sábado, 14 de junio de 2014

El coaching te hace crecer como persona

Es un hecho conocido que no se puede ayudar a nadie si primero la persona no pide ayuda.  A veces no pedimos esa ayuda que tanto necesitamos porque nos han educado para arreglárnoslas solos, más aún cuando se trata de temas psicológicos o emocionales. Otras veces porque nos da un poco de vergüenza hablar abiertamente de nuestos problemas y dificultades. Y otras porque nos cuesta admitir que necesitamos ayuda, ya que puede parecer una debilidad. No obstante, éstas son barreras que nosotros mismos nos ponemos.Cuando somos capaces de tomar conciencia de nuestras visicitudes, cuando hemos llegado a nuestro límite y estamos dispuestos a dar un paso adelante para progresar en nuestra vida… Entonces encontramos esa ayuda que necesitamos.
Y éste es el tipo de apoyo que se puede encontrar en el coaching. Además, creo firmemente en la importancia de transferir el poder a la persona con la que estoy trabajando en ese proceso de coaching para no crear ningún tipo de dependencia, sino una rápida interdependencia de acompañamiento y guía durante un trecho del camino, pero destinada a que esa persona pueda confiar y apoyarse en si misma pronto.
En mi opinión, la ayuda debe hacerse desde la compasión para que no haya ningún tipo de compulsión, para permitir que la persona se haga responsable de su propia vida y elecciones, para que se sienta capaz y grande, para trasferirle las herramientas con las que enfrentarse a los nuevos retos con fuerza y ánimo, para que se sienta poderosa, para que pueda liberarse de las cargas del pasado, para creer en si misma.
Cuando terminamos el proceso y puedo pasar el testigo a la persona, ya cambiada, con el objetivo de que a partir de ese momento pueda enfrentarse a lo que pueda llegar con la cabeza alta, el corazón alegre y el ánimo transformado, es uno de los momentos más satisfactorios de esta tarea que llevo a cabo. Un auténtico regalo para mí.
(Fuente: Monica Esgueva)

No hay comentarios:

Publicar un comentario