Son pocas las personas que no piensan en qué van a comer al día siguiente. A mí me gusta tener planificado al menos el menú del día, asegurarme que tengo todo lo que me hace falta.
Intento que sea una dieta equilibrada para tener una buena salud física para mí y para mi familia.
Esto me hace pensar en qué es lo que estamos digeriendo en nuestra vida emocional a diario. ¿Qué provecho nos aporta el ver las noticias cada día? ¿No estás cansado de escuchar siempre sobre la crisis socio-económica? ¿Vives preocupado por lo que escuchas en la televisión, en la radio o lo que lees en el periódico o la internet?
¿Qué plato de vida te serviste ayer? ¿Qué sabor te dio tu alimentación emocional? ¿Qué puedes mejorar en tu dieta para el día de hoy?
Me doy cuenta que cuando los que están cerca de mi están bien, yo también estoy bien. Y cuando yo estoy bien, los que están cerca de mi están bien. Si todos los días hiciéramos un esfuerzo para estar bien, para pensar de forma positiva, nuestro entorno sería mejor.
El ser positivo,estar bien contigo mismo trae consigo muchos beneficios, entre otros: niveles sanos de auto-estima, mejores relaciones sociales, mejora en el bienestar físico, capacidad para afrontar las dificultades diarias, mejora en tu capacidad para resolución de problemas, promoción de tu creatividad, fomento de tus habilidades para relacionarte con los demás y una posibilidad más extensa de ayudar a otros a sentirse mejor.
Si tu día de ayer ha sido un plato amargo, intenta en el día de hoy solamente digerir cosas positivas. Hoy, escucha a las personas que te recuerdan que la vida es bella, toma un café con alguien que te ama y te sabe escuchar. Llena tu vida con actividades y personas positivas, las que te hacen sentir bien y feliz.
No esperes a mañana … mañana nunca llega.
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