Mario Alonso Puig es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo. Ha ejercido durante 26 años y además se ha formado en el campo de la Inteligencia Humana en la Facultad Superior de Educación de la Universidad de Harvard. El pasado viernes 8 de noviembre se subía al escenario del Teatro Circo Price para participar en el IV Congreso de Mentes Brillantes de El Ser Creativo.
“Estoy aquí para que juntos reflexionemos sobre un mundo muy sutil”, comenzaba diciendo Mario.
En este sentido, puso dos metáforas que pueden ayudarnos a ser más felices.
"No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo"
Las personas tenemos tres capas que debemos explorar si queremos alcanzar la felicidad. Es importante ser conscientes de su existencia para viajar a través de ellas.
La apariencia
Ésta es la primera capa. Con ella ocultamos miedos, desconfianzas, torpezas. Pero “se cuela la sombra”, entendiendo por sombra todo aquello que el ser humano no quiere mostrar de sí mismo.
Para controlar esa sombra hay que entrar poco a poco en la meditación profunda y el silencio. Alejarnos del diálogo incesante que tenemos. Así llegaremos a la siguiente capa: el núcleo.
El núcleo
En esta capa está la sombra: aquello que tememos que salga a la luz “porque creemos que no seremos aceptados si lo mostramos”.
La primera experiencia con la meditación profunda es contactar con esa sombra. Una vez que la controlemos, podremos llegar a lo más profundo de nuestro ser, que es la tercera capa.
El Ser
Vivimos tan en contacto con la sombra que no nos damos cuenta de que si encendemos nuestra propia antorcha interior tenemos un tesoro de incalculable valor en nuestro ser.
El camino para llegar al ser no es corto ni rápido. Lo importante es recordar la frase de Juan Ramón Jiménez: “No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo”.
Somos parte de un mismo mar
Tenemos que querer a las personas no por el agradecimiento, sino porque nos importante realmente.
Las olas del mar se reconocen entre sí, saben que están hechas de la misma agua. En el ser humano, aunque debería ser así, no ocurre lo mismo, porque entra en juego el ego: la creencia en la separación. Si los seres humanos reconocieran que son una unidad podrían dejar a un lado su ego y alcanzar la felicidad de una manera plena.
El inconveniente, según Mario, es que el ego se origina desde muy niños: “al sentirnos aislados o indefensos, guardamos el recuerdo de ese sentimiento en nuestro cerebro. Concretamente en los núcleos amigdalinos. Cualquier experiencia que vivamos de adultos que incremente esas sensaciones avivará el recuerdo y disparará un mecanismo de autodefensa que no podremos controlar.
Así saltan las alarmas y sale la bestia que habita en nosotros. Incluso aparece la violencia. Y lo peor de todo es que cuando se activan estos mecanismos en el cerebro, se desconectan los de la inteligencia. Es decir, nos volvemos un poco más tontos.
Superar esto no es fácil.
En este sentido, Mario Alonso Puig sugiere seguir siete pasos budistas para encaminar nuestra vida hacia el respeto a los demás.
Wayne Dyer los explica muy bien en El poder de la intención:
1. NO TE SIENTAS OFENDIDO
Lo que te ofende sólo contribuye a debilitarte.
Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontrarás cada dos por tres.
Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.
2. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE GANAR
Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien más rápido, más joven, más fuerte, más listo y con más suerte que tú. Tú no eres tus victorias.
3. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER RAZÓN
Olvidarse de esto es como decirle a tu ego: "No soy tu esclavo".
Pregúntate: "¿Quiero ser feliz o tener la razón?".
4. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE SER SUPERIOR
La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento.
5. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE TENER MÁS
Por mucho que logres y adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente.
Como dijo San Francisco de Asís: "...es en dar cuando recibimos".
6. LIBÉRATE DE LA NECESIDAD DE IDENTIFICARTE CON TUS LOGROS
Cuando te apegas a esos logros y crees que lo estás consiguiendo tú solo, es cuando abandonas la paz.
7. LIBÉRATE DE TU FAMA
La fama que tienes no está localizada en ti, sino en la mente de los demás, por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella.
Si te preocupas demasiado por cómo te van a percibir las personas te habrás desconectado de la verdadera intención.
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