El profesor cogió un bote grande de vidrio, lo llenó con pelotas de golf y preguntó a los alumnos si estaba lleno. Todos estuvieron de acuerdo en que sí.
Entonces el profesor cogió una caja de perdigones y la vació dentro del bote y los estudiantes volvieron a responder afirmativamente a la pregunta de si el recipiente estaba lleno.
Después cogió una caja de arena y repitió la acción, y el sí fue unánime.
Por último, añadió dos tazas de café, que, efectivamente, llenaron todos los espacios vacíos entre la arena.
"Este bote representa la vida -les dijo-. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, la salud, los amigos, el amor. Cosas que, aunque perdiéramos el resto, seguirían llenando nuestra vida. Los perdigones son las otras cosas que nos importan: trabajo, casa, coche... La arena es el resto de las pequeñas cosas. Si pusiésemos primero la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas.
Lo mismo sucede con la vida: si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no habría lugar para las realmente importantes. Ocúpate primero de las pelotas de golf, las cruciales para tu felicidad, establece tus prioridades. El resto es arena".
Dicho esto, uno de los alumnos preguntó qué representaba el café, y el profesor respondió con una sonrisa: "el café demuestra que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay lugar para dos tazas de café con un amigo".
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