miércoles, 12 de junio de 2013

Un cambio de mirada: de victima a responsable


Actuar como víctima puede ser una buena excusa para no hacer lo que queremos hacer, ya que le estamos dando todo el poder al otro. Sólo con un “cambio de observador o de gafas” podremos encontrar nuevas posibilidades y soluciones
Cuando nuestros hijos son pequeños y se dan un golpe o se caen, lo primero que hacemos los de alrededor antes de que el niño rompa a llorar, es animarles a dar una patada o pegarle al suelo, a la mesa, al escalón o a lo que hubiera "ocasionado" su caída. Y el niño tan contento va y lo hace diciendo "malo, malo". Qué mejor consuelo que culpar “al otro” de lo que ha pasado. La culpa está fuera, el escalón ocasionó la caída, es malo por haberlo hecho y el niño no pudo hacer nada para evitarlo. Es la víctima.
Y cuando lo trasladamos al mundo empresarial nos encontramos con situaciones parecidas. Al actuar como víctimas culpabilizamos a los demás de lo que nos pasa "mi jefe no me deja crecer", "un compañero me tiene envidia", "Juan es un trepa" "no tenía otra alternativa" etc, etc. Y el actuar como víctima puede ser una buena excusa para no hacer lo que queremos hacer o tenemos miedo de hacer, ya que le estamos dando todo el poder al otro. Dependemos de lo que el otro haga y por lo tanto la solución no está en nuestras manos.
Es verdad que algunas veces nos enfrentamos a situaciones que escapan a nuestro control. Sin embargo en la mayor parte de las ocasiones si existen diferentes posibilidades de actuación, incluso ante aquellas que no hemos generado nosotros. Cuando nos hacemos responsables de nuestros actos, somos nosotros los que tomamos el control de nuestra vida. Nos da poder porque entendemos que nuestras acciones tienen influencia sobre los acontecimientos. Soy yo el que actúo de una forma u otra, soy yo el que puedo ver y generar otras alternativas, y soy yo el que estoy gestionando el tiempo adecuado o inadecuadamente.
Ante mismas acciones mismos resultados, por lo que para lograr esta transformación es necesario cambiar el punto de vista, lo que llamamos en coaching es hacer un "cambio de observador o de gafas". Sólo así podremos encontrar nuevas posibilidades y soluciones y poner en marcha nuevas acciones. Acciones desde la responsabilidad, sin resentimiento, dónde podamos influir sobre los resultados.
Ésta es justamente la esencia de un proceso de coaching, el buscar nuevas formas de observar, de ampliar la mirada para encontrar alternativas que antes no veía. El comprometerse con uno mismo y con los demás. Porque aunque no hayamos generado la situación, si debemos ser los creadores de nuestra propia realidad. Es nuestra decisión abordarlo de una forma u otra.

Sólo hace falta un CAMBIO DE MIRADA.

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