Según pienso así siento y según siento así actúo.
Vamos a verlo claramente con una situación concreta.
Ayer por la noche me llamó mi pareja desde el trabajo para cancelar nuestra cita para ir a cenar fuera porque tenía algunos problemas y además me dice que llegará tarde porque necesitaba estar solo.
Pensamiento negativo: Siempre le pasa lo mismo. Nunca comparte nada conmigo. Creo que soy uno de esos "problemas” que le agobian. Un día de éstos dejará nuestra relación.
Emoción derivada de este pensamiento: Me pongo triste (o bien me enfado). Le guardo resentimiento.
Comportamiento: Cuando llega a casa estoy a la que salta, no me fío de él y tenemos una fuerte discusión. Nuestra relación empeora por momentos.
Comportamiento: Cuando llega a casa estoy a la que salta, no me fío de él y tenemos una fuerte discusión. Nuestra relación empeora por momentos.
Pensamiento positivo: No es cierto que no comparta nunca sus problemas conmigo; muchas veces lo hace. Él es así, a veces necesita espacio para sí mismo; aunque es cierto que puede ser muy inoportuno, sobre todo si se supone que tenemos cosas que hacer juntos.
Emoción derivada de este pensamiento: No voy a preocuparme demasiado, mañana se le habrá pasado y estará bien. De todas formas, tenemos que hablar, no me gusta que cancele nuestras citas unilateralmente cuando tenemos planes conjuntos. Eso también puede provocarme problemas a mí.
Comportamiento: No me enfado. Me adapto a la nueva situación y aprovecho el tiempo. Al día siguiente hablamos sobre el tema y me pide disculpas. Lo tendrá más en cuenta la próxima vez para no cancelar nuestros planes o hacerlo con más tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario