Los momentos de caos son necesarios para crear un nuevo orden.
Pasa en nuestras casas. Durante esa transición, tu casa no se verá bonita porque estarás sacando a la luz todo lo feo, viejo, inservible.
Tenerlo a la vista facilita el ser consciente de ello y eliminarlo para sustituirlo por lo renovado.
Ten en cuenta que lo mismo ocurre en nuestro interior. Cuando hacemos cambios, podemos estar emocionalmente revueltos durante un tiempo. Imagínate que sacas del fondo del armario tus muñecas de la infancia y comienzas a recordar episodios dolorosos que creías superados. También deberás enfrentarte a las actitudes y resistencias de los demás: una tía que te reprocha haberte deshecho del cuadro que te regaló, viejos compañeros de instituto que te critican por dejar de verlos... Tómatelo también como una etapa de caos necesario, una transición hacia algo, sin duda, nuevo y mejor.
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