Cuando los pequeños toman como hábito responder a lo que les adultos les dicen, entramos en una dinámica de conflicto.
Los adultos se desesperan, no comprenden porque los pequeños responden y no saben cómo llevar esa situación.
En determinados momentos los niños y niñas se vuelven contestones. Cuando les reñimos responden. No aceptan lo que se les dice y quieren dar su opinión, eso es normal y no es malo, pero lo hacen de malos modos, y aquí es donde está el problema.
Los niños a lo largo de su crecimiento van desarrollando su personalidad, es importante que aprendan a establecer su propio criterio y que cuestionen lo que se les dice. Pero deben saber hacerlo desde el respeto. Debemos enseñarles que se puede dar la propia opinión, que de hecho es importante que lo hagan, pero con buenos modos.
A nivel emocional los pequeños necesitan desvincularse afectivamente de la figura de los padres como camino necesario para reafirmar su propia personalidad.
RECOMENDACIONES PARA EVITAR Y MANEJAR LAS MALAS CONTESTACIONES
- Ten en cuenta que no es nada personal contra nosotros. No lo tomes como un ataque personal, entiéndelo como parte normal del crecimiento y desarrollo del niño/a.
- Evita entrar en una lucha directa. No respondas con malos modos, no entres en un conflicto con ellos.
- Ante una mala contestación trata de averiguar lo que hay detrás de la misma. Si es porque está cansado, molesto por algo, que es lo que le desagrada para contestar así; o si simplemente es un hábito aprendido. Para ello pregúntale que es lo que le pasa, obsérvale cuando contesta.
- No debes dar demasiada importancia a la mala contestación. Cuando damos importancia a algo lo podemos estar reforzando o entrando en una dinámica que queremos erradicar. En lugar de eso, cuando te conteste mal, ignórale hasta que lo haga adecuadamente y con educación.
- Explícale, sin alterarte y sin entrar en discusión, que si no te dice las cosas de manera adecuada no le vas a escuchar. Le puedes decir lo siguiente: “me parece bien que me expliques lo que no te gusta, pero no puedes decirlo gritando o contestando mal, si lo haces así no te voy a escuchar. Estaré encantado de dialogar contigo y que me expliques tu opinión, pero cuando me hables adecuadamente.” Después de explicarle esto no le des más vueltas al tema, no hables mas de ello, en todo caso repites lo que le has dicho de nuevo.
- Déjale claro que no vas a aceptar las malas contestaciones, para ello no prestes atención a las mismas y haz que lo sepan: “ entiendo que no te guste esta norma o esta situación, pero no vamos a aceptar que respondas mal”
- Modelado. Haz de ejemplo, no le respondas con una mala contestación y tampoco las emplees con otros miembros de la familia o personas.
- Cuando el pequeño nos dé su opinión, ya sea en contra de algo que le decimos, pero lo haga de una manera adecuada, con respeto, le atenderemos y le reforzaremos esa conducta.
- No critiques nunca a la persona, critica la contestación, pero no al niño o niña. (Fuente: Celia Rodríguez Ruiz)
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