Estas fechas navideñas son muy propicias para que afloren sentimientos de melancolía al recordar a personas que ya no están con nosotros o momentos que ya no van a volver.
¿Eres de los que piensan que todo tiempo pasado fue mejor? Deja atrás la melancolía, es un sentimiento que nos ancla en el pasado, nos amarga el presente y nos convierte en viejos prematuros.
En psicología, la melancolía es un trastorno del estado de ánimo, una forma avanzada de depresión que incluso se considera más grave. La tristeza y los sentimientos de culpa son más acusados y, además, se da un componente hipocondríaco.
El melancólico tiene pánico a las enfermedades y al futuro. Hay quien justifica su permanencia en la melancolía con frases como: “Todo me va mal” o “Tengo mala suerte”. Pensar en términos absolutos genera mucha angustia.
La felicidad, como los verdaderos amigos, la pareja o el trabajo se debe buscar diariamente.
Todos tenemos una energía psíquica que, de no ser canalizada, nos hace caer en el aburrimiento, y la apatía, precursores de la melancolía patológica.
Ahuyentemos la melancolía y demos paso en nuestra vida a nuevas experiencias y personas que aporten alegría y felicidad a nuestra vida
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