martes, 4 de marzo de 2014

Cinco ideas para simplificar nuestra vida




Sentir la brisa acariciando el cabello, oír el canto de los pájaros, acariciar la cabeza de un niño, jugar con una mascota, sentarse junto al fuego de la estufa a leña… Nuestros momentos más felices suelen ser también los más simples, aquellos instantes en que logramos descubrir la belleza a nuestro alrededor e integrarnos con ella. He aquí algunas ideas que pueden ser de utilidad para hacer nuestra vida menos complicada y poder, en definitiva, disfrutarla más: 

• Ser más amable con uno mismo

A veces somos tan duros con nosotros mismos que nos convertimos en nuestros peores enemigos, por nuestra falta de aceptación y desaprobación de nuestras debilidades y errores. Debemos comenzar por aceptarnos tal cual somos, con nuestros defectos y virtudes. No te trates a ti mismo con dureza si no lo harías así con alguien a quien amas. Cada vez que te descubras pensando en forma negativa sobre tu propia persona, haz el esfuerzo de corregir tu forma de pensar, cambiando cada pensamiento tóxico por uno creador.

• Mantener todo el orden posible

Podría parecer un aspecto superficial,  sin embargo se trata de algo que tiene una gran implicación en nuestro estado interior. La mayoría de las veces, el desorden externo se corresponde con un desorden interno. Si tu mente está ordenada buscarás poner en orden lo exterior. Y por el contrario, ordenar lo que te rodea puede ayudarte a restablecer el orden en tu mente, brindándote una sensación de paz. No te desanimes si no logras ordenar todo en un día. Antes de poder ordenar el exterior, habrá que cambiar la forma de pensar y adquirir nuevos hábitos.

• Quitar los rencores de nuestra vida

El perdón es un arma muy poderosa que posee fuertes efectos liberadores. ¿Sabías que la amargura y el resentimiento te enferman y envejecen? Esto ocurre porque cuando te encuentras en un estado de fuerte estrés o angustia, las defensas de tu organismo disminuyen y eres más proclive a desarrollar todo tipo de enfermedades. Y si a esto le sumas el hecho de vivir amargado, el panorama empeora aún más. Así que ya sabes, al perdonar te estás quitando de encima un peso terrible que no hace más que retrasarte en tu propio camino. Libérate de todas esas pesadas cargas que aún te atan negativamente a los demás y verás que avanzas mucho más liviano.

• No vivir para otros

Es muy importante aprender a escuchar las opiniones de todos, pero de ellas debemos rescatar lo que nos enriquezca y finalmente sacar nuestras propias conclusiones y tomar nuestras propias decisiones. Si tratas constantemente de complacer a los demás, vivirás la vida que ellos quieren y no la que tú escojas. Además, ni aun de esa forma lograrás tener siempre conformes a todos y, tarde o temprano, te sentirás frustrado por no ser fiel a ti mismo, a tus convicciones y a tus sueños. La vida es muy corta como para vivirla de acuerdo a los designios ajenos, ¿no crees?

• Enfocarse en lo bueno que tenemos, no en lo que nos falta

Tendemos a compararnos con quienes creemos que están mejor que nosotros en la vida y esto puede tener un lado positivo, en el sentido de que puede incentivarnos a mejorar, pero también puede dar lugar a sentimientos mezquinos como la envidia y la amargura y, en definitiva, paralizarnos en nuestro camino.
Muchas veces fallamos en ver lo que está frente a nosotros y perdemos oportunidades que quizás jamás vuelvan a repetirse. Debemos aprender a ser agradecidos con todas las cosas maravillosas que ya tenemos en nuestra vida. Solo hace falta prestar más atención, abrir bien nuestros ojos y, sobre todo, nuestro corazón para poder captarlas y apreciarlas como se merecen.
(Fuente: La mente es maravillosa)



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