos:

1. Apoyar
2. Estimular
3. Escuchar
4. Aceptar
5. Confiar
6. Respetar
7. Negociar las diferencias.

Pareciera fácil, ya que lo único que uno necesita hacer es aceptar a la gente tal como es. Pero, al igual que muchas cosas valiosas en la vida, los hábitos positivos son más difíciles de poner en práctica de lo que uno podría imaginar
Algunos aspectos que pueden ayudar.
¿Tiene usted los 7 hábitos mortales? ¿Cómo le habló esta mañana a la gente con quien vive?¿Las estimuló a realizar lo que habían planeado para el dia?
Trate a las personas con cariño
Escuche cada palabra, busque el tiempo para sentarse a su lado y realmente prestarle atención sin distraerse con nada
Visualice su nuevo yo: Haga una imagen mental de usted como una persona que practica los 7 hábitos positivos.
Consérvela en la mente y acuda a ella cuando esté hablando con sus seres queridos, para ver si está actuando como una persona que sabe dar amor.
Haga la pregunta adecuada: En el instante en que surge la necesidad de culpar, quejarse, criticar, insistir, amenazar, castigar o sobornar.
Antes de decir nada, deténgase y pregúntese ¿Es esto realmente importante?
Acepte la realidad: Uno debe comprender que la única persona que puede cambiar es uno mismo.Cuando usted tiene una diferencia con una persona que es importante en su vida, negocie…
Escoja un modelo: Cuáles son las personas a las que admira más, pregúntese que harían ellas antes de reaccionar con uno de los 7 hábitos mortales
Escriba sobre sus experiencias: Haga un diario, lo que le ayudará a  ver sus progresos.
Convierta:

Culpar en Aceptar
Sobornar en Estimular
Quejarse en Escuchar
Criticar en Respetar
Perseguir en Solucionar diferencias
Castigar en Apoyar
Amenazar en Confiar

Cómo ayudar a los niños a expresar sus emociones

Cuando oímos hablar de inteligencia rápidamente pensamos en todo lo relacionado con lo académico (habilidades lingüísticas, matemáticas, etc.), pero ya hace años que este concepto se ha ampliado incluyendo lo emocional como una parte importante que puede ayudar a la persona a tener éxito en la vida.

Las emociones son alteraciones de nuestro cuerpo y son provocadas por los acontecimientos de nuestro día a día, por los recuerdos o por pensamientos que tenemos en un momento dado. La emoción vendrá acompañada de un estado de ánimo que provocará en nosotros un sentimiento. Las emociones ocurren de pronto, si por ejemplo nos dan una buena noticia aparecerá la alegría. Los sentimientos duran más tiempo, si la alegría nos dura en el tiempo nos sentiremos felices.
No podemos olvidarnos que el ambiente cultural y social del que venimos nos invita a no mostrar ciertas emociones. Los niños inteligentes emocionalmente van a sentirse mejor con ellos mismos y esto les ayudará en muchos ámbitos de su vida. Estos niños desarrollan un mejor autocontrol y regulan bien sus emociones. Esto les ayuda en las relaciones, en la resolución de conflictos, en los resultados académicos, etc.
Los padres, como figuras más importantes en la vida de sus hijos pueden ayudar a estos a desarrollar habilidades emocionales así como las personas más cercanas al niño: profesores, abuelos etc. Pero para poder ayudar a los niños los padres tienen que poder entender primero sus emociones y reflexionar acerca de cómo actúan con las suyas propias para luego poder entender las de sus hijos.
¿Cuántas veces escuchamos “no llores”, “no te enfades”, “no te asustes” y un largo etc.? ¿Porque nos es difícil aceptar que las emociones están ahí y necesitan su espacio para ser expresadas? ¿Qué nos pasa a los adultos cuando vemos al niño muy asustado, muy enfadado…..?
No podemos olvidar que el ambiente cultural y social del que venimos nos invita a no mostrar ciertas emociones: miedo, enfado…. Se nos trasmite que sentir ciertas cosas esta mal: celos, rabia… Tenemos poca práctica en esta tarea por lo que requerirá un esfuerzo por parte de los padres no solo con sus hijos sino también con ellos mismos.

El peligro de reprimir las emociones

Es difícil como padres pararnos a la altura y ritmo del niño. Tendemos sin darnos cuenta a no dejar que los niños expresen ciertas emociones, pensando que si lo hacen son unos desobedientes, contestones, llorones, miedosos….. A veces tenemos una expectativa de cómo debe ser el niño y cuando nuestro hijo se separa de ese ideal nos sentimos frustrados.
Para algunos padres es difícil manejarse con ciertas emociones, la rabia y la hostilidad suelen ser las que mas cuestan, también el miedo.
Si el niño no puede expresar ni obtiene ayuda para entender que le pasa tendrá ansiedad. Por eso será bueno que los padres se pregunten como se sienten ellos ante la expresión de las emociones de sus hijos, ya que muchas veces tenderán a reprimir ciertas expresiones cuando estas les generen malestar. Si a los padres les cuesta tolerar el malestar de sus hijos a estos les será más difícil regular las emociones. La idea sería mostrar al niño una buena manera de expresar lo que siente, no reprimir la emoción.
Reprimir las emociones genera malestar y afecta a la autoestima, ya que el niño se sentirá mal e inadecuado por sentir lo que siente. Si el niño no puede expresar ni obtiene ayuda para entender que le pasa tendrá ansiedad en muchas ocasiones, con problemas incluso para su salud (Somatizaciones).

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Los padres pueden ayudar a sus hijos a expresar sus emociones de una manera sana, será algo que el niño aprenderá poco a poco por lo que necesitará mucha práctica. Es importante que los padres sean pacientes y sepan dar el espacio y tiempo necesario a cada hijo.
Podemos hablar a nuestros hijos de cómo nos sentimos, de esta manera seremos sus modelos y le estaremos enseñando a poner palabras a lo que sienten. (Ej: “Hoy vengo enfadado y cansado del trabajo, se me estropeó el ordenador y he tenido que repetir varias tareas importantes”). También les estaremos trasmitiendo que mostrar cómo se siente uno no es malo, solo hay que saber expresarlo de la manera adecuada. (Ej: Expreso con palabras y el gesto como me siento, no tiro cosas ni grito”).
Enseñar a los niños el lenguaje con el que expresar lo que sienten, todo este vocabulario lo irán aprendiendo poco a poco con ayuda de los padres o adultos cercanos significativos, por eso es importante que los padres cuiden como trasmiten ellos sus emociones.
Aceptar y respetar las emociones del niño, escucharle y ayudarle a expresar que siente. (Ej: “Comprendo que estés asustado, hablemos sobre ello, cuéntame que es lo que te da miedo”.)
Ayudar al niño a relacionar expresiones corporales y gestos con las emociones, esto les ayudará en el desarrollo de la empatía y poder ponerse en el lugar de los demás. (Ej: “¿Has visto la cara del protagonista del cuento? ¿Qué crees que le pasa?”, “Mira la cara de tu amigo, parece triste, ¿le preguntas que le pasa?”).
Dar herramientas y alternativas, aquí caben muchas posibilidades. Dar recursos al niño es trasmitirle que puede hacer algo con aquello que le pasa, que eso que haga puede suavizar en gran medida aquello que siente. (Ej: “Sé que estás asustado, es la primera vez que vas a hacer esto, a mí también me pasaba cuando era pequeño. Te contaré algunas cosas que me ayudaron a mi cuando tenía tu edad”).
Ayudar al niño a encontrar sus propios recursos, haciéndole preguntas para que pueda reflexionar sobre cómo actuar en determinadas situaciones (Ej:“Si te ha enfadado lo que te ha dicho tu amiga, ¿qué crees que la puedes decir la próxima vez? ¿Te sentirías mejor así?”).
Las emociones nos acompañan en nuestro día a día e influyen en nuestras decisiones y nuestra manera de actuar por lo que dedicarle tiempo a entenderlas y a buscar la mejor forma de expresarlas será una tarea con enormes beneficios para los hijos.
Además para el niño tener un espacio con sus padres donde compartir y expresar aquello que le pasa refuerza también el vínculo entre ambos.

jueves, 4 de julio de 2013

Regañar para educar


Las regañinas deben tener una intención educativa, no ser un mero desahogo irracional de los padres.
Es mejor regañar a tiempo. Nada de aguantar diez travesuras y a la undécima hacer pagar todas juntas con un enfado desproporcionado.
No descalificar globalmente. Podemos decir: “No quites los cromos a tu hermano” o “tienes que fijarte en el bordillo”; pero no: “Eres malo”, “eres un patoso”, “un vago” o “tonto”. Esas etiquetas no le dan pistas al niño sobre lo que debe cambiar y lo que es más peligroso, se incorporan al concepto que se está formando de sí mismo, con lo que acabará portándose de acuerdo con ellas.
Es mejor no gritar. Los padres que no se alteran son los que mejor hacen valer su autoridad.
Prohibido comparar. Nada de “aprende de tu hermano “. Un niño mostrará mejor disposición si le estimulamos a superarse. Las comparaciones crean resentimientos, disminuyen la autoestima y rara vez conducen a una mejora real.
No amenazar en vano. Al decir “si no haces lo que te digo no sales en tres meses”, la amenaza es tan poco realista, que no es creíble. Si alguna vez se usa una amenaza de un castigo debe ser realista y, además, debe cumplirse: “Si vuelves a jugar con el balón dentro de casa te lo quito para toda la tarde”.
No desautorizarse entre padre y madre. Alguna vez mamá puede levantar un castigo que impuso papá y este hacer “la vista gorda”. Esto no es ninguna catástrofe. Pero si la autoridad no está definida ni las normas claras, el niño puede incluso aprender a maniobrar para enfrentar a sus padres, se rebelará con frecuencia y no desarrollará como hábitos el respeto y la obediencia.
No entrar en discusiones interminables. Cuando se corrige hay que dar una explicación, pero eso no significa entrar en una porfía sin fin. Tras el razonamiento, es mejor mostrarse firme.

miércoles, 3 de julio de 2013

El elogio es un buen instrumento educativo


Muchos padres se preguntan si los castigos son efectivos o si alabar continuamente los logros de los niños no les convierte en personas pagadas de sí mismas. 

El elogio que sirve para educar es, ante todo, sincero
El elogio es la mejor herramienta educativa. Hablamos de elogios oportunos, adecuados, a tiempo, bien dosificados y administrados... Pero, además, sinceros, es decir, “sentidos” por quien los dice.
Los comportamientos que reciben atención, que encuentran un eco, tienden a aumentar, mientras que los que se encuentran con el vacío y el silencio como respuesta tienden a desaparecer.
Cuando elogiamos a nuestros hijos no solo les ayudamos a sentirse mejor y a desarrollar su autoestima, sino que estamos desarrollando sus cualidades y sus aspectos positivos.
Pero, ¿no ocurrirá que los elogios conviertan a los niños en pequeños monstruos vanidosos? La respuesta es que no, siempre que se apliquen con oportunidad y medida, dentro de un estilo educativo equilibrado, en el que también estén presentes las normas, los límites, la consideración y el respeto a los demás. Una autoestima sólida, no “inflada”, basada en la aceptación de sí mismo es más bien una vacuna contra la soberbia.
Pero cuidado. Lo que da valor al elogio es el amor y la buena intención. No se trata de manipular al niño haciéndole la pelota. Si con el elogio tratamos de insuflarle unas aspiraciones que le rebasan o unas exigencias desproporcionadas, estaremos precisamente atentando contra una sana autoestima. O si es una fría estrategia manipuladora, entonces el elogio es una especie de veneno despersonalizador.
Para que un elogio sea eficaz debe:

- Ser sincero y espontáneo (no artificioso ni utilizado para manipular y chantajear).

- Su intensidad y forma han de ser acordes con el logro o el buen comportamiento que elogiamos (es decir, no superficial ni exagerado).

- Describir el comportamiento que se elogia, porque eso multiplica su eficacia: “Qué agradable has sido toda la tarde con tu hermano, jugando con él”, en lugar de simplemente “qué bien te has portado”

- Dosificar: ni demasiados ni demasiado pocos.




martes, 2 de julio de 2013

El principio del vacio


Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuando) podrá precisar de ellos.
Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa en el futuro podrá hacer falta.
Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo.
Y dentro suyo?... Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc. No haga eso. Es anti-prosperidad.
Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.
Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.
Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.
Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.
Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Dé lo que usted no usa más.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida. No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.
Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.
Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y su vida:

- Ud no confía en el mañana
- Ud cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.
Deshágase de la que perdió el color y el brillo, deje entrar lo nuevo en su casa y dentro de si mismo.

Manifiesto de un niño


lunes, 1 de julio de 2013

¿En qué inviertes tu tiempo y energia?

¿En qué gastamos nuestro tiempo y energías a lo largo de una jornada?
¿Cómo podríamos lograr una mayor eficacia y proactividad? Este vídeo nos propone un ejercicio practico para lograr esa eficacia en la utilización de nuestro tiempo y energía