sábado, 15 de febrero de 2014

Las emociones se contagian

¿Recuerdas cuándo España ganó el Mundial?, ¿o alguna vez que hayas estado en una boda o fiesta importante para ti? Normalmente en estos acontecimientos las personas están contentas, y esta felicidad se transmite de unos a otros. Es contagiosa.
Cuando estamos junto a personas alegres, optimistas, que ven la vida de forma positiva tendemos a sentir lo mismo que ellas, las emociones tienden a traspasar a la persona y llegan a nosotros. Pero cuidado, porque también ocurre lo contrario. Las personas tristes, depresivas, que siempre se están quejando de su situación, que no les gusta la vida que llevan tienden a ser grandes acaparadoras de energía. Piensa en alguna persona con este perfil y en algún momento que hayas pasado con ella. Después de un rato con este tipo de persona, nuestra energía tiende a bajar y solemos encontrarnos bastante peor que antes de haber estado junto a ella.
Estudios científicos demuestran que el nivel de energía que tenemos traspasa nuestro cuerpo e influye en los que nos rodean. Seguro que has conocido personas que por el simple hecho de estar a su lado te han transmitido paz, tranquilidad, seguridad… Y otras por el contrario pesimismo, tristeza, incomodidad, en definitiva y como suelen decir los jóvenes son personas con mal rollo.
Hay dos puntos importantes para reflexionar después de todo esto. Primero ¿qué tipo de persona quieres ser tú? Y segundo ¿elijes a las personas que te rodean?
Las personas felices hacen la vida más fácil a los demás. Y siempre hemos sabido que dependemos los unos de los otros para nuestro bienestar emocional y físico. Un comentario negativo de otra persona puede provocar un caos físico en tu cuerpo; un comentario positivo puede convertir el caos en armonía. Como dice el maestro Deepak Chopra (médico, escritor, investigador…) “Emociones como el amor, la compasión, la empatía y la alegría devuelven el cuerpo a un estado de equilibrio conocido como homeostasis, en el que se activan los mecanismos de autoreparación dando como resultado la sanación biológica. Si mantuvieras dicho estado de bienestar y yo estuviera cerca de ti, reaccionaría del mismo modo”. Por tanto es importante elegir a las personas que nos rodean, con las que pasamos mucho tiempo, porque estar con ellas puede hacer que saquemos lo peor o lo mejor que todos llevamos dentro. Y en definitiva, de eso depende nuestra felicidad.
Montserrat Hidalgo
www.universidaddelafelicidad.es

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