miércoles, 24 de julio de 2013

Cómo afrontar el duelo





























Este articulo lo dedico hoy en especial a todas las personas que acaban de perder a algún familiar o amigo en el trágico accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Todo mi afecto y mi cariño para ellos.

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida: pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, del trabajo, etc. Es en momentos de crisis cuando más frecuentemente las personas atravesamos circunstancias de pérdida que nos llevan a vivir un duelo.
Tenemos que aprender a vivir el dolor de la pérdida con las emociones adecuadas: a través de la tristeza, la angustia, el desánimo,... pero nunca a través del miedo, la ira, o la violencia. 
Dejar pasar la tristeza y el dolor emocional para ir aceptando los acontecimientos poco a poco sin buscar culpables (ni en nosotros mismo, ni en los demás). No podemos quedarnos anclados en las quejas, en los reproches, eso solo alarga más es sufrimiento y el proceso.
El duelo es un proceso psicológico que se pone en marcha cuando perdemos algo o a alguien. Aprender a normalizar y vivir el duelo desde pequeños es primordial ya que a lo largo de nuestra vida serán muchas las situaciones que atravesaremos que nos provocarán este proceso, como:

o Pérdida física de un ser querido
o La pérdida sentimental de la pareja, perdida de una relación amorosa.
o Pérdidas de las mascotas que nos acompañan en muchas épocas de la vida.
o Un aborto …

Pero el duelo también está vinculado a otras pérdidas materiales, que en épocas de crisis como la que lamentablemente nos toca vivir hoy pueden darse con mayor frecuencia como;

o La pérdida de un empleo
o La pérdida del estatus económico.
o Incluso la pérdida de la salud. etc.

El proceso de duelo es un proceso lento y doloroso, se elabora en cada recuerdo, en cada mirada atrás, en cada pensamiento, en cada esperanza y en cada evocación del momento compartido.
Será tanto más duro cuanto más se ponga en evidencia que lo perdido nos sostenía: cuando alguien a quien amamos nos deja parece que el mundo se cae a nuestros pies, cuando perdemos el trabajo nuestro bienestar emocional se desequilibra, pero también nos sentimos emocionalmente rotos, sin esperanza, sin consuelo cuando perdemos la compañía y el cariño de nuestra mascota, al perder la salud, o en una separación de la pareja. Son multitud las pérdidas que vamos soportando en el devenir de nuestra existencia. 
Dar paso a vivir el proceso de duelo cuanto antes, viviendo cada una de sus fases con la intensidad necesaria y sin estancamientos es importante para superar el dolor emocional y seguir adelante. Sin embargo no elaborar adecuadamente el duelo puede producir:

o Síntomas físicos como cansancio, dolor de cabeza, dolor de espalda, de estómago, insomnio, cansancio físico.…
o Síntomas Psicológicos: regresiones, tristeza profunda, depresión, estrés, desmotivación, incluso problemas relacionales con las nuevas amistades y los seres más próximos.

Es por ello que tenemos que aprender a dejar ir lo perdido. Debemos saber desatar el vínculo que nos unía para aprender a establecer otros vínculos siempre sin dependencias.
Tenemos que ser conscientes que la depresión, la tristeza son estados emocionales pasajeros, y estos pueden transformarse hablando sobre ello, con quien pueda brindar la posibilidad de ayuda para la elaboración del duelo. Porque el vivir persiste, el devenir de la vida continúa y nosotros debemos ir dando paso a otros estados de ánimo que nos ayuden a encontrar el bienestar.
¿Y cómo facilitar ese proceso de duelo?

Favoreciendo la comunicación abierta, sincera pero sobre todo eficaz, con un experto y con los integrantes de la familia o amigos donde se pueda explicar los sentimientos, las emociones y los pensamientos recurrentes.
Afrontar, elaborar y resolver un duelo significa pasar por estados de ánimo de dolor y tristeza, con sensaciones de desorganización subjetiva y descontrol emocional que el proceso supone. Las etapas que debemos de afrontar en todo proceso de duelo son:

Rechazo: Rechazamos los hechos ocurridos. En esta etapa se produce un estancamiento en el proceso de elaboración del duelo utilizando una serie de recursos (mecanismos de defensa) con el objeto de evitar el dolor.
Racionalización: Se da importancia a la dimensión racional, las explicaciones y justificaciones para evitar que emerjan los sentimientos y emociones.
Aislamiento: Se tiende a estar sólo y no relacionarse con los demás. Ya que unirse a los demás recuerda situaciones que de momento la persona no quiere o puede asumir.
Regresión: Se vuelve a comportamientos antiguos, donde lo perdido aún estaba.
Somatización: Pasamos al dolor físico, para no afrontar el emocional
Identificación: Nos proyectamos en otra persona para no vivir el proceso doloroso del duelo
Sustitución: Ubicamos a otra persona en el lugar de lo perdido para mitigar el dolor
Nostalgia: Intensificamos los recuerdos y emociones en relación a lo perdido. De esa forma anhelamos con fuerza a la persona perdida. Esto hace que se produzca un fuerte dolor emocional, de ahí que muchas personas prefieran anclarse en la etapa anterior.
Despedida: En la medida que vamos “soportando” y vamos afrontando nuestra nueva situación, permitimos ir desligándonos de los recuerdos, las situaciones, el lugar que ocupaba y vamos ejerciendo las funciones que la otra persona realizaba habitualmente. Se trata de un proceso de aceptación como despedida gradual realizada en cada recuerdo de la vida cotidiana.

Lo que distingue fundamentalmente el duelo "normal", del proceso de duelo más "patológico"  es la intensidad, la duración de los estados y las reacciones de la persona en el transcurso del tiempo.
En el duelo "patológico" el proceso queda bloqueado, estancado y el dolor no es elaborado. De esa forma se transcurre por la vida con una sensación de sinsabor y de estar viviéndola como un espectador, con la impresión de no poder hacer nada. Es en ese momento cuando necesitamos el acompañamiento de un profesional para que nos ayude a afrontar las distintas etapas del duelo.


"Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias" John Locke

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